Amador y Ayuso: una mentira no suena, pero dos mentiras resuenan

La verdad solo puede ocultarse durante un tiempo ya que las argucias empleadas para intentarlo precisan de nuevas argucias para conseguirlo.

Por Lucio Martínez Pereda | 30/11/2024

Una noticia contra otra noticia. En la lucha por el poder político es una práctica muy habitual: la noticia de un hecho se utiliza para ocultar la noticia de otro hecho. Ayer declaró en el supremo el líder del partido socialista madrileño pero también lo hace González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, está acusado de dos delitos de fraude fiscal por defraudar más de 350.000 euros a Hacienda en los ejercicios 2020 y 2021, y un delito de falsedad documental.

El señor González presentó 15 facturas falsas de 8 empresas colaboradoras para justificar gastos y reducir su carga fiscal. Utilizó un entramado de facturas falsas y empresas pantalla para defraudar, imputó gastos de cientos de miles de euros por trabajos que nunca existieron, pero que le beneficiaron fiscalmente, y no incremento su base imponible ni su cuota tributaria proporcionalmente a los ingresos excepcionales obtenidos en 2020 y 2021.

La investigación de Hacienda descubrió que el novio de Ayuso emitió 15 facturas falsas a ocho empresas diferentes con «supuestos gastos» de su empresa Maxwel Cremona, utilizadas para desgravarse impuestos. González Amador facturó a través de una sociedad pantalla llamada Masterman & Whitaker servicios que había prestado su empresa original. Los inspectores de Hacienda concluyeron que Amador utilizó «facturas falsas y falseadas emitidas por mercantiles carentes de medios humanos y materiales para la prestación de los servicios facturados» Hacienda detectó que imputó gastos de cientos de miles de euros por trabajos que nunca existieron, pero que le beneficiaron fiscalmente. La investigación reveló un entramado de facturas falsas y empresas pantalla utilizado para defraudar más de 350.000 euros entre 2020 y 2021. Cuando Hacienda solicitó explicaciones sobre las facturas sospechosas, González Amador decidió anularlas tanto física como contablemente.

Y volvemos al asunto principal. El caso del fraude fiscal de González Amador, pareja de Ayuso, se ha instalado en la opinión pública desdibujado en medio de un marco de ruido mediático que ha desviado la atención de este hecho mediante otras “noticias inducidas”. Esta estrategia ha conseguido hasta ahora alejar el foco de la atención sobre los delitos cometidos por el novio de la presidenta de la comunidad madrileña.

Veamos cómo funciona la estrategia. González Amador se querella contra la Fiscalía por revelación de secretos y esto ha llevado a la inédita imputación del Fiscal General, Álvaro García Ortiz. Además González Amador -para incrementar la acción de esta técnica de desvío- ha iniciado acciones legales contra varios políticos, incluyendo al presidente Pedro Sánchez, por llamarle «delincuente”. Paralelamente Ayuso alegó que su pareja estaba siendo «asediada» por «todo el poder del Estado», cuando en realidad la investigación se inició por el inusual aumento en la facturación de González Amador. El entorno de Ayuso puso en marcha otra “ cortina de humo” para crear confusión sobre quién propuso un acuerdo de conformidad con la Fiscalía solicitado por Amador- aceptaba delitos a cambio de una rebaja en la petición de la pena- y conseguir así desviar la atención sobre las noticias que informaban sobre la dimensión del fraude.

El PSOE -además- ha contribuido, sin pretenderlo, a aumentar la densidad de esta cortina de humo que dificulta la percepción del encadenamiento de causas y efectos. Sin esta percepción no se puede percibir el objetivo de esta operación diseñada desde la dirección del Estado Mayor mediático de Ayuso. La torpeza del PSOE le ha hecho pensar que estaban ante la oportunidad “ dos pájaros de un tiro” : querían cargarse al señor Lobato- que últimamente estaba proporcionando oxígeno a García Paje- y al mismo tiempo dar a la luz mediática el bulo puesto en circulación por MAR: fue la fiscalía quien pidió negociación al novio de Ayuso para rebajarle la solicitud de pena por sus delitos, hecho, que, además de imposible desde el punto de vista de las técnicas negociadoras propias de esta institución, también se rebeló falso.

Pero como decían los clásicos romanos, la verdad solo puede ocultarse durante un tiempo ya que las argucias empleadas para intentarlo precisan de nuevas argucias para conseguirlo. Y al final de esta cadena se impone siempre el mismo resultado: una mentira no suena, pero dos mentiras resuenan.

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