Por Iosu Urrutia / LAB Nafarroa
Ya hemos superado un año con el COVID, que además de traernos una crisis sanitaria sin precedentes en las últimas décadas, ha venido acompañado de una grave crisis económica que no ha hecho más que acentuar las debilidades del sistema capitalista y ha puesto boca arriba los grandes déficit que este arrastra.
Desde Euskal Herria afrontamos esta situación con nuestras fortalezas y debilidades como todas las fuerzas sindicales transformadoras del mundo.
Nos hemos reafirmado en nuestro análisis de que estamos en una encrucijada en la que o damos un giro de 180 grados o las consecuencias pueden ser muy dolorosas a todos los niveles.
Desde el sindicato LAB estamos haciendo una apuesta clara por la acumulación de fuerzas, para desde una perspectiva Eco-feminista avanzar hacia una sociedad nueva, donde el respeto a la tierra y los cuidados de las personas estén en el centro del debate. En estos últimos 14 meses estamos reactivando las luchas en los servicios públicos, las dinámicas contra la brecha salarial e impulsando la movilización y la pelea en los trabajos de cuidados. Sin olvidarnos de los sectores más precarizados y de la comunidad inmigrante que es explotada en el campo y en el servicio doméstico.
En Nafarroa desde donde escribo, la lucha que llevamos adelante en Huertas de Peralta, donde la comunidad Marroquí dio una lección de entrega y solidaridad, sacó a la palestra la situación que viven los/as trabajadores/as del campo donde las condiciones de abuso que se dan, una sociedad que se presupone digna no debería de consentir.
Hace pocos meses, después de años de pelea, el sector de intervención social consiguió un convenio que dignifica la situación de cientos de profesionales que trabajan con los sectores de la sociedad más desfavorecidos, y que vienen haciendo una labor fundamental para apoyar a estas personas en su recorrido en estas sociedad que los maltrata y discrimina.
La patronal de las residencias de mayores también se ha tenido que sentar a pesar de llevar un largo recorrido sin querer hacerlo, aumentando su negocio a costa de nuestros mayores. Tanto en este sector como en el de intervención social ha habido que mover al Gobierno de Navarra de su zona de confort y se han tenido que implicar poniendo más dinero. Ambos sectores deberían prestarse desde lo público, pero tanto en uno como en otro para algunos el negocio prevalece.
Las trabajadoras de las limpiezas, (otro de los sectores de cuidados aplaudido y precarizado) ha presentado pelea a la patronal hasta que CCOO y UGT una vez más las han vendido. ISN, la empresa principal del sector y que se adjudica la mayoría de los contratos públicos mantuvo durante meses bloqueada la negociación. Militantes de LAB bloquearon de manera simbólica uno de sus camiones para denunciar esta situación y a los días fueron detenidas, teniendo que pasar la noche en comisaría. Al día siguiente salieron en libertad con cargos.
El pasado sábado una manifestación multitudinaria denunciaba esta situación con el piquete feminista al frente, dejando bien claro que no nos van a parar.
Todas estas peleas y muchas más nos ponen en la antesala de un nuevo 1 de Mayo en el que nos vamos a movilizar por la mañana con la comunidad de LAB y a la tarde con todos los colectivos sociales que demandan un cambio de rumbo, para conseguir una sociedad más justa e igualitaria, donde estén en el centro las personas y el planeta que nos da cobijo.
Se el primero en comentar