La alternativa entre reforma o ruptura sindical para los socialistas en 1976

la reforma no valía tampoco para los socialistas, no era una alternativa viable. Paralelamente con la ruptura política había que proceder a la ruptura sindical

Por Eduardo Montagut

En la primavera de 1976 se discutió mucho sobre reforma o ruptura sindical en los tímidos inicios de la Transición.

El recién nombrado consejero del Reino, Dionisio Martín Sanz, realizó unas declaraciones en aquel momento totalmente contrarias a la reforma sindical en la XXI reunión de la Comisión Permanente del Consejo Sindical.

Martín Sanz (1909-2002) fue un empresario que de joven estuvo muy vinculado a Onésimo Redondo, para luego ser subsecretario de Agricultura en Burgos, impulsando la creación en 1937 del Servicio Nacional del Trigo. Fue procurador en Cortes desde la primera legislatura en 1943 hasta la última en 1976, como representante de la Organización Sindical. Llegó a ser vicepresidente de las Cortes en 1967 hasta 1974, y luego consejero del Reino entre 1976 y 1977. En sus altas responsabilidades en el sindicalismo vertical franquista intervino en los Planes de Desarrollo. En la Transición se mantuvo siempre fiel al nacional-sindicalismo. Y en ese contexto estuvieron aquellas declaraciones, que se resumen en la idea de que no hacían falta decretos-ley porque los sindicalistas bien sabían decidir lo que les convenía en su futuro, en referencia a los intentos reformistas del Gobierno. Además, advirtió que no permitiría que se tocara la estructura de la organización sindical con palabras vehementes.

Estas declaraciones fueron interpretadas por los socialistas como el ejemplo más evidente de que el búnker sindical no estaba dispuesto a ceder nada ni a pretender que el gobierno reformarse las estructuras del sindicalismo vertical.

Pero la reforma no valía tampoco para los socialistas, no era una alternativa viable. Paralelamente con la ruptura política había que proceder a la ruptura sindical.

Esa ruptura sindical debía basarse en las siguientes premisas para el PSOE:

-Libertad sindical como facultad de la clase trabajadora, con el fin de decidir a partir de las asambleas de fábricas y en debates abiertos el tema de la unidad o la pluralidad sindical.

-Autonomía sindical como garantía necesaria para impedir la injerencia de intereses ajenos al mundo laboral en sus propias decisiones.

Los socialistas abogaban por el consenso obrero, por un frente unido que consiguiese la ruptura sindical contra todo intento de maquillar las estructuras existentes bajo el paraguas del reformismo sindical. Esta idea del consenso era fundamental para el PSOE con el fin de evitar situaciones ambiguas que pudieran ser aprovechadas en un juego demagógico por los defensores del verticalismo.

Así pues, ruptura sindical. Hemos trabajado con el número del 10 de abril de 1976 de El Socialista. Podemos completar la información sobre Martín Sanz en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, y con la consulta de la hemeroteca digital del diario El País sobre las declaraciones contrarias a reformas sindicales de dicho destacado personaje del verticalismo sindical.

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