Ahora la guerra desatada por Rusia contra Ucrania está siendo utilizada para una nueva vuelta de tuerca por las compañías eléctricas para desorbitar el precio de la luz y sacar el máximo de beneficios.
Por Puño en Alto
Además de todas las dramáticas consecuencias personales, familiares y sociales para los ucranianos, la injustificada invasión de Ucrania por Rusia va a tener consecuencias para la economía de los países europeos y muy probablemente seamos los españoles más que nadie quien suframos con más énfasis dichas consecuencias económicas. Así lo dijo el Presidente Sánchez dirigiéndose a todos los españoles anunciando que vienen tiempos difíciles y duros marcados por una subida de las materias primas y el coste de la energía y que la recuperación económica pospandemia se ralenticería afectando de forma notable a la economía doméstica de los españoles.
Lo que no dijo el Presidente es que seremos los de siempre los que sufriremos las consecuencias referidas y tal es el caso del encarecimiento de la luz. Las eléctricas, en modo alguno, están dispuestas a desaprovechar la ocasión para sacar pingües beneficios de la manera más nauseabunda con la excusa de la invasión de Ucrania. Lo peor de todo es que nadie desde el Gobierno está dispuesto a poner pies en pared a este latrocinio, aceptándolo como algo inevitable sin más.
A pesar de los paños calientes que ha supuesto tan solo las distintas medidas adoptadas por el Gobierno paliar algo las abusivas subidas del precio de la luz, las eléctricas con toda impunidad ha venido aumentado el mismo obteniendo unos beneficios incalculables a costa del bolsillo de los usuarios de ese servicio fundamental.
El global de los españoles hemos ido aceptando con cierta resignación la subida del precio de la luz, incluso aceptamos que, en pro del objetivo de pagar al menos igual, cambiar nuestros hábitos cuando nos impusieron unas franjas horarias fijas diarias para determinar los precios más económicos del consumo eléctrico. Pero al parecer eso no debió gustarles demasiado a las eléctricas y presionaron hasta conseguir que dichas franjas horarias no fuesen fijas y variasen de horarios según no se sabe que variable, obligando a los usuarios a estar diariamente consultando los horarios más baratos para poner los electrodomésticos como lavadoras, lavavajillas, etc. Lo curioso es que las franjas horarias más económicas para el consumidor son siempre en avanzada la madrugada. Blanco y en botella.
Ahora la guerra desatada por Rusia contra Ucrania está siendo utilizada para una nueva vuelta de tuerca por las compañías eléctricas para desorbitar el precio de la luz y sacar el máximo de beneficios. De la misma manera que el Presidente avisó que teníamos que apretarnos el cinturón, debe hacer ver, por las buenas o por las malas, a esas corporaciones energéticas que ellos también deben apretarse el cinturón renunciando a parte de sus beneficios.
El Gobierno tiene en sus manos herramientas legales suficientemente recogidas en nuestro ordenamiento jurídico y en la propia Constitución para impedir el abuso desmedido de las compañías eléctricas. El precio de la luz y el combustible en estos momentos más que nunca son asuntos de Estado y como tal se debe afrontar desde el Gobierno. De lo contrario, serán los ciudadanos los que aplicaran a los partidos en el Gobierno la medida que más les pueden doler y de la que se puede beneficiar peligrosamente el populismo de extrema derecha.
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