Rafael Guijarro, Què volen aquesta gent?

detrás de los versos de “Què volen aquesta gent?” estaba, en realidad, la una denuncia por el asesinato del joven Rafael Guijarro Moreno, un estudiante de 23 años al que la policía había arrojado desde la ventana de su casa

Por Angelo Nero

De matinada han trucat
Són al replà de l’escala
La mare quan surt a obrir
Porta la bata posada

Què volen aquesta gent
Que truquen de matinada?

«El seu fill, que no és aquí?»
«N’és adormit a la cambra
Què li volen al meu fill?»
El fill mig es desvetllava

La mare ben poc en sap
De totes les esperances
Del seu fill estudiant
Que ben compromès n’estava

Dies fa que parla poc
I cada nit s’agitava
Li venia un tremolor
Tement un truc a trenc d’alba

Encara no ben despert
Ja sent viva la trucada
I es llença pel finestral
A l’asfalt d’una volada

Els que truquen resten muts
Menys un d’ells, potser el que mana
Que s’inclina pel finestral
Darrere xiscla la mare

De matinada han trucat
La llei una hora assenyala
Ara l’estudiant és mort
N’és mort d’un truc a trenc d’alba

La cantante mallorquina María del Mar Bonet, puso música al poema de Luis Serrahima, en 1968, en una canción que pronto fue censurada en la radio y se dictó contra ella la prohibición de cantarla en directo, aunque eso no impidió que se popularizase y que se convirtiese en un himno antifranquista. El motivo era que detrás de los versos de “Què volen aquesta gent?” estaba, en realidad, la una denuncia por el asesinato del joven Rafael Guijarro Moreno, un estudiante de 23 años al que la policía había arrojado desde la ventana de su casa, en un sexto piso, durante un registro, en presencia de su madre.

Rafael Guijarro cursaba estudios de Graduado Social y trabajaba como celador en un ambulatorio, y militaba en una escisión del PCE (ml) que liderara Francisco Crespo en septiembre de 1965, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), de orientación maoísta.

El 1 de octubre de 1967 el diario ABC publicaba una breve nota en la página de sucesos, con el título de “Suicidio de un joven”, en el que daba crédito a la versión oficial de la policía según la cual Rafael Guijarro, sospechoso de actividades “marxistas” se había arrojado por la ventana de su casa durante un registro para escapar de la policía:

«A las seis de la mañana de ayer, funcionarios del Cuerpo General de Policía, efectuaron un registro en el número 15 de la calle Jaime el Conquistador, domicilio de Rafael Guijarro Moreno, de veintitrés años, celador de un ambulatorio del Seguro de Enfermedad y alumno de la Escuela de Graduados Sociales, de pendiente del Ministerio de Trabajo. Iniciada la diligencia por los inspectores consignados, en presencia de Guijarro Moreno, en búsqueda de pruebas documentales de determinadas actividades marxistas –en las que al parecer, el joven estaba complicado–, éste pidió permiso a los funcionarios para beber un vaso de agua, para lo cual se dirigió a la cocina de la casa, seguido de su madre y de un inspector. Inesperadamente emprendió veloz carrera hacia una de las habitaciones contiguas, lanzándose por una ventana al vacío, sin que los esfuerzos de su madre, que se encontraba cercana, pudieran evitarlo. La madre del infortunado Rafael Guijarro Moreno ha declarado que no se explica lo sucedido y que no sabía si su hijo, de naturaleza reservado, era miembro de alguna organización política, ni si había participado en los alborotos de estos últimos días. […] Al parecer, los policías no encontraron nada comprometedor en su registro».

Otras fuentes aseguran que fue la policía quien lo arrojó por ventana antes las evidencias que las marcas que los malos tratos habían dejado en su cuerpo durante su detención. Más aún cuando el 20 de enero del 1969 se producía un caso idéntico, en la detención del estudiante Enrique Ruano, miembro del Frente de Liberación Popular, cuando estaba en manos de la temida Brigada Político Social. También entonces la versión oficial fue que el joven se había arrojado por la ventana, desde un séptimo piso, tres días después de su detención, mientras registraban su domicilio.

Maria del Mar Bonet interpretó “Què volen aquesta gent?” en muchas ocasiones, burlando la censura al cambiarla de título, y también acompañada por la Compañía Eléctrica Dharma, o con el grupo chileno Quilapayún… En catalán lo han cantado músicos de estilos muy diferentes: Sabor de Gràcia, el Orfeó Catalán, Joan Manuel Serrat, La Gossa Sorda, Mesclat, Malsujeto, Coetus, el grupo flamenco Los de la Curva… En castellano lo ha interpretado Elisa Serna, e incluso hay una versión polaca de Edyta Geppert.

La propia Maria del Mar Bonet contó así como se gestó la canción: “Yo vivía entonces en casa de Lluís Serrahima. En aquel momento, se hablaba de hacer nuevos textos con música popular catalana […]. De repente, una tarde Lluís trajo un periódico con una noticia de poca apariencia, muy insignificante, pero con un fondo muy grave. Que se había caído por una ventana aquel chico, una noticia escueta que casi no decía nada. Nos impresionó más el afán de quitarle importancia que casi el hecho en sí. Hablamos mucho rato, y a la mañana siguiente Lluís trajo un poema que había escrito sobre eso. Había escrito cuatro estrofas de cuatro versos con la idea de hacer algo tradicional. Y yo saqué la música de un tema popular «La presó de Lleida», que es también un tema político, y lo adapté al poema. Logramos lo que habíamos hablado días atrás. Un día lo canté en el Fòrum Vergés –uno de los locales en los que actuaban Els Setze Jutges– y me quedé muy impresionada al ver como la gente lo aplaudió, se levantó en silencio todo el teatro. Fue muy emotivo, porque entonces no se podían manifestar ciertas cosas; estábamos llenos de policías por todas partes. Recuerdo que, como era en catalán, la censura y la policía tardaron mucho en darse cuenta de qué trataba; incluso la pude grabar, y luego vino la prohibición.”

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