La fuga de Jovino Fernández, Valentín Lorenzo y José Marinero

Jovino Fernández y su mujer Luisa

Por María Torres

«A las dos horas de iniciada la fuga ya funcionaban los reflectores por todas partes y por las carreteras volaban los camiones cargados de guardias civiles y de requetés. La columna se desparramó por los bosques y por los barrancos en la noche. Al día siguiente, desde nuestros escondrijos comprobábamos con qué saña se nos perseguía. Perros, curas, mujeres con fusiles y boinas rojas, requetés, guardia civil y soldados andaban y venían por los montes, detrás de nosotros. No se atrevían a penetrar en los bosques, porque a lo mejor temían que estuviéramos armados. Nosotros permanecíamos en las espesuras durante el día y por la noche avanzábamos. Yo iba con un grupo primero de unos veinte compañeros; a los dos días quedábamos tres y más tarde quedé yo solo. La persecución seguía dura y tenaz”(Jovino Fernández. Solidaridad Obrera, 16 de junio de 1938)

Jovino Fernández González nació en 1908 en Santa Marina del Sil, un pueblo del bierzo leonés. Era albañil y militaba en la CNT. Al inicio del golpe militar de 1936 formó parte de las milicias que acabarían integrando el Ejército Popular de la República. Miembro de la 12ª Brigada Mixta que combatió en el Ejército del Norte, alcanzó el grado de sargento. Capturado por los franquistas al caer Santander y condenado a pena de muerte que más tarde sería conmutada por reclusión mayor, ingresó en el Penal de San Cristóbal el 23 de octubre de 1937 con el número de preso 2332.

Tras la fuga, consiguió llegar a Francia con el apoyo de un pastor navarro después de doce días de penurias, en los que se alimentó de hojas de roble y hierbas.

Cruzó por segunda vez la frontera francesa por Le Perthus el 28 de enero de 1939 junto a su familia. Recluido primero en Argeles, pasó también por los campos de Saint Cyprien y Barcarés, antes de ser enviado a las minas de carbón de Decazeville donde se integraría en una compañía de trabajadores forzosos. Cuando finalizó la II Guerra Mundial y lo jubilaron de las minas de carbón, retomó su trabajo de albañil.

No regresó a España hasta la muerte del dictador y falleció en el exilio a los 87 años.

Valentín Lorenzo Bajo, nació el 9 de marzo de 1900 en Villar del Ciervo (Salamanca). Era jornalero y el cargo de secretario de la UGT local le bastó a los rebeldes para someterle  a un Consejo de Guerra que le condenó a doce años y un día por auxilio a la rebelión. Ingresó en el Penal del Fuerte de San Cristóbal el 24 de junio de 1937, asignándole el número de preso 1358.

Junto a su compañero de fuga José Marinero Sanz, consiguió alcanzar la frontera francesa tres días antes que Jovino, el 31 de mayo de 1938. Retornó a Barcelona para seguir luchando el 3 de junio de 1939 y fue retenido durante una semana en un cuartel mientras se comprobaba la veracidad de los hechos que había relatado.

Asignado al Cuerpo de Carabineros, prestó servicio en la prisión habilitada del convento de  las Siervas de María, donde permaneció hasta el 22 de enero de 1939, fecha en la que partió hacia la frontera francesa conduciendo a dos mil prisioneros. Entró en Francia por la Junquera el día 7 de febrero de 1939 y pasó por el campo de Argeles sur Mer, por la compañía 405 de trabajadores españoles en Meyssac, y acabó en Gurs.

Tras la liberación se reencontró con su mujer en Francia. Había perdido la pierna izquierda pero no las ganas de vivir.

Fue Tesorero del sindicato UGT de 1945 a 1949 y falleció en Burdeos en 1986.

José Marinero Sanz, nació en Dehesa Mayor (Cuellar, Segovia) el 27 de agosto de 1916. Era jornalero. Fue detenido en la Casa del Pueblo y condenado a treinta años de prisión por un delito de rebelión militar. Entró en la prisión del Fuerte de San Cristóbal el 15 de agosto de 1937, convirtiéndose en el preso número 1595.

Junto a su compañero Valentín Lorenzo Bajo, consiguió alcanzar la frontera francesa el 31 de mayo de 1938, nueve días después de la fuga y con una herida de bala en la pierna izquierda.  También regresó con Valentín a Barcelona el 3 de junio de 1939. Adscrito al Cuerpo de Carabineros, cruzó por segunda vez la frontera con las tropas al mando del Capitán Juan Rojo el 10 de febrero de 1939.

Se sabe que estuvo en el campo de Saint Cyprien y que el 25 de mayo de 1939  desde Sète (Francia), se embarcó en el Sinaia y llegó a Veracruz (México) el 13 de junio de 1939.

México fue el país que lo acogió y donde falleció en 1963 cuando contaba 47 años.

Jovino, Valentín y José jamás volvieron a encontrarse. Los tres murieron en el exilio, compartiendo desdicha con una parte de la vencida España.

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