Patricia Castro: “Por leer no vamos a dejar de ser nazis, pero leer fomenta el pensamiento crítico y eso es fundamental para una democracia”

Foto: Joanna Chichelnitzky

Creo que todos sabemos cual es el monstruo, y le ponemos cara, pero lo dibujamos menos letal de lo que es, da menos miedo.

Por Angelo Nero | 4/01/2025

“Hacemos libros para no perdernos”, es quizás una de las más bellas declaración de intenciones que he leído como presentación de un proyecto editorial. ‘apostroph es una suma de caminos para comprender el mundo en el que vivimos, o para soñar otros mundos posibles. Nosotros llegamos hasta su puerta a través de las miradas del catalán Joan Salicrú (Bosnia, la guerra que no nos contaron), y del argentino Ignacio Hutín (Ucrania/Donbass: Una renovada Guerra Fría), dos de sus penúltimas referencias, que nos ofrecieron un abanico de respuestas a preguntas que ya creíamos contestadas.

Hablamos con Patricia Escudero Castro, editora, junto a Bernat Domènech, de esta pequeña isla de Robinson de las letras que se encuentra en Barcelona, pero con vocación de conocerse en muchos otros lugares, gracias a la ayuda de las redes, y que publican en catalán y en castellano.

Mientras asistimos a la interminable sangría del tejido cultural, que supone el cierre de cines y teatros, pero también de librerías y editoriales, el que se abran nuevos espacios de resistencia ante esta deriva, como ‘apostroph, se nos antoja un horizonte de esperanza que va abriendo una brecha en algo que parecía irreversible. ¿Que os llevó a crear este nuevo espacio cultural, y cuales eran los objetivos iniciales que se marcó vuestro proyecto editorial?

Todo surge un poco fruto del azar, porque mi compañero, Bernard, compró la editorial a un par de señoras de Lleida, que la tenían un poco por hobby. Él es consultor del mundo editorial y siempre había pensado que estaría bien tener una editorial, para publicar cosas que le interesaban. Publicar cuesta dinero, tiempo y muchos contactos. Las dueñas querían desprenderse de la editorial, y se la quedó, viendo que cambiando algunas cosas podía funcionar. Al poco tiempo nos conocimos, y comenzamos a editar, a pesar de que somos muy diferentes, nos complementamos. Nos vino una pandemia cuando estaba arrancando el proyecto, y fue difícil, no te lo voy a negar, aunque a mi no me gusta llorar, como se suele hacer desde la izquierda y desde el mundo de la cultura, que parece que solo sabemos quejarnos de todo lo que va mal, pero si que fue difícil.

La idea de la editorial nació de la publicación de libros del género del terror y de lo fantástico, que es una cosa que nos puede gustar, pero no mucho, porque nosotros no tenemos nada que ver con ese origen, hasta creo que está muy bien que no tengamos nada que ver con quienes la fundaron, así que pusimos el foco en lo social como argumento, como leimotiv de la editorial. Esta también había surgido desde sectores más catalanistas, puesto que solo publicaba en catalán, y nosotros quisimos jugar con el catalán y el castellano, dependiendo de si un autor funcionaba en un idioma o en otro, si el autor es catalán lo publicamos en su idioma original, y si viene de España o de Latinoamérica, se publica en castellano y se valora la posibilidad de traducirlo.

Tenemos dos líneas editoriales, por un lado una de autores locales, catalanes o españoles, con los que podamos generar pensamiento propio. Tenemos a un autor argentino, Ignacio Hutin, que escribió “Ucrania / Donbass: Una renovada guerra fría”, que encaja, y cumple varios requisitos, ya que está escrito en español, es una joven promesa, y habla de un tema social y político que nos interesa. Pero en nuestro catálogo también tenemos escritores de Madrid, no importa de donde vengan, siempre que generen pensamiento, apostamos por nuevos talentos, queremos que haya un margen para pensar, crear cultura, y que sea un poco más amplio que lo que proponen los medios los medios o las editoriales generalistas, porque es muy aburrido y no beneficia para nada a una democracia tan débil como la que tenemos.

