La República por las trabajadoras con máquinas de coser

El Monte de Piedad permitía que toda dueña de máquina de coser empeñada en el mismo pudiera trabajar durante la jornada habitual en talleres de confección y modistería

Por Eduardo Montagut

En tiempos de la República los trabajadores consiguieron entrar en el Consejo de Administración del Monte de Piedad de Madrid, algo por lo que habían luchado desde la UGT, y que solamente el advenimiento del nuevo régimen lo permitió.

Pues bien, una de las consecuencias de esta entrada de la representación obrera fue el inicio de medidas de contenido social en el Monte de piedad. Una de ellas es la que pasamos a comentar en este artículo, y que se consiguió por la iniciativa de los obreros. El Monte de Piedad estableció un nuevo servicio en relación con las dueñas de máquinas de coser empeñadas. Ya sabemos del alto número de mujeres que trabajaban en este sector en el sector textil a domicilio, además del recurso al empeño de las clases trabajadoras para solucionar problemas extraordinarios y también de la vida cotidiana. Pues bien, el Monte de Piedad permitía que toda dueña de máquina de coser empeñada en el mismo pudiera trabajar durante la jornada habitual en talleres de confección y modistería. De ese modo, las mujeres podían seguir trabajando para poder vivir, y para poder desempeñar su herramienta de trabajo.

Con el fin de facilitar la utilización de este servicio al mayor número posible de beneficiarias se acondicionaron en los mismos locales de trabajo cunas donde pudieran estar los niños que se encontrasen en período de lactancia, hijos de estas mujeres. Cada taller estaba a cargo de un empleado que conocía las máquinas por si se necesitaban reparaciones, otro servicio más, como vemos.

El periódico El Socialista se encargó de difundir este servicio, e inspeccionó los locales de las sucursales de las calles Eloy Gonzalo y de la carretera de Valencia, comprobando que eran amplios, ventilados y dotados de calefacción. El periódico obrero, como decíamos, se dedicó a difundir este servicio porque al principio no fue muy usado por desconocimiento de las posibles beneficiarias, exigiendo, además, al Monte de Piedad para que remitiese una circular a cada una de las personas que hubiera pignorado una máquina de coser.

Hemos trabajado con el número 7481 de enero de 1933 de El Socialista.

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