El mito de la Unión Europea como proyecto de paz

Que la Unión Europea es un proyecto de paz es un mantra que se ha repetido durante décadas y está en casi todos los libros de texto escolares. Sin embargo, la UE ha sido un proyecto de guerra desde que se formó a principios de los años cincuenta.

Por Jan-Åke Karlsson | 30/05/2024

Cuando Winston Churchill, en su famoso discurso pronunciado en Fulton, Estados Unidos, en 1946, acuñó el concepto de Telón de Acero, marcó el fin de la amistad entre los aliados de la Segunda Guerra Mundial. Churchill optó por un ataque ideológico frontal contra su antiguo aliado, la Unión Soviética.

Seis meses después, en una conferencia universitaria en Zurich, Churchill lanzó su receta:

‘Sin embargo, existe un remedio que cambiaría todo el panorama como por milagro. […] ¿Cuál es entonces este remedio insuperable? Se trata de recrear la familia europea. […] Debemos construir unos Estados Unidos de Europa’.

En el discurso, pronunciado al mismo tiempo que los juicios de Nuremberg, aclara cómo se deben construir estos Estados Unidos de Europa:

‘El primer paso para recrear la familia europea debe ser que Francia y Alemania se conviertan en aliados mutuos. Es la única manera de que Francia recupere el liderazgo moral en Europa. Nunca podrá haber un renacimiento en Europa sin una Francia espiritualmente grande y una Alemania espiritualmente grande’.

La ‘cura’ de Churchill vio la luz unos años más tarde. En 1950 se lanzó el Plan Schuman y al año siguiente Alemania Occidental y Francia, junto con Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo e Italia, comenzaron a cooperar en una unión del carbón y el acero. La ambición era crear una Europa federal.

La cooperación nunca se habría realizado sin el consentimiento de Gran Bretaña y Estados Unidos. En ese momento, Alemania Occidental estaba ocupada y controlada por las potencias victoriosas de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Ellos dictaron los términos del país recién formado.

Las potencias occidentales violaron el Acuerdo de Potsdam, en el que se habían fijado las condiciones de paz y el futuro de Alemania, sólo unos años después de la guerra y comenzaron una política agresiva contra su antiguo aliado, la Unión Soviética. Para esta demostración de fuerza era necesario movilizar todos los recursos y es en este contexto que se formó la Unión del Carbón y del Acero, predecesora de la UE.

La primera UE fue una de las herramientas de las potencias occidentales en la lucha contra el socialismo y la Unión Soviética: una cooperación para la guerra y el conflicto, no para la paz. Para subrayar esto, el predecesor de la UE, la CE, estableció para el 9 de mayo el Día de Europa en 1985 para substituir al Día de la Victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial . En realidad, el Día de Europa debería fijarse el 18 de mayo, cuando se firmó la Unión del Carbón y del Acero, pero se tomó esa decisión para borrar la contribución de la Unión Soviética en la victoria sobre la Alemania nazi.

En realidad Robert Schuman, Ministro francés de Asuntos Exteriores, no era precisamente un hombre de paz. A principios de los años 50, fue responsable de sangrientas guerras coloniales en Indochina. En el lanzamiento del Plan Schuman se incluyó que los países deberían ‘realizar una de sus tareas básicas: desarrollar el continente africano’.

He aquí el segundo e igualmente bélico propósito del proyecto de la UE. En el momento de la crisis de Suez en 1956, el canciller de Alemania Occidental, Konrad Adenauer, intentó hacer causa común con el primer ministro francés, Guy Mollet, e involucrar a Alemania Occidental en la guerra contra Egipto. Pero Estados Unidos obligó a Gran Bretaña a dar marcha atrás y la guerra no se llevó a cabo.

Sin embargo, Adenauer y Mollet continuaron forjando planes. Para detener la liberación colonial en África, querían ‘unirse y establecer una Europa unida’. Cuatro meses después se firmó el Tratado de Roma y se formó la Comunidad Económica Europea (CEE).

La cooperación económica europea se basaría en las colonias africanas. De esta manera, Francia y Alemania Occidental pensaron que podrían emprender la lucha económica con Estados Unidos y Gran Bretaña.

Ya durante el período de entreguerras, Francia había lanzado la idea de Euro-África, que se construiría una Europa unida con los recursos de África. Después de la guerra, los planes se mantuvieron.

En 1948, 800 delegados de una veintena de países europeos se reunieron en La Haya en un gran congreso europeo del que Churchill era presidente honorario. Como resultado, en mayo de 1949 se formó el Consejo de Europa.

En el congreso las colonias estuvieron en el centro y se acordó internacionalizar el sistema colonial. El holandés Hendrik Brugmans, que unos años más tarde se convertiría en presidente de la organización para una Europa federal, habló sin rodeos de que los europeos necesitaban un espacio vital, lebensraum, para expandirse y acceder a los recursos de África.

La historia de la UE como proyecto para enfrentar a la Unión Soviética, el socialismo y la explotación colonial es bien conocida entre los historiadores, pero los políticos tratan de mostrar a la UE como ‘una unión de paz y armonía’. Los medios de comunicación obedientemente siguen el juego y difunden el mito del proyecto de paz.

Antes del referéndum sueco sobre la membresía en la UE en 1994, el lado del Sí promovió con entusiasmo el mito del proyecto de paz de la UE. Se nos prometió que la UE no tendría ambiciones militares y ni una política exterior común.

En otoño de 2017, la UE estableció la cooperación estructural permanente en defensa (Pesco) y desde entonces ha formalizado la cooperación militar donde actualmente hay militares de la UE pero fuera de la UE en tres continentes, Europa, Oriente Medio y África.

Ya en 2003, la UE inició una cooperación militar con la OTAN a través del acuerdo Berlín plus, lo que significa que la UE puede utilizar parte de los activos militares de la OTAN. Esta colaboración se ha desarrollado a lo largo de los años y las dos organizaciones han estado estrechamente vinculadas durante las últimas dos décadas.

En otoño de 2022, la UE aprobó el nuevo concepto estratégico de la OTAN, que, entre otras cosas, tiene como objetivo a China. En enero del año pasado se firmó una nueva declaración conjunta actualizada entre la UE y la OTAN.

Entre los 14 puntos se afirma, entre otras cosas, que la UE y la OTAN se basan en valores comunes, que la postura y la política de China plantea desafíos que se deben ‘afrontar’, que la brújula estratégica de la UE y el concepto estratégico de la OTAN requieren una mayor colaboración y cooperación entre la UE y la OTAN y que juntas deberían ‘contribuir a reforzar la seguridad dentro y fuera de Europa’.

No se puede expresar más claramente. La UE es un proyecto con ambiciones de expansión militar.


Este artículo fue publicado originalmente en el medio sueco Proletären y traducido al castellano para NR.

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