Nosotros siendo catalanes echamos cosas en falta, que siempre pasan por los mismos sitios. Esa es una de las apuestas, y sobre todo no traducir del inglés, del alemán, sino apostar por gente de aquí. Creemos en eso, y por eso nos dedicamos a publicar sobre temas en conflicto, por eso lo de libros en conflicto.

Hablamos de Salvini y Meloni, antes de que ganasen en Italia, aunque mucha gente ya conocía ese fenómeno, también recientemente hemos publicado un libro sobre el Modelo Barcelona, sobre las políticas neoliberales, como nos amenaza periódicamente con el tema de los alquileres, por ejemplo, que en Barcelona es un desastre.

El ensayo es uno de vuestros, aunque no el único, punto fuerte, con títulos como los citados de Joan Salicrú e Ignacio Hutín, que nos dan nuevas visiones sobre los recientes conflictos armados en Europa, o como el que indaga en el fenómeno de la extrema derecha italiana, en “Salvini & Meloni: hijos de la misma rabia”. ¿Por qué quisisteis poner el foco en el Donbass o en Bosnia, cuando no estaban de actualidad, o en el fenómeno de la extrema derecha italiana, antes de que llegaran al gobierno?

Sí, el libro del Donbass es anterior a que estallara el conflicto, entonces no era un tema de gran interés, pero a nosotros que nos gusta la política, apostamos por él, aunque todavía no hubiese una guerra declarada, y lo que demuestra es los puntos de sutura mal cosidos de la historia que hay en Europa, tanto en el Donbass como en Bosnia, en los Balcanes. Con la caída del muro ha habido un bombardeo constante de la idea del pasado comunista, de como se construye lo social en la Europa del Este, que creció contra esas ideas, y no solo en los países del Este, sino en los Balcanes, que fueron los primeros perjudicados, y estallaron en mil pedazos. El libro “Bosnia, la guerra que no nos contaron”, de Joan Salicrú ha funcionado muy bien, en catalán es el que más hemos vendido, lo que demuestra que hay un interés genuino sobre estos temas, sobre lo que algunos políticos llaman las nacionalidades periféricas. Es interesante porque hay más afinidad, y más ganas de comprender lo que pasó. Por ejemplo, en Yugoslavia, como de la noche a la mañana, hay un conflicto que nos dicen que es tribal, y que es irremediable que pasara, y el libro desmosta esa teoría.

Es cierto. Yo he leído muchísimo sobre el tema, porque también pertenezco a una nación sin estado, y siempre me ha interesado mucho la historia de las otras naciones que hay en el mundo, y el libro de Joan Salicrú, literalmente, me voló la cabeza, porque tenía muchas ideas preconcebidas, pero ahí da muchos argumentos que me las desmontaron de forma muy contundente.

Para nosotros eso es lo interesante. Aquí, en Cataluña, hay mucha afinidad con Bosnia, es evidente que fueron los grandes damnificados, es como si te pones a bombardear Murcia, aunque esté lleno de fachas, si Madrid bombardea Murcia, esta no tiene ninguna capacidad de respuesta, como si tendría Madrid, por hacer un silogismo simple.

También tenéis lugar para la novela en vuestra editorial, mayormente con una fuerte impronta social y con varios títulos que podrían encajar en el género negro. ¿Que autores podemos descubrir en el fondo de ‘apostroph, para recomendar a los lectores de Nueva Revolución?

