El conflicto de Casamance se ha mantenido congelado durante un amplio periodo de tiempo, siendo la crisis armada actual más larga del continente.
Por Andrea Chamorro / Descifrando la Guerra
El continente africano ha vivido un periodo de enormes cambios sociales y políticos en los que países con gobiernos aparentemente eternos eran testigos de protestas sociales y posteriores golpes de Estado. Esta oleada de cambios ha tenido consecuencias en otros países con diferentes consecuencias.
Senegal es considerado el país más estable de África ya que no ha sufrido ningún golpe de Estado y en los comicios se han dado traspasos pacíficos de poder. No obstante, la experiencia ha demostrado que esta situación puede cambiar en cualquier momento. Cabe recordar, por ejemplo, que antes de 2012 Mali era considerado un ejemplo a seguir para la región.
En 2021 tuvieron lugar episodios de protestas en Senegal contra el encarcelamiento del principal candidato opositor del presidente Macky Sall. Sin embargo, el descontento se había ido acumulando debido a la situación económica, el sistema cada vez más autoritario y el empobrecimiento de la población. Los años previos a la pandemia de la COVID-19, Senegal tuvo un crecimiento del PIB por encima del 6%. Pese a los buenos datos, este desarrollo económico no repercute en una mejora de las condiciones de vida de la población. El país posee una importante cantidad de materias primas y tierras de cultivo que se encuentra en manos de multinacionales extranjeras que no dejan grandes beneficios en el país.
El país africano está viviendo las consecuencias de la guerra en Ucrania, lo que ha supuesto un encarecimiento y escasez de los productos básicos. En consecuencia el gobierno senegalés ha llamado a que el país busque la autosuficiencia alimentaria. Es importante tener en cuenta que Macky Sall, el actual presidente de la Unión Africana, viajó a Rusia para reunirse con su homólogo Vladimir Putin con el fin de instar a una solución para la salida de alimentos desde Ucrania.
A pesar de que Senegal sea considerado un país estable dentro de la situación general de la región no significa que no posea problemas internos. El conflicto de Casamance se ha mantenido congelado durante un amplio periodo de tiempo, siendo la crisis armada actual más larga del continente. En este conflicto no se involucraron ni Naciones Unidas ni la Comunidad Económica del África Occidental, como sí ha ocurrido en otros casos de la región. No obstante, recientemente se han dado importantes avances. Casamance es un territorio situado al sur del país y alberga las zonas más verdes del país y un 15% de la población. La región no existía antes de la colonización francesa ya que los territorios que lo conforman estaban distribuidos en varios reinos. En 1902 se estableció Dakar como la capital del África Occidental Francesa en la que se incluyó Casamance dentro de Senegal. Los independentista de Casamance sostienen que la región era autónoma de facto y que se les fue prometida la independencia.
Senegal se independizó en 1960 y en su modelo de construcción del Estado se dejó de lado a varias regiones y etnias minoritarias. Diez años después se empiezan a dar signos de marginalización de Casamance ya que los gobiernos cuentan con menos ministros de la región y los puestos de poder regionales comienzan a ser controlados por individuos provenientes del norte. Al mismo tiempo se dio una marginalización a nivel económico dado que se expropiaron las tierras de cultivo a favor del gobierno central. En esta situación de desfavorecimiento se creó en 1982 el Movimiento de Fuerzas Democráticas de Casamance (MDFC) –que ya había existido previamente pero no tenía intenciones separatistas– y se fusionó en un bloque de partidos.
El MDFC ganó paulatinamente popularidad en la región hasta el punto de organizar protestas que fueron duramente reprimidas por el gobierno de Dakar. Tras diez años de pacífica oposición el MDFC pasó a la lucha armada y durante la década de los 90 tuvo numerosos enfrentamientos con el ejército senegalés y se dieron numerosos altos el fuego que fracasaron. En el transcurso de la década se dieron escisiones del Movimiento de Fuerzas Democráticas de Casamance y los enfrentamientos con el gobierno escalaron, llegando al uso de armamento pesado.
En 2004 se firmaron los acuerdos de paz en los que se pactó el desarme y la desmovilización del MDFC, aunque no fue aceptado por todas las facciones del grupo. En este punto las fuerzas independentistas perdieron la posibilidad de tener un plan de acción común, para beneficio del gobierno de Dakar. En 2012 llega Macky Sall al poder en lo que se trató de mejorar las relaciones con los grupos independentistas de Casamance lo que llevó a un alto el fuego en 2014 aunque sin poder involucrar a todas las facciones con lo que las negociaciones se estancaron con el paso de los años.
El conflicto pasó a tener una intensidad más baja que en tiempos pretéritos, aunque se produjeron episodios que hicieron peligrar las negociaciones entre ambos bandos, si bien estas se acabaron estancando igualmente. En 2019, el presidente Macky Sall renovó su mandato con el objetivo de alcanzar una paz definitiva, así que se reanudaron las negociaciones en abril de 2021. Sin embargo, esta no ha sido la única vía que ha utilizado Dakar para lograr la resolución de la contienda: las misiones militares contra grupos rebeldes en Casamance son frecuentes y para ello se han reforzado las capacidades del ejército. En agosto de 2022 se firmó un acuerdo de alto el fuego entre el gobierno senegalés y el MFDC en el que el grupo se ha comprometido a deponer las armas.
Como ya se ha podido comprobar, ha habido cambios sustanciales en Senegal y ha tenido importante impacto en las elecciones legislativas. Estos comicios no estuvieron exentos de polémica ya que la lista de la coalición opositora, Yewwi Askan Wi, fue invalidada por el Tribunal Constitucional alegando un error en la elaboración de las listas. El 31 de julio de 2022 se celebraban los comicios para renovar la Asamblea Nacional que eran clave para Macky Sall ya que necesitaba la mayoría absoluta para llevar a cabo la reforma constitucional que le aseguraba un tercer mandato. No obstante, la coalición presidencial perdió la mayoría absoluta en el parlamento obteniendo solo 82 escaños de los 165 disponibles. Esto ha supuesto una importante bajada en el número de asientos obtenidos ya que en 2017 lograron 125. Cabe destacar que es la primera vez que se da esta situación política en el país y el presidente va a necesitar apoyarse en otras fuerzas para sacar sus proyectos legislativos adelante.
Senegal es conocido por ser uno de los países más estables del continente africano y que ha logrado sobrevivir a las oleadas de golpe de Estado que han experimentado los gobiernos vecinos. No obstante, esa estabilidad parece romperse debido al aumento del descontento social y al deterioro de la situación económica. Los próximos meses serán cruciales para el desarrollo de estos cambios y el futuro del país.
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