Por Daniel Seijo
«En nuestra cultura se enseña a los hombres que la masculinidad exige una falta de sentimiento. Ellos están condicionados a funcionar de una manera militarizada, a desconectarse de sus emociones e ignorar los mensajes de sus cuerpos, a negar las molestias físicas, el dolor y el miedo para poder luchar y conquistar con mayor eficacia. Esto se aplica tanto si la conquista es en el campo de batalla, en el dormitorio o en la oficina».
Starhawk
«Nadie lo reconoce, pero la práctica militante del feminismo de estos últimos cuarenta años, en sus múltiples manifestaciones, lo ha cambiado todo. Incluso a aquellas mujeres que dicen que el feminismo no les interesa.»
Virginie Despentes
#Metoo, #8M, las kellys…, sin duda alguna, durante este último año, han sido muchos y muy diversos los movimientos que en una comunidad global -profundamente patriarcal– han revolucionado nuestra forma de pensar de cara a poner sobre la mesa del debate social los derechos de las mujeres. Un conjunto interconectado de naciones que en el mejor de los casos –aquel que se dibuja principalmente en los estados occidentales– ha venido mantenido durante siglos a la mujer en una situación de «relajada» sumisión frente al hombre, mientras que en en el peor de los mismos –situación esta ampliamente difuminada por el planeta– ha observado con dilatada pasividad, como más de la mitad de la población mundial vivía sometida y abrumada por normas y tradiciones pertenecientes a otro siglo, a una época pasada y a una arcaica concepción de la mujer como un mero apéndice del hombre. Afortunadamente, pocos serán los que a estas alturas del conflicto se atrevan abiertamente a negar la vital importancia del feminismo como contrastado motor de cambio social, un movimiento ampliamente adoptado por diversas comunidades a lo largo y ancho de nuestro planeta, que ha logrado abrir vías de empoderación en puntos en donde muchos gobiernos ni tan siquiera identificaban claramente una disfunción social grave. Hablamos aquí de las mujeres brasileñas plantando cara a un candidato misógino, las compañeras argentinas exigiendo un aborto libre y gratuito, el grito de millones de mujeres indias pidiendo respeto por sus vidas, las miles de mujeres españolas enfrentando abiertamente la impunidad de una justicia machista o el resurgir político del feminismo como sujeto vital en los acontecimientos sociales de Estados Unidos. Cuando hablamos de feminismo, hablamos de compromiso, lucha y emancipación.
Ya nadie, excepto los más descerebrados –por supuesto entre ellos el presidente de los Estados Unidos, partidos como VOX o sociedades como la saudita– se atrevería a menospreciar o ridiculizar abiertamente a una mujer que hoy enarbole su condición de feminista en su puesto de trabajo, en su casa o entre sus amistades. La lucha por los derechos de las mujeres ha dejado de estar acompañada por cómicos retratos de pelos en las axilas y señas de debilidad familiar o trastorno mental, para diluirse lenta e inexorablemente en la sangre del conjunto de mujeres y hombres de nuestro planeta. Hoy el feminismo ocupa un lugar preferente en la lucha social gracias al arrojo y valor de miles de pequeñas luchas en barrios, empresas y hogares. El terrorismo machista, las violaciones grupales, los asesinatos o la precarización laboral de la mujer han sido auténticas lacras que han favorecido la organización de un frente común hasta ahora desconocido a nivel global. A la espera de un frente amplio de la causa feminista –excepto la cuestión de clase no se me ocurriría un escenario más favorable para una causa internacionalista– y con el objetivo en el horizonte de mayores conquistas reales, no podemos dudar de la capacidad del feminismo para hacerse finalmente con el manejo del discurso. Hoy, al igual que sucedió con el racismo, el machismo comienza a ser visto en nuestras sociedades como una disfunción social a la que combatir abiertamente. El sujeto machista, pero también la superestructura del patriarcado que todavía lo protege, comienza a sufrir en sus propias carnes la condena social, un paso que sin duda resulta vital para su erradicación.
