Se recrudece la cacería contra Julian Assange

Foto: Henry Nicholls – Reuters

El fundador de WikiLeaks, encarcelado en Gran Bretaña, podría ser extraditado a Estados Unidos, donde intentan juzgarlo y condenarlo a 175 años de prisión.

Por Redacción La tinta

El futuro de Julian Assange, otra vez, pende de un hilo. Esto se debe a que, el pasado 20 de abril, la Corte de Magistrados de Westminster, en Londres, decidió que el fundador de WikiLeaks no podrá apelar la sentencia que autorizaba su extradición a Estados Unidos para ser juzgado en ese país por supuesto espionaje.

La persecución de Assange por parte de Washington comenzó cuando su plataforma difundió miles de documentos clasificados que develaron las violaciones a los derechos humanos cometidas por las tropas estadounidenses en Afganistán e Irak, durante las invasiones a esos países en la década de 2000.

Quien deberá decidir el futuro de Assange es la ministra británica del Interior, Priti Patel, con la autoridad para firmar la orden de extradición en un plazo de dos meses, los cuales se pueden prorrogar para decidir si confirma o desestima la entrega del periodista.

Stella Assange, esposa del fundador de WikiLeaks, reclamó al gobierno británico que no avale la extradición. “Tenemos cuatro semanas para transmitir nuestras observaciones a Priti Patel antes de que tome su decisión”, indicó la esposa de Assange en declaraciones a la agencia de noticias AFP.

Wikileaks Julian Assange detencion la-tinta

“Si firma el decreto, podremos apelar sobre las cuestiones de fondo que aún no han sido objeto de apelación, como la libertad de prensa o la motivación política de los juicios”, agregó. Para la compañera de Assange, “los motivos de apelación en el Reino Unido son muy limitados, ya que el tratado de extradición se inclina fuertemente en favor de Estados Unidos, sin permitir el examen de las alegaciones estadounidenses. Iremos hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos si es necesario”.

La esposa de Assange remarcó que la extradición “se trata de un problema europeo, en el que está en juego el corazón de los valores democráticos. Lo que se decida tendrá repercusiones para todo el mundo, para los periodistas, en todo Europa”.


Assange fue arrestado en 2019, después de pasar más de siete años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. Ahora, está detenido en una prisión de máxima seguridad cerca de Londres, en condiciones críticas, que fueron denunciadas por diversos organismos de derechos humanos internacionales.


Si el fundador de WikiLeaks es extraditado a Estados Unidos, le espera un juicio en el cual podría ser condenado a 175 años de cárcel, ya que la Casa Blanca no lo considera un periodista, sino un “pirata informático” que puso en peligro la vida de numerosos informantes al publicar documentos sin editar.

Luego de conocerse la decisión de la justicia británica, el diputado del Partido Laborista, Jeremy Corbin, advirtió que “Priti Patel ahora tendrá una opción: defender el periodismo y la democracia, o sentenciar a cadena perpetua a un hombre por exponer la verdad sobre la guerra contra el terrorismo”.

En tanto, la directora de Amnistía Internacional (AI) Argentina, Mariela Belski, señaló que “publicar información de interés público es un pilar de la libertad de prensa. La decisión de la justicia británica de conceder la extradición de Assange lo pone en riesgo real de sufrir graves abusos como tortura y otros malos tratos. Además, envía un mensaje de disciplinamiento hacia el periodismo y sentaría un precedente que amenaza a la libertad de prensa en todo el mundo”.

Por su parte, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, aseguró que la extradición de Assange “equivale a una condena a muerte”, según declaraciones publicadas por la agencia FARCO. “Se lo acusa de espionaje porque estos señores no quieren que sus atrocidades se conozcan a escala mundial –manifestó el argentino-. Y entonces le han caído con todo hasta que la Justicia le ha dado la extradición a Estados Unidos”. Pérez Esquivel advirtió que a Assange se lo persigue porque “trata de informar al mundo el grave proceder de Estados Unidos”.

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En un reciente artículo publicado en el portal Counterfire, John Ress, periodista, escritor y co-fundador de la organización pacifista Stop the War, consideró que, a la hora de tomar una decisión sobre Assange, el gobierno británico debe tener en cuenta las “irregularidades” del caso. “Estas incluyen el hecho de que el principal testigo de cargo admitió que mintió en la Corte, el descubrimiento de que la CIA espió al acusado y a sus abogados, y que la CIA también discutió el secuestro y asesinato de Assange en Londres”, resumió Rees.

En la cruzada de Estados Unidos contra Assange, que tomó fuerza durante el mandato de Donald Trump, cientos de personalidades del periodismo, la política y la cultura se pronunciaron en contra de la persecución del fundador de WikiLeaks. Pero para Washington y sus aliados, lo único que importa es matar (judicialmente) al mensajero.

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