“¿Os acordáis de cuando éramos pequeños y se hablaba de los mileuristas como si fuesen pobres?”. Así empieza la conversación de tres amigos que rondan los 25 años y comparten piso – vivir solo a esta edad en España es impensable para la mayoría de los jóvenes– en Madrid una tarde cualquiera con unas cervezas de por medio. Todos se han criado en familias de clase media. Dos de ellos superan las 40 horas curradas a la semana y el tercero da tumbos entre trabajos a tiempo parcial los fines de semana y prácticas sin remunerar mientras se saca la carrera. Ninguno cobra más de 1.000 euros brutos al mes.
Son los únicos de su pandilla que han logrado independizarse –sin contar a los que han okupado–. A pesar de que esto suponga no poder ahorrar para su futuro, vivir fuera del cordón de la M30 en Madrid para no pagar plaza de garaje o andar por casa con dos jerséis para no gastar calefacción. Han aprendido cuáles son las horas en las que sale más barato poner los electrodomésticos, saben encontrar los mejores productos de marca Hacendado, Día o Alipende por menos de un euro y hacen acrobacias para poder comprar un juego de sartenes a fin de mes.
¿Sus planes? Encontrar un buen trabajo, formar una familia, comprarse una casa y conocer mundo. Nada fuera de lo normal, aunque bromeen con comprarse un yate de lujo si les toca la lotería. ¿Su día a día? Trabajar, estudiar, leer, tomar una caña con los amigos, salir -pero nunca a sitios donde cobren entrada-… Nada fuera de lo normal. ¿Su problema? Que “lo normal” ya no es normal.
“LO NORMAL” EN EL EMPLEO
“Lo normal” para estos jóvenes no es ya encontrar un empleo estable. “Lo normal” es entrar en una empresa a través de unas prácticas o gracias a un contacto cercano. Lo normal es cobrar menos de 800 euros y, si llegas a 800, proclamarte privilegiado. “Lo normal” es ser un falso autónomo, no tener contrato, cobrar en negro o tener un contrato parcial y hacer una jornada completa. Es trabajar más de 40 horas a la semana y seguir siendo pobre. Sin mencionar si eres mujer en edad fértil, que ya puedes mentir en la entrevista diciendo que te has congelado los óvulos o que nunca tendrías hijos, ni loca.
Sólo el 19,7% de los jóvenes de entre 16 y 29 años ha logrado emanciparse
“Lo normal” para los jóvenes españoles – y posiblemente el resto de jóvenes del sur de Europa- es aplicar a ofertas de trabajo que te piden ser joven, dinámico y tener cincuenta años de experiencia. “Lo normal” sobre el empleo joven en España se traduce en un 42% de paro entre la población menor de 25 años y un 55% en los menores de 20. “Lo normal” es que seamos el sexto país en la lista de países con más ni-nis (ni estudian, ni trabajan) elaborada por la Eurostat en 2016.
“LO NORMAL” EN LA VIVIENDA
¿Independizarse? ¿Qué es eso? Sólo el 19,7% de los jóvenes de entre 16 y 29 años ha logrado emanciparse, según el último observatorio del Consejo de la Juventud de España. “Lo normal” aquí es quedarse en casa hasta los 30 o, si logras irte antes, tener que hacer piruetas para llegar a fin de mes con más de 50 euros. ¿Ahorrar? Olvídate si tienes que pagar un alquiler. Y eso sí: siempre con compañeros de piso. Sólo el 16,7% de las personas jóvenes emancipadas ha logrado establecerse en un lugar unipersonal.
“LO NORMAL” EN LOS ESTUDIOS
Haz una carrera’, decían. ‘¡Llegarás lejos!’, decían. Y tan lejos: Australia, Estados Unidos, Alemania, Inglaterra… Desde el inicio de la crisis, ha aumentado un 56% el número de españoles en el extranjero. No es raro ir a tomar un café en Londres y que te atienda un arquitecto español con un máster, un biólogo, un trabajador social… Es “lo normal”. ¿La respuesta a por qué pasa esto? Posiblemente cobren lo mismo como camareros en Londres que trabajando de lo suyo en España -si pudiesen-.
Estudiar una carrera de Administración y Dirección de Empresas en Madrid cuesta 23 euros por crédito más la matrícula. Teniendo en cuenta que la carrera son 240 créditos, estudiar ADE le cuesta a una persona como mínimo 5.520 euros. Y eso si aprueba TODO a la primera. ADE es de los grados que menos dinero cuestan. Una familia con tres hermanos que quieran ir a la universidad se tiene que dejar más de 15.000 euros en educación superior.
El empleo joven en España se traduce en un 42% de paro entre la población menor de 25 años y un 55% en los menores de 20
“LO NORMAL” EN ESPAÑA NO ES NORMAL.
Este es el pan de cada día de la mayoría de los jóvenes españoles. De ahí la desafección y el descontento que sienten. De ahí el 15M y el resto de movimientos estudiantiles. De ahí los expatriados que felicitan la Navidad y el Día de la Madre por Skype desde distintas partes del mundo. De ahí que algunos se pregunten por qué no se tiran a las calles. Pero no pasa porque, mientras tanto, en España, todo ello sigue siendo normal.
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