Alemania declaró la guerra económica a su proveedor de energía más importante sin tener alternativas al gas y al petróleo baratos.
Por Rüdiger Goebel | Unsere Zeit
Las protestas contra la explosión de los precios de la energía y los alimentos no se detienen. Más de 4.400 manifestaciones tuvieron lugar entre finales de agosto y finales de octubre, según informa «Welt am Sonntag», citando información de los estados federales.
Más de 100.000 personas salen a la calle cada semana, en su mayoría silenciadas por los grandes medios o difamadas como derechistas y trolls de Putin. Los manifestantes están siendo castigados porque ven la conexión entre la loca guerra económica del gobierno federal contra Rusia y los altos costos del gas, el petróleo y la electricidad, además de una inflación de dos dígitos sin precedentes.
La propaganda empapada de moral para la entrega incondicional de tanques a Ucrania cada vez resulta menos creíble entre la población. Los llamados a una paz negociada son cada vez más fuertes. De acuerdo con la actual «tendencia de Alemania» de ARD, a la mayoría de los alemanes le gustaría más diplomacia para poner fin a la guerra de Ucrania.
El 55 por ciento de los encuestados dice que el gobierno federal debe hacer más en ese sentido, lo que supone un 14 por ciento más que en junio. Solo tres de cada diez encuestados consideran actualmente que los esfuerzos diplomáticos son suficientes, según el devastador testimonio de la ministra de Relaciones Exteriores de los Verdes, Annalena «Ruin Russia» Baerbock. No hay una mayoría en la población alemana para la demanda de Ucrania y sus departamentos de relaciones públicas en Occidente para la entrega de más armas.
Dos tercios de la población están muy preocupados por las subidas de precios. Temen no poder hacer frente a sus facturas, por lo que es posible que tengan que pasar frío y hambre en invierno. La situación se vuelve aún más dramática para millones de personas cuando las facturas de servicios públicos de los propietarios vienen con horrendos pagos adicionales solo para 2021. El verdadero golpe llega a fines de 2023 por la explosión de costos de este año. Se debe a la actitud de declarar la guerra económica al proveedor de energía más importante de Alemania sin tener alternativas al gas y al petróleo baratos de Rusia. Solo el 37 por ciento de la población cree que las sanciones son demasiado inofensivas y deberían endurecerse.
El propio gobierno federal no puede decir si las sanciones contra Rusia están surtiendo efecto. Esto surge de la respuesta a la pregunta «Control de éxito de las sanciones contra Rusia» por parte del miembro del Bundestag Sevim Dagdelen («Die Linke»), que el «Berliner Zeitung» informó la semana pasada. Pregunta de Dagdelen: “¿Tiene el gobierno federal alguna información de que las sanciones impuestas por la UE tengan un impacto en decisiones específicas del gobierno ruso con respecto a la guerra en Ucrania? Si es así, por favor justifíquelo.”
Se el primero en comentar