La parte del género negro es la que heredamos, y en Cataluña ya hay editoriales que lo están haciendo muy bien y creímos que no debía ser nuestro fuerte, y nos fuimos distanciando. Seguimos apostando por la novela contemporánea, o por la novela social, por ejemplo, tenemos un autor, que creo que a cualquier lector de Nueva Revolución le va a encantar, que es Juan Luis Martínez González, que fue militar, y fue enviado en la posición que ocupaban los cascos azules en Bosnia, estuvo allí durante seis años, sobre todo desminando la zona, y verificando que se cumpliese el acuerdo de Dayton, y estuvo en la parte fronteriza con Croacia y con Serbia, y a partir de esta experiencia escribió “El horror”, que es una novela que trata sobre el asedio de Sarajevo, que publicamos junto al libro de Joan Salicrú, y trata de como toda esa mezcla de identidades funcionaba y se acaba enemistando, a veces porque alguien le manda, y le toca luchar en un bando o en otro, y también del papel de los medios de comunicación en la guerra de los Balcanes, y de como normalizamos la barbarie.

Por otro lado este autor ha escrito otra novela “Annual 1921: La matanza de los inocentes”, que trata sobre un joven soldado que le toca ir a Marruecos y le toca vivir el Desastre del Annual, y es una crítica a los estamentos militares, a esa mentalidad africanista, revanchista, que afloró después en el golpe de estado, y además es un cuestionamiento de un país con pretensiones imperiales, que tenía a su población sumida en la más pura miseria e ignorancia. Este autor toca la crítica política, desde un punto de vista histórico.

También tenemos novela contemporánea, como “Sortiu i rescateu-vos”, de Joel Codina, que publicaremos en septiembre en castellano, con el título de “Salido y rescatado”, y es como “Fue la mano de Dios” de Paolo Sorrentino, pero en Barcelona, para que os hagáis una idea.

En “Desencadenados. Un nuevo mercado para el libro independiente”, Bernat analizaba el sector editorial, y apuntaba que una de las soluciones era el micromecenazgo. Algunos de los libro de ‘apostroph han salido a la luz gracias a campañas de Verkami. ¿Qué ventajas ofrece este tipo de edición para los editores, sobre todo a nivel de financiación, y que beneficios supone para los autores, y también para los mecenas?

La idea de Bernat sería una plataforma en la cual los diferentes editores pudieran promocionar y sacar libros desde ahí, porque Verkami tiene puntos muy buenos pero otros no acaban de funcionar si tienes un proyecto a largo plazo, como es nuestro caso. Nosotros empezamos con Verkami, nos ayudó a poder salir, pero llegó un momento en el que era muy difícil sostener el proyecto a través de esta plataforma, y lo dejamos de hacer, aunque creemos que es una herramienta muy importante, el micro mecenazgo es muy útil para un aquellos proyectos que no tienen otra forma de salir, porque los proyectos culturales, muchas veces, están faltos de un capital inicial que se requiere, y creo que para arrancar algo es muy bueno esto, sabiendo bien a quien nos dirigimos, que se quiere hacer.

El libro es un objeto de culto todavía entre muchos, especialmente los de las generaciones más mayores, pero entre los jóvenes tiene que competir con las redes sociales, que se tragan una parte importante de la franja de ocio, y también con plataformas como Netflix, que se ofrecen para cubrir ese ocio con un desembolso mínimo, y también con un esfuerzo intelectual menor. ¿Cómo puede el sector editorial competir contra estas tendencias en el consumo cultural, que antes no existían? ¿Es el ebook una posible salida a esta competencia?

Cuando tu publicas algo que no es susceptible de ser colocado en una plataforma, la gente responde. Creo que muchos libros son superfluos. No quiero decir que tengamos que hacer todos libros súper importantes y profundos, sobre todo porque cualquier serie de Netflix o de HBO lo editará mejor, pero al final se trata de hacer cosas interesantes, porque yo creo que a veces no hacemos cosas interesantes, y por eso no funcionan. Aquí tenemos una tasa de lectura muy modesta, y eso tiene que ver también con la falta de democratización del país, todo esta correlacionado, por leer no vamos a dejar de ser nazis, pero leer fomenta el pensamiento crítico y eso es fundamental para una democracia.

