Hollywood toma represalias contra aquellos que se solidarizan públicamente con Palestina.
Por Oriol Sabata | 24/11/2023
La actriz estadounidense Susan Sarandon ha sido expulsada de la agencia de representación United Talent Agency tras su participación en una manifestación el pasado 17 de noviembre en la ciudad de Nueva York contra la masacre del régimen de ocupación israelí contra el pueblo palestino. Durante la protesta, Sarandon criticó que se use el argumento del antisemitismo cuando se critica a Israel: ‘ha sucedido algo terrible cuando se ha confundido ser antisemita con criticar a Israel’.
La actriz mexicana Melissa Barrera también ha conocido las consecuencias de mostrar su solidaridad con Palestina. Tras publicar mensajes en las redes sociales en los que calificaba a Israel como ‘colonizador’, ha sido despedida por la productora cinematográfica Spyglass Media Group y no formará parte del reparto en la próxima película de la saga ‘Scream’. La productora ha asegurado en un comunicado que tiene ‘tolerancia cero con el antisemitismo o la incitación al odio en cualquiera de sus formas, incluidas las referencias falsas al genocidio y la limpieza étnica’.
Las represalias contra Sarandon y Barrera son una muestra clara del poder que tiene el lobby sionista en Estados Unidos, cuyos hilos se mueven principalmente a través del Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC), que cuenta con más de 100.000 miembros. Un grupo de presión que actúa en el Congreso de los Estados Unidos y en la Casa Blanca. Se trata de una de las organizaciones que más gasta en donaciones políticas hasta el punto que sus recursos y sus influencias pueden hacer llegar a determinados candidatos a la presidencia del país. Un lobby que dona por igual a Demócratas y Republicanos. Según el sitio web ‘Open Secret’, que monitorea las donaciones políticas en EE.UU, el lobby israelí llega a destinar hasta 15 millones de dólares al bipartidismo estadounidense.
Un poder sionista en la sombra que tiene sus tentáculos en la industria cinematográfica: en los estudios, en el jurado de los Oscar y entre los guionistas hay un número importante de judíos que ejercen enorme influencia sobre el sector. Puestos de poder desde los que no dudan en activar la caza de brujas contra aquellas personas que toman partido y se posicionan políticamente frente a la barbarie israelí.
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