El estancamiento económico y esperemos que no la recesión, se va a cebar con el turismo y especialmente con la hostelería.
Por Puño en Alto
El economista Santiago Niño Becerra, tan admirado como odiado, pronostica, un otoño difícil y complicado que abrirá el paso a un invierno no menos difícil y complicado, para el cual no se está tomando medidas apropiadas más allá de la reducción del consumo energético que afectará no solo a España sino al conjunto de los países europeos.
Con cierto estilo apocalíptico, ha advertido del riesgo para la sociedad española de no frenarse el consumo. Dice que a modo de vivere memento, la ciudadanía ha entrado en un consumismo cortoplacista que puede acarrear graves consecuencias. Un cortoplacismo ciudadano provocado y alentado en gran medida por el cortoplacismo político imperante entre los gobernantes sea el que sea su nivel de mediocridad política, que están pensando más en el rédito político a corto plazo.
Afirma el economista que en meses se producirán cierres de establecimientos hosteleros en un 75% de los existentes y que la tendencia va hacia la polaridad, esto es, subsistirán tan solo los establecimientos muy de lujos y los bares convencionales, en coherencia con lo que suele ocurrir históricamente en las crisis económicas: los ricos más ricos y los pobres más pobres. El estancamiento económico y esperemos que no la recesión, se va a cebar con el turismo y especialmente con la hostelería. Un país como España, abocado a ser un país de servicios cuyo peso del Turismo como industria sobrepasa el 13% del PIB, sufrirá como ninguno los avatares económicos originado por la guerra Rusia-Ucranía. Los españoles han vivido este verano como si no hubiera un mañana, pero el mañana llegará con la crudeza que pronostica Niño Becerra.
La capitalidad Gastronómica ha convertido a la Sanlúcar del Santo Régimen en un macro comedor sin más, alentada por la mediocridad cortoplacista del esmirriado alcalde que, mirando de reojo la proximidad de las elecciones municipales, la ha conceptuado como el clavo ardiendo al que agarrarse para perpetuarse en el sillón de la alcaldía, a falta de una gestión municipal propiamente dicha y, sobre todo, después de fiasco y oportunidad perdida en que ha convertido la conmemoración del V Centenario.
¿Qué pasará a partir de este otoño en la hostelería de la Sanlúcar del Santo Régimen de cumplirse el previsible pronóstico de Niño Becerra? ¿Tiene el Ayuntamiento engrasado y reforzado los servicios sociales para tal eventualidad? ¿Se verá reforzada como alternativa esa otra lucrativa industria a la vez que lacra social?
Estaremos atentos a estos acontecimientos venideros para ver si estos Interrogantes tienen respuestas o no.
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