Y mientras la revolución feminista tenía lugar en nuestras sociedades, el conjunto masculino, que sin duda debería suponer un actor clave en todo este proceso, en su mayor parte ha permanecido paralizado ante la descomposición vital de sus cimientos que suponía este movimiento organizado. Llegados a este punto, no debemos confundir ciertos conceptos básicos –pero habitualmente utilizados para engatusar y embaucar por quienes en este mundo siempre parecen defender la prevalencia del statu quo de las cosas– el feminismo no busca la erradicación del hombre, ni su sumisión a la mujer, ni tan siquiera busca venganza ante los cientos de miles de asesinadas o maltratadas por sus parejas. El feminismo únicamente busca la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. No obstante, como en cualquier movimiento revolucionario y emancipatorio, existirán actores perjudicados, habitualmente quienes hasta ese momento han ejercido un abuso de poder o han concentrado excesivos privilegios por su condición. En este caso, muchos de nosotros, los hombres.
Resulta curioso encontrarse con voces masculinas fuertemente reaccionarias frente al avance del feminismo, mientras en otros campos políticos y sociales defienden abiertamente posiciones progresistas o incluso radicalmente revolucionarias. Resulta sorprendente la facilidad con la que el papel de opresor nos hace ciegos ante las injusticias que cometemos. Como el privilegio adscrito resulta infinitamente más complejo de erradicar que el adquirido. Por ello, querido lector, hoy vengo a reflexionar sobre la vital necesidad de un resurgir de la masculinidad, un proceso radical e irreversible de educación colectiva que elimine de nuestras instituciones y círculos sociales todo aquello que hemos interiorizado como propio de la más nociva masculinidad.
Los hombres lloran –todos lo hacemos-, nos miramos al espejo antes de salir de casa para sentirnos bien, cotilleamos, nos parten el corazón, nos ilusionamos con una mirada, no siempre nos apetece tener sexo, nos gusta sentirnos apoyados cuando todo se va a la mierda, no estamos seguros de nuestras decisiones, los tíos que están todo el puto día alardeando de sus ligues nos parecen unos gilipollas, a veces nos gusta tirarnos en el sofá a ver pelis malas en lugar de emborracharnos con nuestros amigos, nos jo** tener que cambiar la rueda del coche, odiamos los deportes de motor y exactamente todo lo contrario… No existe un modelo de masculinidad que debamos seguir, un hombre no tiene que perseguir cualquier falda que se cruce en la calle, sobra decir que un bofetón nunca es una señal de hombría y tratar como una mierda a las mujeres desde todos los puntos de vista te hace ser una mierda, nunca una especie de gigoló moderno por mucho que te lo hayan dicho tus colegas del gimnasio.
Resulta vital que, como sociedad, reflexionemos seriamente acerca de cuáles son los modelos masculinos con los que nuestros jóvenes crecen: series de televisión, videojuegos, modelos de ocio, anuncios…, miles de estímulos destinados a marcar una clara línea divisoria entre los atributos psíquicos y sociales del hombre y la mujer. Un modelo de socialización cerrado que sin duda resulta necesario superar de cara a derribar una estructura social reaccionaria como el patriarcado. La deconstrucción de la masculinidad como modelo antagónico de lo femenino supone un primer paso –pese a las obvias reticencias del los sectores más retrógrados y reaccionarios– de cara a lograr alcanzar la libertad individual a la hora de formar nuestra propia conciencia como individuos. Únicamente más allá de las constricciones sociales del género, y las superestructuras surgidas de ese modelo, podremos encontrar un futuro en donde hombres y mujeres alcancen una igualdad real. Solo de ese modo podremos alcanzar un cambio social irreversible en este sentido.
