Adolphe Thiers (1797-1877), destacado político que desempeñó una activa oposición hacia el rey Carlos X, ministro posterior en el régimen de Luis Felipe de Orleans, y encargado de poner los cimientos de la III República.
Por Eduardo Montagut | 11/10/2024
La burguesía triunfante en el siglo XIX francés necesitaba una versión de la Revolución Francesa acorde a sus intereses. Un grupo de historiadores, algunos también políticos destacados, ofrecieron esa visión. En este trabajo nos acercamos a los principales protagonistas de la tesis liberal-burguesa de la Revolución que había abierto la puerta al ascenso de esta clase social.
El primero que debemos tratar es a Adolphe Thiers (1797-1877), destacado político que desempeñó una activa oposición hacia el rey Carlos X, ministro posterior en el régimen de Luis Felipe de Orleans, y encargado de poner los cimientos de la III República. Escribió la primera obra completa de la Revolución, la Historia de la Revolución Francesa (1823-1827), en diez tomos. Thiers realizó una intensa labor investigadora con documentos y entrevistas con protagonistas supervivientes para elaborar esta monumental obra, aunque se le achaca que es excesivamente narrativa sin dedicar mucha atención a las causas de la Revolución. En todo caso, plantea los abusos de la Monarquía absoluta, estudia los problemas financieros de las distintas etapas revolucionarias y defiende la monarquía constitucional frente al radicalismo jacobino.
François Mignet (1796-1884) fue un historiador liberal que escribió una Historia de la Revolución francesa (1824), muy en la línea de Thiers, decantándose más por las cuestiones políticas. La Revolución era legítima porque quería acabar con las tiranías y las limitaciones del Antiguo Régimen. Las “clases respetables” promovieron el proceso revolucionario para corregir esos agravios y reformar las instituciones anticuadas. Además, defendió el carácter irreversible de la Revolución porque cuando una reforma se hacía necesaria y había llegado el momento de plantearla nada podía pararla.
Augustin Thierry (1795-1856) publicó una recopilación de artículos con el nombre de Cartas sobre la Historia de Francia, donde hace una crítica a la historiografía clásica francesa basada en la narración de los hechos protagonizados por los reyes. Era la hora de hacer una nueva historia, más acorde con los intereses de la burguesía, aunque no llegó a redactarla.
François Guizot (1787-1874) fue ministro de Luis XVIII, pero al defender una postura liberal los sectores más reaccionarios del régimen consiguieron que cayera en 1822. Con Thiers, en tiempos de Luis Felipe, volvió a tener altas responsabilidades políticas. Fue, además, catedrático en la Sorbona y estudió las Revoluciones inglesa y francesa. Entre sus obras destacarán la Historia de la Revolución en Inglaterra (1826-1827) y la Historia general de la civilización en Europa (1828). Guizot defendió los logros burgueses y atacó el Terror, que sufrió, ya que su padre fue guillotinado. Pero tampoco era partidario de la república de los girondinos. Guizot planteará la tesis de que, tanto en Inglaterra como en Francia, habría una clase burguesa fuerte entre la aristocracia y el pueblo, que había ido elaborando una ideología y creado una nueva clase política.
Por fin, Albert Laponneraye publicó su Historia de la Revolución Francesa desde 1789 hasta 1814, en el año 1838. El origen de la Revolución estaría en la opresión de los grupos privilegiados sobre la burguesía y el pueblo. La Ilustración había sido la ideología que habría dotado de conciencia a la burguesía. La causa inmediata del proceso revolucionario estaría en la crisis financiera y económica de Francia.
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