Acción Española se convirtió en una especie de grupo de presión de ideología extremista antirrepublicana, con el apoyo económico de propietarios, empresarios y aristócratas.
Por Eduardo Montagut | 1/12/2023
Acción Española vendría a ser como una organización o sociedad de ideas y pensamiento de la extrema derecha española de signo monárquico, creada en el otoño de 1931, y que publicó una revista del mismo nombre.
Eugenio Vegas Latapié se puso en marcha en septiembre de 1931 con el fin de crear esta sociedad, al salir del encarcelamiento que padeció, consiguiendo ponerla en marcha al mes siguiente, aunque de forma oficial, al parecer, su puesta de largo sería el 5 de febrero de 1932 cuando Ramiro de Maeztu comenzó un ciclo de conferencias de esta nueva entidad. Precisamente en octubre, Maeztu había sido elegido presidente, Pedro Sáinz Rodríguez como vicepresidente, y Latapié como secretario. La sociedad fue clausurada en agosto de 1932 en vísperas de la Sanjurjada por una denuncia realizada desde el Heraldo de Madrid. El 3 de mayo de 1934 volvería a ponerse en marcha.
En ese día, en el acto de la reapertura Víctor Pradera defendió que la sociedad era el pensamiento español mientras que la revolución sería el extranjero. Unos días después, Acción Española organizó un banquete en el Palace para homenajear a los ministros de la Dictadura de Primo de Rivera, José Calvo Sotelo, y José Yanguas Messía, que habían regresado a España gracias a una amnistía, y como forma de reafirmación de la entidad. El propio Calvo Sotelo pronunció un discurso para proclamar la necesidad de luchar contra lo que denominó la horda anticatólica y antipatriótica en España, con elogios al fascismo y al nazismo, como ejemplos de sistemas políticos donde imperaban la paz, el trabajo y la concordia.
Acción Española se convirtió en una especie de grupo de presión de ideología extremista antirrepublicana, con el apoyo económico de propietarios, empresarios y aristócratas. Así, muchos de sus miembros pertenecían a la oligarquía de la alta burguesía y la nobleza españolas. Muchos de sus miembros decidieron encauzar este pensamiento reaccionario en una fuerza política, y así nacería Renovación Española en marzo de 1933. En las elecciones de noviembre conseguiría trece escaños. Acción Española y Renovación Española fueron claros protagonistas del clima de tensión en la primavera de 1936, ya que fomentaron a través de los medios la idea de que se avecinaba una revolución en España y, por lo tanto, había que dar un golpe de Estado. El asesinato de Calvo Sotelo fue un hecho clave en la preparación de este clima pregolpista.
Ya en la Guerra Civil, Acción Española fue invitada a adherirse a la nueva realidad o entidad política que se había creado en abril de 1937 con el Decreto de Unificación, formando FET y de las JONS. Así, el presidente de Acción Española, José María Pemán, viajó a Salamanca en mayo para consumar la adhesión. El franquismo agradeció el servicio prestado por Acción Española en los meses previos a la sublevación.
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