La extrema derecha francesa: Action Française

Acción Francesa se recuperó, teniendo su protagonismo en los famosos disturbios del 6 de febrero de 1934, y que supusieron un desafío, o especie de golpe de estado, de las extremas derechas a la República, siendo abortado.

Por Eduardo Montagut

La Acción Francesa (Action Française) fue un movimiento u organización de extrema derecha de Francia, cuyo nombre también lo fue del periódico asociado al mismo.

El movimiento nació como Comité d’Action Française de Maurice Pujo y Henri Vaugeiois en 1898, convirtiéndose en movimiento de Action Française al año siguiente, todo en el contexto del affaire Dreyfus, siendo su principal figura Charles Maurras, que le dio un sello claro a esta extrema derecha: contrarrevolucionaria (contra el legado de la Revolución francesa), monárquica, profundamente antidemocrática, antisemita y defensora de un catolicismo integrista. Otro de sus principales líderes sería el escritor y periodista monárquico Léon Daudet, hijo del famoso escritor,

Acción Francesa nunca obtuvo una gran representación parlamentaria, pero siempre fue muy activa en la opinión pública de Francia, especialmente a través de su periódico, que inició su andadura en 1908 y se publicó hasta 1944. Antes de la Gran Guerra consiguió aunar al nacionalismo más reaccionario francés. En los primeros años del siglo XX esta presencia también se dio en la calle, a través de los Camelots du Roi, un grupo de jóvenes que, encargándose de la venta del diario, se dedicaban también a la violencia, una especie de movimiento prefascista, y que fascinó a un sector de los jóvenes estudiantes de derecha. Esa presencia tuvo un protagonismo destacado cuando en diciembre de 1908 se trasladaron las cenizas de Zola al Panteón. También asaltaron las clases del profesor Thalamas en la Sorbona porque, al parecer, según Acción Francesa había insultado en sus clases de Historia a Juana de Arco, todo un símbolo de esa Francia contraria al legado revolucionario. En 1911 la violencia se dirigió hacia el Barrio latino en una suerte de antisemitismo contra el dramaturgo Henri Bernstein.

La Santa Sede condenó Acción Francesa a finales de 1926 porque el papa Pío XI consideraba que la influencia de dicho movimiento era excesiva sobre la juventud católica. En este sentido, a pesar de que el movimiento defendía un catolicismo integrista, Maurras hacía una lectura muy interesada en relación con la religión, a la que consideraba un medio para unir a Francia, siendo él, realmente agnóstico. Los libros de Maurras fueron incluidos en el Índice y en 1927 se llegó a prohibir los ritos de los sacramentos a los militantes de la organización, provocando una evidente crisis en el seno de la derecha francesa, profundamente católica, y que había visto con buenos ojos al movimiento. Es más Roma consiguió que la Casa Real condenase el movimiento. Acción Francesa entró, en consecuencia, en una crisis. En todo caso, Pío XII levantaría la condena en 1939 al terminar la Guerra Civil española, en una suerte de renacido anticomunismo.

Acción Francesa se recuperó, teniendo su protagonismo en los famosos disturbios del 6 de febrero de 1934, y que supusieron un desafío, o especie de golpe de estado, de las extremas derechas a la República, siendo abortado.

Acción Francesa abogó por la alianza con el fascismo italiano en el momento en el que las relaciones de Mussolini con Hitler no eran buenas en relación con el asunto austriaco.

Maurras y Acción Francesa fueron firmes partidarios del régimen de Vichy; es más el programa de la “Révolution Nationale” del mismo estuvo inspirado en las ideas de Maurras. Pero también es cierto que el movimiento vivió una clara división en esa época porque un sector defendió el colaboracionismo más intenso con los nazis, algo que condenó el propio Maurras, mientras la mayoría se definía por la defensa del régimen de Vichy, y por fin, un tercer sector terminó por unirse a la Resistencia o se acercó a Charles de Gaulle. En la época de Vichy, por otro lado, hay citar que a Maurras, fiel partidario de Pétain, le pareció muy moderada la política del régimen con los judíos a través del Estatuto de 1940, a pesar de la responsabilidad del mismo en el propio Holocausto.

Maurras sería arrestado en 1944, condenado en Lyon por complicidad con el enemigo, siendo amnistiado en 1952, año en el que murió. En 1947 el movimiento se reconstituyó, pero tras la muerte del líder hubo enfrentamientos internos y escisiones de distinto signo, hasta que con el tiempo muchos pasarían a militar en el Frente Nacional, aunque se haya mantenido una sucesora de Acción Francesa de defensa de la restauración monárquica y con planteamientos nacionalistas.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.