El feminismo, como movimiento político y social, ha supuesto claramente la toma de conciencia del colectivo de mujeres acerca de la opresión y explotación de que son objeto por parte de los varones en el seno del patriarcado. Por tanto, de cara a disfrutar de una sociedad justa y paritaria resulta vital e ineludible la pronta toma de conciencia del colectivo de hombres acerca de sus privilegios sociales y la clara opresión que el disfrute de estos arroja sobre el conjunto de mujeres. Conllevando a su vez esta clara situación de privilegio masculino –dentro del sistema patriarcal– una restricción de cara al libre desarrollo como individuos de los hombres. Hoy ningún hombre debe considerarse digno defensor de una causa social justa mientras no reflexione profundamente acerca de la lucha del feminismo y el duro golpe que esta supone a la tradicional construcción de su propia masculinidad. No se trata por tanto de poner de modo alguno al hombre de nuevo en el centro del debate, sino más bien de aprovechar el firme desarrollo de la justicia en la concepción del movimiento feminista para lograr con su impulso la emancipación de una superestructura como el patriarcado, a todas luces incompatible con la construcción de una sociedad mejor. No debemos por tanto como hombres sentirnos amenazados por el feminismo, no al menos de manera distinta a la amenaza que supuso para nosotros el racionalismo o el comunismo: la amenaza directa de un conocimiento que nos hará libres, que derribara nuestros falsos ídolos dotándonos de la oportunidad, pero también de la responsabilidad, de crecer como individuos y como colectivo. En la digna lucha de nuestras compañeras, se encuentra la oportunidad de liberarnos definitivamente de las cadenas del privilegio envenenado del patriarcado.
Seudoarticulos del odio contra el varón heterosexual,todos los días,a todas horas, en todos los medios de la desinformación y el adoctrinamiento contra el varón heterosexual.
Peones del veneno,el odio,la psicosis,la inmensa industria del género, negocio perverso contra la humanidad los derechos humanos fundamentales,la Constitución,la igualdad,la lógica universal,la razón y la vida, que reflejan lo más repugnante,hipócrita,mezquino del ser.Seres vendidos a intereses espurios contra natura que agitan el odio y la psicosis en sus artículos contra personas,simplemente por su sexo y por su orientación sexual,contra el varón heterosexual,haciendo responsables a todos los hombres de los delitos de algunos,tras crear leyes con derecho penal de autor idénticas a las utilizadas por los nazis durante el Holocausto judío, generando el mismo odio la misma psicosis,los mismos tribunales de excepción o especializados,mismas leyes del odio,misma psicosis, para condenarlos..
¿Qué quieren?, ¿que se extermine a todos los varones?.
¿Que todos los hombres sean llevados y exterminados en cámaras de gas?
¿Pueden decir qué es lo qué pretenden?¿El exterminio total por «género» de todo varón heterosexual? Solo queda eso por hacer, el exterminio total por género. Ni los nazis llegaron a tal perversidad.El crimen con derecho penal de autor que se está perpetrando en España desde las leyes de género y la ideología de género perversa de Zapatero del año 2004 es aún más grave por producirse en un supuesto Estado democrático y de derecho y en pleno siglo 21.
Cientos de ataques, cada día uno nuevo contra los derechos humanos fundamentales de los hombres,derechos humanos que deberían ser inherentes a toda persona sobre la faz de la tierra, indistintamente si son mujeresm hombres, blancos negros, amarillosm altos o bajos,y que jamás, jamás ningún político debería violar en sus leyes ni permitir que esto suceda. Esto es lo que manda la Constitución en sus derechos humanos fundamentales,esos que deberían ser absolutamente inviolables.La Constitución jamás mandaría en su interpretación exterminar a todos los hombres para evitar que no ocurriera ningún delito única y exclusivamente sobre ninguna mujer por parte de ningún hombre.Los hombres no son simple basura a exterminar, también son personas y deberían tener derecho a presunción de inocencia y a esos mismos derechos humanos fundamentales que se le niegan. El culpable de un delito solamente es aquel que lo comete,pero jamás todos los hombres o todas las mujeres.Basta de crímenes contra la humanidad en leyes perversas y criminales disfrazados criminalmente en ministerios de la igualdad.Basta del insulto de llamar a este crimen contra la humanidad leyes de la igualdad.
Cada vez que por desgracia ocurre un atentado, todos nuestros políticos salen rápidamente a decir en todos los medios que todos los negros,blancos o todos los musulmanes, no son responsables de este atentado, haciendo lógicos llamamientos a la calma y a la razón.
