La importancia histórica de la obra de Buonarroti

Buonarroti, hasta su muerte en 1837, se convirtió en la memoria de la Revolución, en un patriarca al que acudir en búsqueda de consejo o inspiración

PorEduardo Montagut

En este artículo no pretendemos hacer una biografía de la figura revolucionaria del pisano, nacionalizado francés, Filippo Buonarroti (1761-1837), sino centrarnos en su participación en la Conspiración de los Iguales de Babeuf, y cómo la historia de la misma que redactó tuvo una importancia capital en los ámbitos revolucionarios posteriores, en el surgimiento del neobabuvismo como la primera corriente comunista, como bien nos ha señalado el gran historiador Soboul. Pero, además, Marx y Engels valorarían esta Conspiración porque suponía no sólo una crítica a la sociedad existente, sino que también había sido un intento de transformarla.

La Conspiración de los Iguales en 1796 contra el Directorio supuso un hecho capital en la Revolución Francesa, a pesar de que no tuvo éxito, y de que provocó la detención tanto de Babeuf como de Buonarroti, éste último deportado. La importancia de la Conspiración y su influencia en el primer comunismo europeo se debe a que Buonarroti escribiera la Historia de la Conspiración de los Iguales, llamada de Babeuf, en el año 1828 en la ciudad de Bruselas. En realidad, se puede decir que fue esta obra la que recuperó la historia y la memoria de la Conspiración, porque había quedado borrada desde el mismo momento que se abortó. En todo caso, al parecer, según Cabet la considerada como la “Biblia de los revolucionarios” no se hizo popular hasta después de la Revolución de 1830. En esos años, Buonarroti, hasta su muerte en 1837, se convirtió en la memoria de la Revolución, en un patriarca al que acudir en búsqueda de consejo o inspiración. El propio Babeuf fue consciente de que no podía perderse la memoria de la Conspiración para la lucha socialista y comunista. Así escribió desde la cárcel a Lepelletier para que reuniera toda la documentación posible con el fin de que una vez que pasara el tiempo de la persecución, redactase lo que había pasado. No lo pudo hacer, pero el testigo lo tomó Buonarroti, como hemos expresado.

Incluimos los principios del nuevo estado que pretendía implantar la Conspiración según Buonarroti:

Art. 1. La naturaleza ha dado a cada hombre igual derecho al disfrute de todos los bienes.

Art. 2. El objetivo de la sociedad es defender esta igualdad, atacada a menudo por el fuerte y el malvado en su estado de naturaleza, y aumentar, mediante el concurso de todos, los goces comunes.

Art. 3. La naturaleza ha impuesto a cada uno la obligación de trabajar; nadie puede, sin grave culpa, sustraerse al trabajo.

Art. 4. Los trabajos y los goces deben ser comunes. Art. 5. Hay opresión cuando uno se agota en el trabajo y carece de todo, mientras otro nada en la abundancia sin hacer nada; (…)

Art. 7. En una sociedad real no debe haber ricos ni pobres; (…)

Art. 10. La finalidad de la revolución es destruir la desigualdad y restablecer la felicidad común.

Art. 11. La revolución no está terminada porque los ricos absorben todos los bienes y mandan de modo exclusivo, mientras los pobres trabajan como auténticos esclavos, languidecen en la miseria y no son nada en el Estado.»

Sobre la Conspiración y Buonarroti se pueden consultar las tres obras siguientes:

Bravo, Gian Mario (1976), Historia del socialismo 1789-1848. El pensamiento socialista antes de Marx. En la misma se puede consultar los puntos que hemos insertado.

Soboul, Albert (1984), «Utopía y Revolución Francesa», en Jacques Droz (dir.), Historia general del socialismo. De los orígenes a 1875. Barcelona, Destino. páginas 263 y ss.

Bruhat, Jean (1984), “El socialismo francés de 1815 a 1848”, en Jacques Droz (dir.), Historia general del socialismo. De los orígenes a 1875. Barcelona: Destino, páginas 451 y ss.

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