En cuanto al ebook, creo que es un formato interesante, y no es que no acabe de arrancar, pero tiene su público, y también ayuda a vender en otros lugares, como en América Latina, donde, sobre todo por precio se compra el ebook, y funciona muy bien. Puede ser una alternativa. Creo que ha ayudado bastante, pero no se nota, porque tiene precios delirantes, es en las publicaciones académicas, que se puedan leer en cualquier parte, lo que pasa es que volvemos al tema del dinero, porque en físico un libro de estos puede costar cien euros, y en ebook solo cuesta treinta, aunque es una barbaridad, de momento. Creo que en cierto tipo de libros funciona mejor y también ayuda a que se pueda conocer su contenido. Este libro salió justo cuando las elecciones en la ciudad, hablando de todos estos temas que están pasando, y que ahora los vamos a tener más presentes, porque ya no está ni tan siquiera Colau. A veces uno echa de menos a la clase media, por qué al menos intenta hacer algo interesante, pero estos ya van directamente a levantar los vetos sobre la construcción de hoteles, de apartamentos turísticos, y la presión es enorme, por ejemplo quieren construir una nueva parte del puerto, ahora entran cruceros todos los días. Pero en Barcelona no cabe nadie más, y está muy masificada y contaminada. Y te expulsan a la periferia, porque ha subido el precio del alquiler.

Curiosamente es un modelo que estamos viendo que se está exportando a otras ciudades, como la mía, Vigo, porque ahora me hablas de los cruceros y de los apartamentos turísticos, de que se está echando a la gente del centro de ciudad, y aquí está pasando exactamente igual. Una ciudad obrera, industrial, mucho más pequeña, claro, con otras particularidades, pero donde se está intentando convertir la ciudad en un parque de atracciones. Y olvidar el pasado industrial, las fábricas, los astilleros, y se está dejando morir todo eso para tener una ciudad cool.

De hecho, los sociólogos dicen que todo este tema de la turistificación surge de la desaparición de las fábricas, si hoy no hay nadie que fabrique zapatillas o relojes aquí al lado, ya no existe el capitalismo productivo. Visita a la Sagrada Familia, crucero por el Mediterráneo, pero todo eso necesita población local, aunque sean figurantes.

Una de las novedades de vuestra editorial lleva, precisamente, tu firma, “Tu precariedad, y cada día la de más gente. Desigualdad y ansiedad en el siglo XXI”, en el que ofreces una radiografía sobre como este sistema neoliberal alimenta la desigualdad, y además de hacernos cada vez más pobres, nos aísla más de nuestro entorno, y, nos convierte en individuos cada vez más solos y más tristes, aunque vivamos en otra realidad a través de las redes sociales. ¿Qué te llevó a escribir este análisis de una realidad tan descorazonadora como la que vivimos?

Suelo ser una persona que se enrolla mucho y utilizo mucho espacio en hablar sobre ideas, y sobre cosas que nos pasan, y primero hice un ejercicio de contención, es un libro breve, porque creo que necesitamos también ser concisos para hablar de las cosas que pasan, y al mismo tiempo quise hacer un mapa del malestar, como cualquier persona que se siente mal, o de encajar, y no sabe porque, y de como estás puteado, y la gente que te putea tiene nombre y apellidos, y tienen cierta relación entre ellas. Y entonces yo quería mostrar porque todo esto funciona mal, cual es el motivo. Creo que todos sabemos cual es el monstruo, y le ponemos cara, pero lo dibujamos menos letal de lo que es, da menos miedo.

Otra novedad de vuestro catálogo que me llama la atención, es “Los años de la discordia. Del Modelo a la Marca Barcelona”, escrito por Jose Mansilla, un libro en el que se señala que “en Barcelona, como en otras ciudades globales, se pone de manifiesto la tensión entre las visiones antagónicas del modelo urbano de las élites y de las clases populares.” ¿Modelos como el de la capital catalana, donde fenómenos como la gentrificación, y el turismo masivo está afectando al tejido social de la ciudad, pueden verse reflejados en este libro?

