Aunque La Marcha sobre Roma se mitificó por parte del fascismo como una «revolución» no fue un verdadero golpe de estado. El ascenso de Mussolini al poder se produjo dentro de la legalidad constitucional.
Por Lucio Martínez Pereda | 29/10/2024
Hoy se conmemora el primer triunfo del fascismo. Del 27 al 29 de octubre de 1922 se lleva a cabo la Marcha sobre Roma dirigida por Mussolini y el Partido Nacional Fascista. Se buscaba presionar al rey Víctor Manuel III para que nombrara a Mussolini como Primer Ministro. Miles de «camisas negras» fascistas marcharon hacia Roma desde varias ciudades italianas. Ocuparon edificios públicos y puntos estratégicos en diversas ciudades.
Aproximadamente 50,000 fascistas se concentraron en las afueras de Roma. El Primer Ministro Luigi Facta intentó declarar el estado de sitio. El asustado rey Víctor Manuel III se negó a firmar la orden, temiendo una guerra civil. El 29 de octubre, el atemorizado monarca pidió a Mussolini que formara gobierno. Mussolini llegó a Roma en tren el 30 de octubre y formó gobierno.
El 31 de octubre los fascistas realizaron un desfile triunfal en Roma. Marcó el final del sistema parlamentario italiano. Inició el régimen fascista, aunque la dictadura se consolidó gradualmente. Aunque La Marcha sobre Roma se mitificó por parte del fascismo como una «revolución» no fue un verdadero golpe de estado. El ascenso de Mussolini al poder se produjo dentro de la legalidad constitucional.
¿Como reaccionó la población italiana? Gran parte de la población infravaloró el riesgo y no tomó en serio la amenaza fascista, ademas la rapidez de los acontecimientos sorprendió a gran parte de la población, que no tuvo tiempo a reaccionar. La reacción popular osciló entre la indiferencia, el apoyo de algunos sectores, el temor a alternativas consideradas peores y una falta general de resistencia activa, lo que facilitó el éxito de la Marcha sobre Roma y el ascenso de Mussolini al poder.
Incluso los propios comunistas no supieron valorar la realidad de lo que estaba sucediendo ante sus ojos: el periódico comunista de Antonio Gramsci escribió: «Es evidente que el fascismo está en proceso de desintegración».
Hubo una falta de resistencia significativa por parte de los adversarios del fascismo: la marcha se llevó a cabo sin derramamiento de sangre y sin encontrar resistencia. Además, el fascismo contaba con cierto apoyo popular, especialmente entre sectores conservadores: era visto por algunos como un movimiento popular y patriótico. Había un temor generalizado a una posible revolución comunista, lo que hizo que algunos entendieran el fascismo como un «baluarte contra el bolchevismo».
La violencia escuadrista fascista fue en gran medida tolerada por el miedo a un «enemigo interno», es decir: socialistas y comunistas. Hubo una aceptación pasiva y muchos vieron la toma del poder por parte de Mussolini como una forma de restaurar el orden y la estabilidad tras un período de gobiernos débiles.
Los sectores de la sociedad italiana que apoyaron la Marcha sobre Roma fueron los propietarios rurales que financiaban la violencia matona de los «escuadristas» fascistas, la pequeña y mediana burguesía urbana que incluía a artesanos, comerciantes y empleados, los grupos nacionalistas extremos influenciados por la experiencia de la Primera Guerra Mundial, los capas medias urbanas que experimentaban inseguridad económica debido a la inflación y crisis de posguerra, los veteranos de guerra -aunque inicialmente solo una minoría-, algunos sectores conservadores que veían al fascismo como un «baluarte contra el bolchevismo», los Futuristas y arditi (tropas de asalto) que estuvieron entre los fundadores de los fasci, parte del clero católico y algunos sectores industriales con gran capacidad financiera.
Los siguientes factores llevaron a los conservadores y algunos liberales que hasta el momento habían mantenido una fidelidad interesada al marco democrático a apoyar al fascismo en Italia:
1. Temor a la amenaza socialista/comunista: la percepción de una «amenaza roja» tras la Primera Guerra Mundial impulsó el apoyo al fascismo. El aumento del voto socialista en 1919 generó preocupación en sectores conservadores.
2. La inflación y crisis de posguerra generaron inseguridad económica, especialmente en las clases medias. El aumento del desempleo y las huelgas crearon un clima de inestabilidad. Los fascistas se presentaron como «garantes de la ley y el orden» frente a la agitación social. Mussolini aprovechó una huelga general en 1922 para mostrar que solo el fascismo podía enfrentar la amenaza de la izquierda.
3. Nacionalismo exacerbado: el fascismo abrazó un fuerte ultra nacionalismo que atrajo a sectores conservadores y veteranos de guerra que además estaban desencantados con los políticos tradicionales y el sistema parlamentario.
4. Este conjunto de causas proporcionó el marco adecuado para conseguir el apoyo de las élites económicas que vieron en el fascismo un recurso de protección para sus intereses económicos , para ello financiaron la violencia y la intimidación de los «escuadristas» fascistas. Consiguieron así intimidar a la oposición, crear un marco de debilitación de la resistencia, que además coincidió con un contexto político de falta de una oposición unida , una oposición que no supo ver el peligro potencial del naciente fascismo y en consecuencia no vio la necesidad de unir sus fuerzas para enfrentarlo.
•¿ Este hecho histórico se puede traer a la Historia del Presente ? Claro que si, hacerlo es útil: la propaganda política siempre intenta repetir experiencias anteriores exitosas. Pero los paralelismos históricos tienen su riesgo comparativo: pese a ello estoy básicamente de acuerdo con el parangón propuesto por este lector
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