Contra el hombre heterosexual hacen absolutamente lo contrario,incitar el mayor número de denuncias,odio,psicosis,tribunales de excepción,comisarías y policías del régimen de género contra el varón,cribados en centros de salud,convertir en «jueces» a las miles de asistentes sociales de las miles de casas de la mujer y ayuntamientos y «ministerios de la igualdad» de toda España, todos especializadas en «perspectiva de género» contra el varón,jurisprudencias todas contra el varón por cualquier roce,puntos lilas en todos los eventos,odio psicosis hasta el infinito de forma institucional con todos los poderes del Estado.Tribunales de excepción contra el varón,cientos de ellos repartidos por toda España con adoctrinamiento obligatorio en ideología de género a los jueces.Incluso formación en género a jueces fuera ya incluso de estos tribunanales especializados,creando un nuevo ataque llamándolo violencia institucional para destruir a los jueces que condenen por las pruebas y los hechos, en vez de por el género como les impone la doctrina de género…,cada día un nuevo ataque contra el hombre,su dignidad,su presunción de inocencia,como si el hombre en vez de persona fuera la más repugnante escoria a extinguir.
En cambio es ocultado que la mayoría de los delitos «de género»son cometidos por extranjeros, sobre el 50% y solo representan un 10% de la población, vertiendo a su vez todo el odio y toda la psicosis contra el varón heterosexual autóctono ocultando estos datos y estás estadísticas. Todos tenemos derecho a luchar por una vida mejor pero nadie debe pagar por los delitos de otros. Las leyes de género recuperan el genocida y criminal derecho penal de autor de la ideología de nadie y las leyes de Núremberg haciendo culpables a una raza un sexo,un «género» un colectivo de los delitos de algunos.Ocultando la violencia psicológica y también física sufrido por el hombre, omitiendo datos cómo que hay más mujeres que asesinan niños que hombres, criminalizando al varón heterosexual hasta el infinito, a todas horas por todos los medios con todos los poderes del estado de forma institucional.Se podrían enumerar cientos de ataques más perpetrados por el odio y el perverso negocio de género contra la Constitución,la igualdad ante la ley,el estado de derecho,la lógica universal,la razón y la vida
https://tribunafeminista.elplural.com/2018/10/c-lm-aprobara-previsiblemente-hoy-su-nueva-ley-de-violencia-de-genero-que-incluye-ayudas-a-menores-huerfanos/
Las leyes de género son tan terriblemente injustas y discriminatorias que incluso discriminan a los únicos inocentes que son los niños que tendrán derecho o no a la consideración de género dependiendo si quién maltrata es un hombre o es una mujer.
Cada comunidad autónoma puede decidir si viola más, o todavía más los derechos humanos del varón.La gente no es consciente de la gravedad que esto supone.Fue aprobada la ley de género en Castilla la Mancha, como siempre por mayoría absoluta sin la más minima objección o reflexión sobre la terrible y perversa violación de derechos humanos que representan estas leyes,sino al contrario, cada uno añadiendo más saña, injusticia y discriminación y pidiendo más dinero para el mayor atentado contra la constitución y los derechos humanos.Ya todos a la espera que la aprobación de los presupuestos venga con muchísimo más dinero aún a las comunidades autónomas para que nadie pueda hacer ni la más mínima reflexión sobre la contraproducencia y el disparate que suponen las leyes de género españolas y las leyes de género autonómicas.Cada comunidad decide el nivel de violación, ignorando que los hombres también pudieran ser personas, o tener derecho también a presunción de inocencia, o incluso ser víctimas ellos de violencia psicológica o física… pero no,el hombre ni siquiera es tenido en cuenta y simplemente enfocado como el problema a batir,a extinguir.Tras la aprobación de los presupuestos todo quedará infectado de género con el dinero de género, y no habrá quien lo pare.Han quedado olvidados y violados los derechos humanos fundamentales constitucionales que deberían ser inherentes a toda la persona sobre la faz de la tierra que aún guarda nuestra Constitución,derechos humanos inherentes a todas las personas,indistintamente de la raza, el sexo el «género» o el color de su piel y que ningún político, ni nacional, ni autonómico, ni local debería violar jamás en sus leyes.
