Las naciones debían ir hacia un período de transición hacia la paz, reduciendo paulatinamente sus armamentos de modo que en diez años no existieran. Durante ese tiempo debía prohibirse la fabricación de material de guerra.
Por Eduardo Montagut | 8/03/2024
Tanto el feminismo como el cooperativismo femenino internacionales siempre se preocuparon más allá de sus objetivos específicos, y entre estas preocupaciones estuvo como principal la de la causa de la paz, especialmente en el período de entreguerras.
Así es, la Asociación Femenina Cooperativa Internacional, que en 1926 presidía la diputada socialista austriaca Emma Freundlich, y cuya secretaria era Honora Enfield, dirigió un mensaje a los miembros de la Comisión Organizadora de la Comisión de Desarme en la que se defendía la necesidad del desarme absoluto porque el armamento ya no protegía, sino que era un factor de peligro o riesgo, diríamos hoy, porque, además, el avance científico y tecnológico había llegado a un nivel tan alto que era completamente imposible o inútil el desarme parcial. Era psicológicamente imposible pensar en la paz si las naciones continuaban armándose.
Las naciones debían ir hacia un período de transición hacia la paz, reduciendo paulatinamente sus armamentos de modo que en diez años no existieran. Durante ese tiempo debía prohibirse la fabricación de material de guerra.
Por fin, se hacía necesario que se emprendiese una campaña educativa simultáneamente en todas las naciones a fin de demostrar a los pueblos la necesidad del desarme.
Hemos consultado el número 5393 de El Socialista de 18 de mayo de 1926.
Por otro lado, queremos recordar que Emma Freundlich (1878-1948) fue una escritora y política austriaca que en 1919 sería una de las ocho mujeres elegidas para la Asamblea Constituyente de la nueva República de Austria. Siguió siendo diputada hasta 1934 cuando fue detenida y encarcela en la Guerra civil austriaca. Freundlich participó activamente en el seno de la socialdemocracia austriaca, además de escribir en la prensa del partido. También participó en la Sociedad de naciones, en la Sección Económica, siendo la única mujer miembro. Por su parte, Alice Honora Enfield (1882-1935) fue una activa cooperativista británica, siendo protagonista de todas las organizaciones cooperativistas de su país y en el ámbito internacional. Enfield, por lo demás, y como hemos expresado más arriba, también se involucró en el movimiento por la paz, en el Consejo Nacional de Paz y en el Comité de Desarme de las Organizaciones Internacionales de Mujeres.
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