Por Eduardo Montagut
En otro artículo tratamos el problema de la escasa representación de las mujeres en el Congreso del PSOE de 1918 a través de la opinión de la activa sindicalista Claudina García Pérez, asistente a dicho Congreso. Queremos seguir ahondando en esta materia a través del comentario de la parte dedicada a las mujeres socialistas en la ponencia del programa que se iba a discutir en el mismo.
El texto reconocía que eran pocas las Agrupaciones Femeninas existentes en el PSOE en ese momento. Por otro lado, sí se consideraba que las mujeres obreras iban adquiriendo mayor conciencia de clase, es decir, de su condición de trabajadoras explotadas, así como de la toma de conciencia de la necesidad de organizarse para conseguir mejoras. Estos cambios se apreciaban, siempre según el texto, más en el caso de las mujeres que constituían familias con trabajadores.
Las mujeres socialistas y organizadas habían secundado claramente las acciones del Partido Socialista, demostrando su trabajo en cuestiones como la entrega de un manifesto de solidaridad a las mujeres belgas, entregado en la Embajada de Bélgica en Madrid. En este sentido, debemos recordar que, en efectos, las socialistas se involucraron mucho de forma solidaria con las mujeres y niños belgas que sufrían la ocupación alemana, en sintonía con las críticas que el PSOE realizó en su momento por este hecho. Pero, además, las socialistas habían organizado distintos actos contra la carestía de la vida, actuaron contra el fraude del pan, denunciando los frecuentes fraudes en su composición, organizaron excursiones de propaganda, visitaron a los presos socialistas en solidaridad y para prestarles ayuda, fomentaron el espíritu organizativo entre las trabajadoras de las Fábricas de Tabaco, conmemoraron los sucesos de 1909 de Barcelona, realizando el homenaje a Ferrer i Guardia y a otros represaliados, además de condenar a los responsables de aquella represión intensa, realizando, por fin, actos de reclamación de amnistía, en alusión a la prisión de los líderes socialistas a raíz de las condenas impuestas por la huelga general de 1917.
Pero en el texto no se incluía ninguna propuesta para fomentar la participación femenina o para establecer estrategias en favor de los derechos de la mujer trabajadora. En realidad, se trataba de un texto descriptivo de la labor de las mujeres socialistas, eso sí, más activas de lo que tradicionalmente se supone.
El texto puede consultarse en el número 3370 de El Socialista. Por otro lado, el autor de este trabajo tiene un artículo sobre la participación de la mujer en este Congreso en Tribuna Feminista (octubre de 2018). Por otro lado, es muy recomendable la consulta de los trabajos de Marta Bizcarrondo, “Los orígenes del feminismo socialista en España”, en V.V.A.A., La mujer en la Historia de España (siglos XVI-XX), Madrid, 1994, pp. 137-158; y de Rosa María Capel, “Mujer y Socialismo (1848-1939)” en Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea, nº 7, (2008), pp. 101-122.
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