En la madrugada de este jueves, 15 de septiembre, tras la movilización de la oposición frente a la Asamblea Nacional, Armenia y Azerbaiyán ha firmado un alto el fuego, después de confirmar la muerte de 135 militares armenios
Por Angelo Nero
El pueblo se ha echado a las calles de Ereván, se dice que hasta 50.000 personas, para plantarse frente a la Asamblea Popular, ante los rumores de que el primer ministro podría firmar un documento en el que reconocería la soberanía azerí sobre el territorio de Nagorno Karabakh, una línea roja para los armenios, que ha obligado a Nikol Pasinhyan a asegurar que no hará ninguna concesión territorial ni abandonará a los armenios de la menguada República de Artsakh. Aún así 35 parlamentarios han ingresado en el parlamento a altas horas de la madrugada, para firmar una moción de censura contra el gobierno salido de la Revolución de Terciopelo, en 2018, aún sin muchos visos de salir adelante, ya que el parlamento armenio, compuesto por 107 escaños, tiene una mayoría gubernamental de 71 diputados, afines a la formación de Pasinhyan, Contrato Civil, y la oposición está muy lejos de formar una mayoría lograr su destitución.
La lectura que hace el gobierno armenio de estas movilizaciones es otra, según el jefe de gabinete, Taron Chakhoyane: “Hoy, en las calles de Ereván, los participantes de la acción exigiendo la renuncia del primer ministro han llamado al mando de varias unidades militares, pidiéndoles que no pelearan más, alegando que el primer ministro Pashinyan iba a firmar un documento.” Lo cierto es que la sociedad armenia está fracturada entre los seguidores del gobierno y sus opositores, y la agresión azerí, ha acentuado esta fractura, hasta el punto de que son muchos los que dudan que Pasinhyan sobreviva a esta última crisis. Aún así, el líder armenio se ha rebelado como un auténtico superviviente político, y en las últimas elecciones ha sido refrendado por una amplia mayoría de los votos.
En la madrugada de este jueves, 15 de septiembre, tras la movilización de la oposición frente a la Asamblea Nacional, Armenia y Azerbaiyán ha firmado un alto el fuego, después de confirmar la muerte de 135 militares armenios, tal como ha afirmado el secretario en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para Armenia, Armen Grigoryan, “Gracias a la implicación de la comunidad internacional, acordamos un alto el fuego con Azerbaiyán a partir de las 20.00 horas (hora local) del 14 de septiembre”. A la vez que señalaba la esperanza en que los azerís, dado su historial de rupturas de las treguas pactadas, cumplieran esta vez con lo firmado. Por la parte azerí, Baku ha confirmado la muerte de 70 militares participantes en la invasión de territorio de soberanía armenia.
A la vez de esto, Armenia ha redoblado sus iniciativas diplomáticas para detener el conflicto, el representante de Armenia ante las Naciones Unidas, Mher Margaryan, durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, convocada a instancias de Francia, afirmó que “hay informes creíbles de que Azerbaiyán está planeando otra ofensiva militar al ampliar la geografía de la agresión contra Armenia, incluso desde la dirección de Najicheván, para hacer realidad las ambiciones ilegales de Azerbaiyán de establecer una corredor extraterritorial a través del territorio soberano de Armenia.”
El diplomático ha hecho un exhaustivo balance de la agresión del ejército azerí: “La ofensiva se cobró la vida de 105 personas, dejó decenas de heridos, decenas de desaparecidos e infligió diversas formas de daños materiales, incluso en los asentamientos civiles y la infraestructura. (…) Durante algunos días consecutivos, varias ciudades densamente pobladas de Armenia, incluidas Goris, Jermuk, Vardenis, Kapan y Sotk, fueron objeto de un intenso fuego. Los últimos informes indican que la ofensiva ha desplazado al menos a 2.750 personas en las provincias de Gegharkunik, Vayots Dzor y Syunik, que incluyen a 370 niños y 55 personas con discapacidad entre los desplazados.”
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, cuya visita a Taiwan desató una crisis política sin precedentes entre su país y China, ha anunciado que visitará Ereván para reunirse con el primer ministro Pasinhayn, lo que supondría un espaldarazo norteamericano al gobierno armenio.
Quién está ya sobre el terreno es el secretario general de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), Stanislav Zas, que ha viajado a Ereván para monitorizar la situación, una vez que Armenia, miembro de la alianza militar, haya pedido la ayuda de esta para defenderse de la agresión azerí.
Por su parte, el presidente de la República de Artsakh, Arayik Harutyunyan, saliendo al paso de las declaraciones del primer ministro armenio que motivaron las manifestaciones de la víspera en Ereván, señalo: “Ninguna circunstancia podrá desviarnos del camino que hemos elegido, del reconocimiento internacional de la independencia de la República de Artsakh sobre la base primaria e innegociable del derecho a la libre determinación del pueblo de Artsakh. Artsakh no puede ni debe ser parte de Azerbaiyán porque el pueblo de Artsakh decide su propio destino en su propia patria.” El jueves 15 los ciudadanos de Stepanakert también salieron a concentrarse frente a su parlamento para protestar contra la firma de un eventual documento por parte del gobierno de Ereván que reconociera la soberanía azerí sobre ellos. En la noche del mismo día se volvieron a repetir las manifestaciones opositoras en la capital armenia, frente a la Asamblea Nacional, para forzar la dimisión del gobierno.
La periodista argentina Betty Arslanian, informando desde el terreno, publicó desde su cuenta de twitter que: “ El Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Armenia dijo que unidades de las tropas de Azerbaiyán se encuentran a 4,5 km de Jermuk. Las FFAA azeríes penetraron en territorio armenio con un frente de 8,5 km de largo y 7,5 km de profundidad. Avanzaron 1,5 km en Verin Shorja y Nerkin Khand.”
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