Lengua e identidad

A las generaciones postcoloniales rifeñas se le intentó inculcar que pertenecían a una gran nación árabe y en la actualidad se les intenta vender un producto muy bien empaquetado y adornado que es la amazigidad.

Por Asociación sociocultural Rala Buya

Para la mayoría de los españoles, Marruecos es un país árabe y por lo tanto, los marroquíes hablan un solo idioma, el árabe. No obstante, la situación lingüística del país dista mucho de ser uniforme y homogénea. De hecho, en Marruecos conviven varios idiomas con sus distintas variantes.

Cuando se intenta profundizar un poco más, se tiende a simplificar el mapa lingüístico del país sentenciando que la población marroquí habla mayoritariamente árabe con una minoría de habla bereber. Tal clasificación no refleja con fidelidad la realidad idiomática de Marruecos ya que, en primera instancia, los arabo-parlantes en realidad hablan un árabe dialectal en sus numerosas variantes distribuidas a la largo y ancho de la geografía del país. Luego, está el bereber o el amazige, lengua materna de la población autóctona del norte de África.

Se suele hablar de las tres variantes del bereber que son: tarifit (hablada en el norte) , tamazight (en el sur) y tachelhit (en el centro) y se les considera dialectos de un mismo idioma que es el Amazigh o Amazige. Nosotros, conscientes de que la distinción entre un idioma y un dialecto encuentra su explicación en los intereses políticos más que en los científicos, consideramos que hay que hablar de tres idiomas diferentes, a saber, el tarifit o el rifeño, tachelhit y tamazight. Más adelante, intentaremos explicar esta afirmación.

A finales de los setenta y principios de los ochenta, una élite intelectual amazige puso encima de la mesa la necesidad de incorporar la dimensión amazige en la definición de la identidad del pueblo marroquí promoviendo el idioma y la cultura amaziges en las instituciones, medios de comunicación, enseñanza, cultura, etc…. Su reivindicación se tuvo que enfrentar no solo a la oposición de los panarabistas e islamistas, sino también de los liberales, algunos sectores de la izquierda y sobre todo del poder real en marruecos, que es el palacio real y su entorno. Esta ola de agitación cultural conocida por las siglas MCA, Movimiento Cultural Amazige, fue creciendo y haciéndose visible en los espacios universitarios, artísticos, culturales e incluso políticos en los años noventa, sostenida por los jóvenes de habla amazige en una lucha identitaria sin cuartel.

En el Rif, el MCA compartía las reivindicaciones del resto de Marruecos pero, sobre todo en las dos últimas décadas, subrayaba la idiosincrasia de la región por razones históricas y políticas. Es decir, venía a decir que somos amaziges, pero antes somos rifeños.

El régimen marroquí no podía seguir mirando a otro lado y se vio obligado a fagocitar la avalancha reivindicativa amazige. Una vez más, y fiel a su estrategia retrógrada, su respuesta fue diseñada para cambiarlo todo para que todo siga igual. Para tal titánica misión creó en octubre de 2001 el instituto real de la cultura amazige, IRCAM a través de un decreto real.

No le corresponde a este artículo realizar una evaluación de la labor del instituto del rey, como lo llama mucha gente, pero sí pararse en dos decisiones que fueron claves para bloquear cualquier revitalización real de los idiomas amaziges. La primera es la adopción del Tifinagh, una grafía ancestral del amazige, para escribir el idioma. Es una elección que frena la difusión del idioma dejándolo fuera de los avances informáticos desarrollados mayormente con letra latina. La segunda decisión del IRCAM controlado por el régimen, fue embarcarse en la tarea de estandarización del amazige, partiendo de las tres variantes del mismo: tachelhit, tamzight y el rifeño.

La estandarización se vendió como una tarea puramente académica basada en teorías lingüísticas sin ningún prejuicio política. Como dice la locución latina: excusatio non petita, accusatio manifesta. Los poderes políticos en marruecos no querían permitir que los rifeños pudiesen promover su propia lengua y fortalecer así un marcador de identidad tan poderoso con es la lengua. Había que diluirla en una “neolengua orwelliana” con la que el pueblo rifeño no se sintiera identificado. De hecho, el amazige oficial está mayoritariamente formado por vocabulario del thamazight, idioma de las cabezas pensantes del IRCAM. La excusa de los académicos del IRCAM es que los tres idiomas amaziges tienen la misma raíz. Hecho innegable pero insuficiente para explicar la opción de la estandarización. La mayoría de los idiomas de Europa occidental comparten la raíz latina sin embargo nadie cuestiona la independencia de unos de otros. En realidad, es más fácil que se entiendan un portugués y un gallego o un español y un italiano que un rifeño y un hablante del tamazight. De hecho, estos dos últimos en la práctica usan el árabe dialectal u otro idioma para poder comunicarse.

En nuestra opinión, los niños rifeños y las niñas rifeñas cuando se les enseña en las aulas de las escuelas el amazige del IRCAM se les expropia de ese sentimiento identitario y de ese orgullo de pertenencia a una cultura milenaria. En resumidas cuentas, a las generaciones postcoloniales rifeñas se le intentó inculcar que pertenecían a una gran nación árabe y en la actualidad se les intenta vender un producto muy bien empaquetado y adornado que es la amazigidad. No cabe duda de que los rifeños son amaziges, pero ese rasgo no solo lo comparten con los amaziges de Marruecos sino con todos los del norte de áfrica.

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