En 2004, con zapatero comenzaron el mayor atentado contra la constitución y contra los derechos humanos,infectándolo todo con ideología y dinero de género, políticos que deberían vigilar muy escrupulosamente que jamás se violaran derechos humanos en sus leyes.Violar derechos humanos como es la presunción de inocencia, suponen holocaustos, genocidios, persecuciones sobre inocentes,como nos ha demostrado tristemente la historia. Comenzaron en el año 2004 y no han parado ni un solo día en generar más leyes del odio y la discriminación, teniendo la perversidad de llamarlas leyes de la igualdad.Ocultando la violencia psicológica y también física sufrida por el hombre,infectando presuntamente también el tribunal constitucional,que es quien debió frenar este engendro legislativo de ideología de género y acuñando el término «género» contra el varón.Una vez pasado el control constitucional se fue cambiando a terrorismo machista, genocidio machista, lacra machista, para generar el mayor odio, la mayor psicosis que evite la más mínima reflexión sobre el hecho de que la violencia y la maldad humana no tiene género.
Convirtiendo al estado en violador de estos derechos humanos, con leyes con derecho penal de autor idénticas a las utilizadas por la ideología nazi leyes de núremberg durante la persecución de los judíos, con las gavante de producirse en un país supuestamente igualitario, constitucional y de derecho y en pleno siglo 21.Desde entonces los ataques al estado de derecho,a la idependencia de los jueces, al varón heterosexual no han cesado ni un solo día.En forma de leyes autonómicas o leyes nacionales todas contra el varón, jurisprudencias, protocolos de actuación contra el varón en los centros de salud, convirtiendo por decreto 3 de agosto 2018,en «jueces» a las miles de asistentas sociales de los miles de centros de la mujer y ayuntamientos de toda españa todas especializadas contra el varón,otorgando a las comunidades autónomas la posibilidad que tengan su propia manera de ejercer el ataque contra el varón y la heterosexualidad, como ha sido ahora el caso con estas leyes autonómicas, qué muy lejos de perseguir la igualdad cada vez generan más desigualdad ataque discriminación y persecución de todos los varones, y que van contra natura y la lógica más elemental. El mucho dinero ciega la razón y convierte en ley el mayor atropello contra la humanidad
Ojalá todo esto fuera solamente un sueño, la peor de las pesadillas. pero es una perversa y terrible realidad que provocará más violencia y reacciones a la desesperada de personas que acabarán cometiendo terribles injustificables barbaridades ante el acoso ataque y discriminación que el estado ejerce sobre ellos, que no les deja el menor atisbo de defensa y dignidad para poder demostrar su inocencia.
Esta es la verdadera violencia institucional,y no el nuevo ataque contra el varón,qué llamáis violencia institucional y que servirá para apartar y destruir a cualquier juez que no condene por el «género»a todo hombre, sino que tenga en cuenta el delito,indistintamente si es un hombre,una mujer,un blanco o un negro quien lo comete.
La violencia institucional es el odio ataque y discriminación que vosotros los políticos ejercéis contra todo varón en vuestras terribles y perversas leyes.Violencia institucional y terrorismo de estado es violar derechos humanos fundamentales a una raza,un sexo un «género» un colectivo, haciendo responsables a todos los hombres de los delitos de algunos.
Seréis responsables de provocar directamente la violencia y responsables de provocar injusticias, dolor,persecución,perverso maltrato sobre muchísimos miles de inocentes.La injusticia y violación de derechos humanos solo puede traer más injusticia y violencia.Esto es algo que un ciego puede ver y que jamás ningún político con poder en el Congreso o en el Senado o en las cámaras autonómicas habéis tenido el valor de reflexionar por intereses espurios.
