Por Olvido Contento
Uno de los objetivos a los que se enfrenta el feminismo en la actualidad es recuperar la historia de las mujeres y poner en valor todos los logros conseguidos. Es esta una manera de reivindicar nuestro papel activo en la construcción de las sociedades actuales. Solo haciendo genealogía y conociendo a las mujeres que han hecho historia tendremos una visión más real de nuestro pasado que nos ayudará en nuestro presente y nuestro futuro.
Es de todas y todos sabido que hay un déficit de referentes femeninos en la historia que nos enseñan, solo hay que ver los libros de texto que se utilizan en nuestras escuelas y que construyen una visión sesgada y parcial del mundo. Pareciera que solo los hombres han generado y participado en los hechos que conforman nuestro pasado y que por lo tanto solo ellos han influido en la construcción de nuestras sociedades actuales. Pero la realidad es bien distinta, las mujeres hemos sido agentes activos junto a los hombres, participando en la formación de la sociedad generando cambios, innovaciones y conocimiento. Pero esa participación no ha sido registrada y por lo tanto ha caído en el olvido .
Hay argumentos que justifican que en la historia aparezcan menos mujeres que hombres porque hay pocas mujeres que hayan realizado contribuciones importantes al conocimiento o que hayan contribuido a cambiar la sociedad con sus actos. Se basan en que, por su naturaleza, estaban más centradas en las tareas de crianza y cuidados que en generar campara, innovaciones y conocimientos. Yo voy más allá y les planteo dar la vuelta a este argumento, utilizando la biología para construir una naturaleza femenina eminentemente afectiva y emocional se ha mantenido a las mujeres controladas en esas tareas de cuidados y crianza en el ámbito privado y familiar alejándolas del conocimiento. El argumentario biológico y naturalista siempre ha sido peligroso para nosotras porque ha justificado nuestra opresión basándose en una supuesta inferioridad física. Mostrando así una realidad inamovible al ajustarse esta a la naturaleza y capacidades de mujeres y hombres. El Patriarcado maneja así la biología según su conveniencia para pasar de la coerción a la supuesta libre elección.
Cuando hablamos de historia con mayúsculas nos referimos al registro e interpretación de los grandes acontecimientos del pasado y debemos tener en cuenta que este registro, hasta hace relativamente poco, ha sido hecho por hombres (clérigos, sirvientes de monarca, escribas, sacerdotes). Y éstos registraban los hechos que les parecían relevantes conformando así una historia “universal” que dejaba fuera a las mujeres. Se nos ha excluido deliberadamente de la propia Historia y de su creación, sin poder plasmar los acontecimientos y vivencias relevantes para nosotras que somos más del 50% de la población mundial.
Gerda Lerner en “La Construcción del Patriarcado” hace un interesantísimo estudio sobre el papel que juega la manera en la que se construye la historia para fundamentar el Patriarcado como modelo de organización social natural: la construye quien la escribe y la registra, los hombres, pero no todos los hombres sino los que ostentan el poder económico, político y social. Podemos ver aquí también una exclusión de algunos hombres, pero está no se da por el hecho de que sean hombres sino por su posición social. La suya es pues una exclusión y una discriminación de clase, no por razón de sexo, como nos ocurre a las mujeres.
Otro aspecto importante en el análisis de la construcción de la historia enlaza con lo anterior y lo refleja bien Orwell en su frase “la Historia la escriben los vencedores“ y si afinamos más, los hombres vencedores. A los perdedores no se les permite contar la suya, se les priva de su voz. Se hace necesario pues escuchar todas las voces para que nuestra historia esté completa.
Necesitamos reconstruir nuestra historia como mujeres, para que se pueda hablar de universalidad y demostrar que nuestra contribución ha sido fundamental para el desarrollo de la humanidad. Reclamar el sitio que nos corresponde y enorgullecernos de los esfuerzos y luchas de nuestras antecesoras.
Lo que no se nombra no existe y esto lo sabe muy el patriarcado, por eso se esfuerza tanto para invisibilizar nuestras voces, nuestros logros y nuestras capacidades. Rompamos el silencio y enseñemos a las niñas y niños que las mujeres hemos estado y estamos en todos los ámbitos de la vida, somos científicas, artistas, ingenierías, filósofa, cirujanas….Necesitamos recuperar a las mujeres en la Historia, no sólo por una cuestión de justicia, también por la importancia educativa de mostrar referentes de mujeres en papeles distintos al tradicional de cuidadora.
Sigamos completando el puzzle histórico para avanzar en el camino de la igualdad y visibilizar el papel activo de las mujeres porque somos creadoras de Historia y agentes de cambio y transformación social.
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