Ruido

Y mientras, no pasa nada, todo es ruido para confundirnos, para confundirla. Ruido que hace que no sepa dónde está su hija, ruido que escucha por boca de funcionarios de justicia y de policía.

Por Carmen Aneas

Una de las cosas que me he llevado de Netflix este 2023 ha sido ver Ruido, una película sobre los feminicidios en México dirigida por la cineasta Natalia Beristáin (Los adioses, No quiero dormir sola, La habitación…).

Es un film dramático sobre una madre, Julia (fantástica la interpretación de Julieta Egurrola), que busca a su hija desaparecida. Basada en hechos reales de muchas búsquedas, de muchas desapariciones. Ger, que así es como se llama la hija de la protagonista, es un símbolo para hablar de desaparecidas y desaparecidos.

Inspirada en la lucha por los derechos de las mujeres, narra sin adornos, sin afectación, los atropellos que sufren esas madres/hermanas/hijas que buscan a a sus seres queridos mientras hablan y tejen, mientras tejen y hablan con otras mujeres como ellas. Olvidadas por la justicia, sufren violencia institucional. LA IMPUNIDAD.

En este gráfico podemos ver las mujeres que fueron asesinadas en México. 3.754 muertes de mujeres, de las cuales sólo 947 (es decir el 33.7%) se investigaron como feminicidios. Si hacemos las cuentas nos sale una media de 10  mujeres asesinadas al día.

[…]al menos dos mujeres son víctimas de feminicidio y siete de homicidio doloso al día; esto, sólo considerando el número más bajo de cada delito registrado al mes en el 2022. Si se promediara de acuerdo al más alto, se hablaría de nueve homicidios dolosos y tres de feminicidio, es decir, 12 mujeres asesinadas al día.[…] (ver más)

El padre atenazado, el hermano que se culpabiliza, la madre que no se resigna. Los personajes que nos presentan en el film reflejan a la perfección el cúmulo de sentimientos y emociones, de rabia y dolor, que viven las familias que no saben dónde están sus familiares.

Quién no se acuerda de esta terrible frase:

Tengo todo el derecho a quemar y a romper. No le voy a pedir permiso a nadie, porque yo estoy rompiendo por mi hija. Y la que quiera romper que rompa, y la que quiera quemar que queme, y la que no, que no nos estorbe. (Yessenia Zamudio)

Imagen de vocesfeministas.mx

En la película acompañas a esa madre, como si de una road movie se tratara, adentrándose en el mundo de las desapariciones. En búsqueda de lugares, de personas que la puedan informar. Cuando digo la acompañas, es porque vas con ella, deseando que su hija no esté dentro de ese autobús, que esté en ese refugio de mujeres maltratadas y abusadas, para así terminar de una vez.

A modo de documental nos integramos en reuniones de «terapia» con mujeres reales donde se cuentan unas a otras por qué están allí y cómo eran sus hijas. Natalia Beristaín tuvo encuentros con las madres de las colectivas Buscándote con Amor de Estado de México y Voz y Dignidad por los Nuestros de San Luis Potosí, conversó y participó con ellas en recorridos de búsqueda tras un rumor/chivatazo… Varias de sus integrantes participan en el film contando sus historias.

Y mientras, no pasa nada, todo es ruido para confundirnos, para confundirla. Ruido que hace que no sepa dónde está su hija, ruido que escucha por boca de funcionarios de justicia y de policía.

A pesar de tanto dolor el mensaje de la película no puede ser más esperanzador: SORORIDAD. No estamos solas, tu dolor es el mío, tu lucha es la mía, si tocan a una nos tocan a todas. Esa protesta, revuelta final, es apoteósica con la protagonista junto a todas aquellas chicas que podían ser su Ger, de todas aquellas mujeres que la rodean en aquella manifestación, como si de un abrazo colectivo se tratara, todas juntas, todas con una única voz.

En el momento final de la película, a modo de manifiesto, se lee este poema de la poeta Jimena González.

No tendríamos que estar aquí

No tendríamos por qué buscar
a las nuestras y a los nuestros.
Ni preguntarnos dónde están.
Quién se los llevó.

No tendríamos que defender lo fundamental,
pero lo hacemos,
lo hemos hecho SIEMPRE.

Estamos aquí por la rabia,
por el amor,
por el hartazgo.

Estamos juntas porque los animales que son presas
siempre andan en manada.
Y esta manada ya no tiene miedo.
Ni de los lobos,
ni de los leones,
ni de los peores depredadores.

Porque ya nos han quitado todo.
A las nuestras les arrebatan hasta el cuerpo,
les quitan el nombre,
las vuelven un expediente.

Por eso nos rifamos el tiro.
Por las niñas,
por las viejas,
por las otras
y por las nuestras.

NOSOTRAS estamos dispuestas a ponerlo TODO.

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