Todos condenamos la violencia venga de donde venga,todos tenemos la obligación de no volvernos locos y cometer terribles crímenes y terribles barbaridades, y muy especialmente nuestros representantes políticos, esos que cada vez que ocurre un atentado rápidamente salen a la calle para decir que todos los negros o blancos,o todos los musulmanes no son responsables de ese delito, y que contra el hombre heterosexual hacer absolutamente lo contrario, incitar institucionalmente el mayor odio y la mayor psicosis, y así lo reflejan día sí y día también en sus perversas leyes del odio, sus tribunales de excepción.
El mismo disparate que se está pidiendo en este artículo,en cientos cada día,el mismo disparate que recogen las leyes y la ideología de género contra el varón, sería haber hecho a todos los vascos culpables del terrorismo de ETA.
El mismo disparate,sería haber hecho culpables a todos los musulmanes de los atentados terroristas perpetrados por musulmanes.
No es tan difícil entender que las leyes con derecho penal de autor son un crimen. Leyes que solamente persiguen al varón heterosexual y dejan absolutamente indefensas a colectivos muy numerosos como son colectivos de homosexuales, lesbianas, intergenero, etcétera,o cualquier otra orientación sexual que debería tener idéntica protección y derechos
No es tan difícil entender que leyes que atacan y violan derechos humanos no pueden más que provocar injusticias, genocidios sobre inocentes,y violencia a la deseesperada de aquellos que son violados y masacrados en estos derechos humanos, y que están condenados de antemano en estas leyes,simplemente por su sexo, por su raza, o por el color de su piel, cómo se hace contra el varón heterosexual en las leyes de género españolas.
No es difícil entender que llamar violencia machista terrorismo machista,genocidio, lacra machista a los casos individuales cuando es un hombre quien comete este delito es atacar a todos los hombres.
Es lo mismo que si cada vez que una mujer comete un delito llamar terrorismo hembrista, cuando las demás hembras o las demás mujeres no tienen la culpa y sufren igualmente por este crimen aberrante.
Es lo mismo que pretender que porque los blancos o los negros cometan más delitos,crear leyes que violen sus derechos humanos de aquellos que mayor número de delitos cómeten.
Es aberrante intentar hacer cargar a todos los hombres con un pecado original que llaman machismo y heteropatriarcado que a todos los hombres de la España actual les hace indignos y desposeídos de los más mínimos derechos humanos fundamentales de forma genérica, en un país supuestamente igualitario constitucional y de derecho en pleno siglo 21, hasta el punto de pretender que deban renunciar a su masculinidad,masculinidad que no es otra cosa más que pedir se respeten también sus derechos humanos fundamentales y el derecho a su orientación sexual y a la heterosexualidad
Es aberrante ocultar la violencia psicológica y también física sufrida por el hombre, ocultar que hay mayor número de asesinatos de niños,criaturas absolutamente indefensas e inocentes,por parte de mujeres que por parte de hombres, para justificar terribles leyes del odio y la psicosis, simplemente porque están sustentadas por millones de recursos y no hacer la más mínima reflexión sobre su contraproducencia y tras más de 14 años desde que se iniciarán aquel fatídico día de los Santos Inocentes con Zapatero en el año 2004, a pesar de su terrible perversa inutilidad y que supone la violación de los derechos humanos fundamentales de todos los varones, de sus hijos, sus familias indistintamente si son hombres o son mujeres, son personas que sufren el espanto de la injusticia la locura y la demencia de género.
