Johannes Bernhardt y la carta de Franco a Hitler

Por María Torres

El 23 de julio de 1936 a primera hora de la mañana, Francisco Franco se reúne en Tetuán con el millonario empresario alemán Johannes Bernhardt, de 39 años, poseedor de la Cruz de Hierro por su participación en la Primera Guerra Mundial, que en los años veinte se había afincado en el Protectorado español en Marruecos, dedicándose a la venta de material a la Legión. Gozaba de una excelente relación con el general Emilio Mola y el por entonces coronel Eduardo Sáenz de Buruaga.

El general golpista le hace entrega de una carta manuscrita en la que solicita ayuda militar y de un croquis detallando la situación de la guerra en España, con el ruego de que  sea entregada al Führer.

El 24 de julio de 1936, Johannes Bernhardt, acompañado del jefe del partido nazi en Marruecos, Adolf Langenheim y del capitán Francisco Arranz Monasterio, es recibido por Adolf Hitler en Bayreuth. Bernhardt hace entrega de la carta al Führer y aunque a Hitler no le parecen formas de comenzar una guerra, dobla el requerimiento de Franco y declara estar dispuesto a enviar de forma inmediata, veinte aviones Junkers JU-52, que transportarían todo el material bélico posible, y cinco mil soldados. Denomina a todo ello Operación Fuego Mágico (Unternehmen Feuerzauber).

Durante los ocho días siguientes, los Junkers transportaron más de quince mil soldados hasta Sevilla.

Johannes Bernhardt, el hombre de Goering en España, acababa de fundar en Tetuán la empresa fantasma Hisma Limitada, Hispano-Marroquí de Transportes, controlada por el partido nazi. Traslada la sede de la misma a Sevilla y comienza a operar como tapadera del tráfico de armamento alemán para el ejército franquista.

Más adelante Bernhardt sería nombrado general honorario de las SS y presidente de Sofindus, un turbio entramado financiero de 350 empresas alemanas en España al servicio de Hitler. Sofindus fue responsable del envío clandestino de suministros a las tropas alemanas cercadas en la zona occidental de Francia durante y tras la liberación, así como del envío del wolframio extraído de Galicia.

Bernhardt logró escapar de la Justicia a pesar de encontrarse en la lista negra de los 104 nazis residentes en España que elaboraron los aliados. Nunca fue capturado. El régimen le concedió la nacionalidad española y le regaló una lujosa villa conocida como Casa de los Alemanes en Denia (Alicante), donde residió durante años. La casa figuraba a nombre de un gerente del imperio Sofindus.

En 1952 se estableció en Argentina. Cuentan que en el salón de su finca La Elena en Tandil, exhibía un cuadro de El Greco regalo de Franco por su ayuda al golpe militar de 1936.

«Excelencia,

Nuestro movimiento nacional y militar tiene como objeto la lucha contra la democracia corrupta en nuestro país y contra las fuerzas destructivas del comunismo, organizadas bajo el mando de Rusia.

Me permito dirigirme a V.E. con esta carta, que le será entregada por dos señores alemanes, que comparten con nosotros los trágicos acontecimientos actuales.

Todos los buenos españoles se han decidido firmemente a empezar esta gran lucha, para el bien de España y de Europa.

Existen severas dificultades de transportar rápidamente a la Península las bien comprobadas fuerzas militares de Marruecos, por falta de lealtad de la Marina de Guerra Española.

En mi calidad de jefe superior de estas fuerzas ruego a V.E. me facilite los siguientes medios de transporte aéreo:

10 aviones de transporte de la mayor capacidad posible; además solicito:

20 piezas antiaéreas de 20 mm

6 aviones de caza «Heinkel»

La cantidad máxima de ametralladoras y de fusiles con sus municiones en abundancia.

Además bombas aéreas de varios tipos, hasta 500 kgs.

Excelencia, España ha cumplido en toda su historia con sus compromisos.»

Francisco Franco

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