Sí, de hecho Jose Mansilla, cuando nos presentó este libro nos dijo: “pensé que ya no serviría”, porque era algo que tenía escrito hace años, y ya no manda Trías, pero mucha gente sigue descontenta, siguen muchos temas pendientes. En Barcelona, por ejemplo, es muy chulo ver como en el centro de la ciudad hay calles enormes donde no se ve el final, y todas pertenecen a los caminantes y no a los coches, y eso está genial, pero esto tarda mucho en suceder en la periferia. Esto era así en el gobierno de Trías, que era de Convergencia, pero continúan temas pendientes en el gobierno Colau, que no se olvide que gobernó con el PSC.

Y el problema no es solo el centro, si no que han expulsado a la gente de la ciudad, cada vez tienes que irte más lejos y cada vez todo vale más caro, porque el transporte también lo tienes que pagar, y a medida que te alejas es más caro. También está genial que los coches contaminantes no puedan entrar en la ciudad, pero es injusto, porque la principal contaminación no viene de los coches, si no de los cruceros, para los que no hay ningún impedimento y que, al contrario, se fomenta que vengan. Es una exclusión de los pobres, directamente. Está muy bien que se habiliten carriles bici, pero del principal factor de contaminación, sobre todo del mar, que mata el ecosistema, no se dice nada. O que se pongan más aviones, con la cantidad de combustible que consume, es una barbaridad.

También me gustaría destacar “El sindicalista infiltrado. El trabajo en la nueva esclavitud”, donde Raúl García Agudo se infiltra en una de las grandes compañías de la economía de plataforma para sacar a relucir las miserias de esta nueva forma de explotación laboral. ¿Cómo ha sido acogido un trabajo como este, sin duda una original apuesta de periodismo de investigación?

La idea surgió porque nosotros queríamos tratar el tema de Glovo y de otras empresas que, al menos en Barcelona y en Madrid, son muy molestas, y el grado de tensión de los trabajadores es enorme, porque piensa que durante muchísimo tiempo, y en Glovo lo siguen siendo, a pesar de la Ley Rider, que tampoco es ninguna panacea, pero se ha conseguido una relación laboral, para decirle al empresario que cumpla la ley, porque primero tienes que demostrar la relación laboral. Buscamos a alguien que hablase de estos temas y vimos que Raúl había ido a una serie de entrevistas de trabajo en Valladolid para ver las condiciones de los trabajadores de Glovo, y puso un post en twitter de las entrevistas que había pasado y hay encontramos al autor. Me puse en contacto con él y le pareció muy buena idea, y estuvimos hablando de que incluso se podría ampliar en el futuro, y me parece muy interesante, porque habla de un tema de actualidad, que está en la mente de todos. Parece que están para servirnos, y hay que pararse a pensar en las condiciones de trabajo que tiene esta gente, que a mí me parecen terribles. Además siguen ganando una mierda, y Raúl lo que hizo, en este caso, como sindicalista, fue preguntar a otras personas que participan en el libro y que habían estado metidas también en estos temas, y queríamos dar una voz desde dentro, para que, de algún modo, el miedo cambiase de lado. Porque está el programa de mierda de “El jefe infiltrado”, y nos gustaba plantear: ¿te imaginas que siempre hubiese un sindicalista infiltrado? Eso sería maravilloso.

Si no me equivoco, uno de los títulos más celebrados de vuestra editorial es “Schola delenda est?”, de Pascual Gil, una de las voces más críticas con lo que viene llamándose «nueva pedagogía». ¿Revela esto que, realmente, hay una preocupación por el modelo educativo en este país, muy deteriorado en las últimas décadas? ¿Que análisis es el que hace el autor, y cuales son las alternativas que ofrece?