https://www.elespanol.com/reportajes/20181012/efecto-manada-presupuestos-solo-violaciones/344716849_0.html
Barbaridades y atentados contra el Estado de derecho, contra la presunción de inocencia de todos los varones. Los hombres en España con las leyes de género somos tratados cómo seres terriblemente peligrosos a los cuales hay que violar su presunción de inocencia y robar sus derechos humanos fundamentales y castrarles a todos mentalmente.Los hombres heterosexuales deben renunciar a su masculinidad según la imposición de la dictadura feminista.La masculinidad no es otra cosa que pedir que se le respeten sus derechos humanos fundamentales, el derecho cualquier orientación sexual, incluida la heterosexualidad, igual que a cualquier otra persona, hombre, mujer,blanco, negro o amarillo
Utilizar el caso de la manada, dónde un juez dice no apreciar violación sino sexo consentido, utilizar el día 8 como un éxito y una petición masiva en las calles a tener en cuenta, para cambiar leyes vitales que afectan a los derechos humanos fundamentales,cuándo esa manifestación solo representa a unas personas,a un colectivo, a un feminismo radical que no respeta las sentencias judiciales cuando no le interesa,hiper empoderado, hiper subvencionado, a raíz de ello sustituir el estado de derecho por la más perversa y criminal inquisición,violando aún más la presunción de inocencia de todos los varones,es un insulto y una broma macabra contra la inteligencia, por no decir un crimen de Estado.Afirmar que hay que dejar de cumplir las leyes de la lógica universal, y escuchar lo que dice un populacho enfurecido, que ni siquiera conoce las pruebas y los hechos.Actuar en favor del linchamiento antes que la justicia que garantiza un estado de derecho,respondiendo a intereses espurios, y a pesar de que son los jueces los únicos que han visto las pruebas,los hechos y estudiado el caso en base a su profesionalidad e imparcialidad, es la mayor locura jamás imaginable en un país supuestamente democrático y de derecho en pleno siglo 21
La historia del «solamente si es sí», es tratar a todas las mujeres como seres de parvulario, y a todos los hombres heterosexuales como peligrosísimos depredadores sexuales a exterminar.
Dejen de insultar, maltratar perseguir y criminalizar, generar odio y psicosis de forma institucional contra todos los hombres.Dejen de insultar a las mujeres y tratarlas como seres incapaces a las cuales hay que enseñar elementos de parvulario. Dejen de cometer terribles atentados contra la Constitución la igualdad ante la ley los derechos humanos fundamentales la razón y la vida, invirtiendo en este atentado millones y millones de dinero público, dinero para la violación de derechos humanos fundamentales y ejercer persecución odio y psicosis contra un sexo, dinero para atacar los pilares que sustentan el estado de derecho y que lo diferencia de una inquisición, pilares que incluyen no infectar a los jueces, a la justicia de ideologías políticas de género,de ideologías del odio contra una raza,un sexo un genero, un colectivo
Los delitos solamente representan a aquellos quiénes los cometen.
Hacer culpables a todos los hombres de los delitos de algunos es aplicar el terrible genocida derecho penal de autor de la ideología nazi.
http://merecessaberlo.es/?p=292
El feminismo en general y en concreto en España ha sido deslegitimado por las feministas radicales y es imposible hacer una separación de dónde empieza el bueno y acaba el malo.Las mujeres sensatas,justas y buenas personas de verdad,que son la muy inmensa mayoría,se declaran abiertamente antifeministas y muestran su indignación contra todas las vividoras y vividores del género,hipócritas,egoistas que defienden su cruel negocio por encima de los derechos humanos fundamentales de las demás personas. El feminismo bueno, o el malo, el que sea,para hablar de igualdad, primero ha de devolver la presunción de inocencia robada a todos los hombres y sus derechos humanos fundamentales robados por ley, y dejar de generar odio psicosis contra todos los varones, dejar de ocultar la violencia psicológica y también física sufrida por los hombres para perpetuar el perverso negocio de género contra el varón, pues el hombre sufre idéntico maltrato psicológico por sus parejas femeninas, y también físico, todo ocultado silenciado.En lo que va de 2018 van por lo menos 30 hombres asesinados por mujeres,solamente en este año. Feminismo no significa igualdad,significa terror y violación de derechos humanos fundamentales,gravísimo,muchísimo más en un país igualitario como España en pleno siglo 21.
El feminismo significará igualdad cuando se manifieste con sus inmensos innumerables recursos para pedir la presunción de inocencia y los derechos humanos robados a todos los hombres en las leyes,jurisprudencias y decretos de género contra los hombres.
Esto es de justicia porque los demás hombres, o las demás mujeres no tienen la culpa de los delitos cometidos por algunos de su mismo sexo.