El atroz encanto de ser argentino

Divide et impera, esa es la nueva forma de hacer política en nuestro país. Así se determina que de un lado son: vagos, mantenidos por el estado, ladrones, corruptos, zurditos, comunistas pro Venezuela, Cuba e Irán. Mientras del otro son: fachos, liberales, corruptos millonarios, vende patrias, empresarios y lobistas de la banca extranjera.

Por Hernán Tiseyra

“¿Cómo puede ser atroz un encanto? ¿Cómo pueden asociarse elementos tan contradictorios?  Pues  en  algo  así  –contradictoria, masoquista y atormentada– se ha convertido la condición argentina. Nos emociona ser argentinos y también sufrimos por ello. Nos gusta, pero ¡qué difícil es!”

Marcos Aguinis

Si por algo nos caracterizamos los argentinos es por nuestro dualismo de oposición. Nos creemos los más grandes pero al mismo tiempo asumimos ser el “culo del mundo”; tenemos a D10S(1) pero es un drogadicto; o a Messi, pero es un pecho frío(2) que no canta el himno.

Nuestros opuestos nos llenan de esperanza, alegría, odio, rencores, amores y desamores.

En Argentina se es de Boca o de River, unitario o federal, Radical o Peronista, de Sumo o Soda(3), pero la nueva forma de dualismo es estar a uno u otro lado de “la grieta”. Esa invención de los grupos de poder, que hace irreconciliable al 50% de la población con el otro 50%, es lo que lleva, por un lado, al descreimiento total de la política, y por el otro, a la búsqueda de un enemigo en común para justificar decisiones políticas que siempre van contra el pueblo.

Divide et impera, esa es la nueva forma de hacer política en nuestro país. Así se determina que de un lado son: vagos, mantenidos por el estado, ladrones, corruptos, zurditos, comunistas pro Venezuela, Cuba e Irán. Mientras del otro son: fachos(4), liberales, corruptos millonarios, vende patrias, empresarios y lobistas de la banca extranjera.

En Argentina opinar es gratis y no hace falta tener conocimientos del tema para hacerlo, lo único que realmente importa es justificar las corruptelas de nuestro bando, e indignarnos moral y efusivamente con las del otro.

Desde el asesinato del fiscal Alberto Nisman, el dualismo de la opinión pública especuló entre el suicido, el ajuste de cuentas, el consumo de drogas o su dudosa vida privada, hasta la supuesta orden de Cristina Kirchner de mandar a “silenciar” al fiscal. Todas las posturas posibles fueron debatidas, cuestionadas, analizadas (con y sin rigor científico) tanto por los medios masivos como por la gente de a pie, y aún hoy no tenemos conclusiones totales del caso.

Con la represión a los aborígenes Mapuches, en las que se produjo la muerte de Santiago Maldonado, la verborragia mediática se tomó licencias tan absurdas como relacionar a la RAM(5) con el ISIS, o sostener que todo un pueblo se parecía físicamente a Maldonado, pasando por afirmar que seguía vivo, o que lo habrían asesinado sus propios compañeros.

Mientras los “macristas”(6) llamaban piojoso, mugriento, hippie, vago o golpista al joven Santiago, los “K”(7), usando de forma oportunista la muerte del joven, pedían dimisiones en masa del gobierno y enarbolaban la bandera de los pueblos originarios, olvidándose de lo que su gobierno les hacía a la comunidad Qom en el norte del país, donde las represiones por parte de gendarmería nacional no distinguían entre niños o ancianos a la hora de  golpear, detener o incendiar sus casas.

Hoy día “la grieta” proporciona a la clase política seguidores fanáticos que, a falta de una postura crítica, contra todo argumento que no sea en línea con su pensamiento u accionar, le presuponen el ser aliado de la oposición, anulando así toda posibilidad de diálogo.

La palabra argentina viene de argentum (Ag), plata, y como el codiciado metal, nuestro país hacía promesas de riqueza a los extranjeros, emigrantes que llegaron al Río de la Plata no sabiendo reconocer que lo de “Argentina” era más poético que realista.

Nuestro país, cuna de grandes literatos como Borges, Sábato, Cortázar, Storni; deportistas como Fangio, Maradona, Messi, Vilas, Di Stefano, Monzón o Ginobili; premios Nobel como César Milstein, Carlos Saavedra Lamas o Adolfo Pérez Esquivel; convive también con sus propias sombras y pareciera que somos capaces de crear lo mejor o lo peor con la misma facilidad.

Aun así, después de décadas ganadas(8), golpes militares, privatizaciones, nacionalizaciones, corrupción en partidos de izquierda y derecha, nuestro país resurge negándose al abismo, y entre el lamento y la euforia no duda en proclamar al mundo lo atroz y encantador que resulta el ser argentino.


Artículo publicado en NR el 8 de enero de 2018.

Notas:

1. Diego Armando Maradona.

2. Persona sin carácter, pusilánime.

3. Sumo, banda de rock liderada por Luca Prodan. Soda estéreo, banda de música pop, liderada por Gustavo Cerati.

4. Fascistas.

5. RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) movimiento aborigen por la lucha para la reconquista de los derechos de los pueblos originarios.

6. Votantes y seguidores de Mauricio Macri.

7. Votantes y seguidores de Cristina Kirchner.

8. Período del gobierno Kirchnerista al que le atribuyen bonanzas económicas y sociales.

1 Comment

  1. Una deliciosa introducción al sentir argentino, incluso para aquellos que, como yo, llevamos mucho tiempo buceando en las procelosas aguas de las que emergieron referencias de tanta altura como Cortazar o el Che… da gusto leer este articulo y aguardar que vengan otros, de esta pluma con nostalgia de tanguero, en este cardumen de voces diversas y sinceras que es Nueva Revolución.

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