Creo que hay una preocupación en general por muchas cosas en este país, el problema es que la transmisión hacia el poder es prácticamente nula, lo digo porque, a veces, parece que la gente no se interesa, y no es así, lo que pasa es que después que te hagan caso o poder participar en la construcción de leyes, por ejemplo, en nada. Eso también desalienta mucho a la gente, que cree poco en la democracia, porque demuestra que hay un déficit de democracia. Pascual dice que nos venden la idea de que somos ciudadanos, de que somos libres, iguales, pero a la hora de la verdad los mecanismos del sistema están creados para crear carne de cañón, cada vez son más alumnos en una clase, y parece que es para cubrir expediente, si al menos hubiese voluntad para transmitir ideas, pero eso no es así, están hacinados, falta presupuesto, y en este contexto intentar una educación alternativa no es posible. Luego se le sobrecarga al alumnado con un montón de tiempo vacío, y como dice Pascual acaban por no aprender nada, y al mismo tiempo no solo hay profesores, sino asociaciones, sindicatos que llevan denunciando esto mucho tiempo, y también como funcionan los másteres de profesorado, aleccionar un poco al personal, pero después tampoco se aprende nada, básicamente es un negocio. Falta que alguien de dentro diga algo, y el libro sale por esto, porque hacía falta que se pusiera de manifiesto todo esto, pero luego el poder hace oídos sordos y ya está.

Para terminar, quisiera detenerme en “El precio de ser madre”, de Julia Bacardit, en el que se pone el foco en la reproducción asistida y el comercio internacional de óvulos y embriones, ¿una de las conclusiones que podemos sacar de esta obra es que está siendo mercantilizada la maternidad?

No solo eso. Una de las claves del libro incluso tiene que ver con los vientres de alquiler, por que la legislación en España es muy opaca, España es un país de turismo reproductivo, de reproducción asistida, entre otras cosas del turismo también, porque es más barato para este tipo de técnicas, la compra de óvulos está poco regulada, se dice que no puedes dar más que un máximo de tres, pero, en realidad no hay un registro efectivo y por lo tanto puede seguir donando, no hay ninguna garantía para que se cumpla. Al haber una legislación muy opaca, compran un montón de óvulos a las mujeres por una cantidad nimia, incluso podemos hablar de si se deberían comprar los óvulos o tienen que donarse y punto, igual que se dona la sangre, y quizás con la gratuidad de óvulos, acabaremos con el mercado. En todo caso hay una falta de regulación que hace que las mujeres vengan aquí para las inseminaciones artificiales, al mismo tiempo que las empresas que se dedican a esto tienen un negocio espectacular, porque compran a precio de risa y lo venden carísimo, como cuenta Julia Bacardit. Juegan con lo sentimental, con las mujeres que tienen problemas para tener hijos, y mientras la donante es precaria, hay mujeres que no le importa pagar por ello lo que sea, privándote de la disposición de tu cuerpo.

Y para poner un broche final, ¿se te ocurre recomendar algún libro del que no hayamos hablado en esta entrevista?

Uno de los que vamos a publicar próximamente, en el que nos reafirmamos en nuestra intención de favorecer a los escritores locales, tenemos a Juan Luis Martínez, el de la novela del Horror y de la del desastre de Annual, que va a sacar en los próximos meses un libro sobre el Informe Picasso, que fue un general, una figura revolucionaria, al que le hacen investigar para que no busque culpables, y al tipo lo mandan a Melilla y empieza a investigar, de tal forma que son unas mil páginas de informe, en el cual pone nombres y apellidos, muestra la corrupción que hay, como se despilfarraba el presupuesto, capitanes y altos cargos del ejército que tenían que defender los territorios avanzados, y ellos los abandonaban, y luego había gente en alpargatas en el desierto, en unas condiciones de miseria, que también negociaban y rateaban con la comida, donde también había subcontratas, como hoy en día, y Picasso demuestra que todo iba mal pero por política, porque estaba decidido desde arriba, y nadie se esperaba que dijera todo esto. Las consecuencias de que dijera todo esto, es el golpe de estado de Primo de Rivera, también motivado por el desastre de Annual, que lo que hizo fue levantarles el castigo a los culpables, que formaron parte de los militares africanistas. Picasso es de la gente que necesita España, que dice la verdad, aunque molesta mucho, y es una figura a reivindicar.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.