La definición que propone Wikipedia borra por completo la existencia de un sistema patriarcal y abre la puerta a que hombres se vean beneficiados de las pocas políticas públicas que defendían a las mujeres maltratadas (y a sus hijas e hijos en el caso de la violencia vicaria) de la “violencia de género”, así denominada precisamente en las leyes de este país y en otras muchas normas.
Por Reme Madrona, activista feminista
Respecto al artículo sobre Violencia de Género de Wikipedia, cuesta analizarlo e intentar rebatirlo, porque, a estas alturas, dudamos de que merezca la pena exponer tanto como habría que decir. Solo hay que echar un vistazo a las fuentes “tan feministas” que cita al tratar de definir el concepto de violencia de género (ONU, OMS, gobierno de México…) y a esa advertencia sobre
El error habitual de considerar la expresión «violencia de género» como sinónima de la expresión «violencia contra la mujer» ya que la primera es más amplia e incluye diversas manifestaciones de la violencia donde el género es el eje central.
Para empezar, esa equiparación de términos no es un error: la expresión “violencia de género” se refiere exclusivamente a la que inflige un hombre a una mujer por razón de su sexo (o, aceptando género como construcción social o estereotipo patriarcal, por su género) y “violencia contra la mujer” hace alusión exactamente al mismo tipo de violencia: la que ejerce contra la mujer justamente quien no lo es, es decir, el hombre. No tendría sentido llamar así a la que pudiera sufrir una mujer por parte de otra mujer.
Sí es un error y de graves consecuencias lo de incluir a los hombres en este tipo de violencia, como hace el artículo:
«Las mujeres y los niños/as, que a menudo son los más vulnerables a sufrir abusos contra sus derechos humanos, son los que más sufren de violencia sexual y de género»; mientras que históricamente los varones estarían subrepresentados en las estadísticas.
La violencia de género es todo acto que tenga como resultado el sufrimiento físico, sexual o psicológico de una mujer, cometido por un varón contra su víctima por el solo hecho de ser mujer (ver).
Y esto es así, no por capricho nuestro, sino por las relaciones de poder que la sociedad patriarcal ha establecido y según las cuales el hombre es el centro de todo y la mujer apenas un “complemento” opcional. Situación que no se invierte en ningún orden de poder (político, judicial, económico, empresarial, religioso…) en ningún lugar del mundo, en ningún momento histórico.
La definición que propone Wikipedia borra por completo la existencia de un sistema patriarcal y abre la puerta, por tanto, a que hombres se vean beneficiados de las pocas políticas públicas que defendían a las mujeres maltratadas (y a sus hijas e hijos en el caso de la violencia vicaria) de la “violencia de género”, así denominada precisamente en las leyes de este país y en otras muchas normas. Otro despropósito convenientemente planificado por las y los manipuladores del tan ambiguo término “género”.
Pero hay algo que no debería dejarse sin aclarar y es el ataque a las mujeres lesbianas que estas definiciones comportan objetivamente.
En primer lugar, decir que la violencia contra personas homosexuales es violencia de género no tiene sentido, ni siquiera considerando la definición de esta como la violencia por razón del “género” de la víctima, sea este el que sea. ¿O es que, una vez más, se modifica el significado de la palabra “género” e incluye en ella también la orientación sexual de una persona, diciendo que la homosexualidad es un género más?
La violencia contra personas homosexuales no es una manifestación de violencia de género, es una manifestación de homofobia y así se reconoce en todas las normas que protegen contra ella. La homosexualidad no es atacada por el sexo que tengan las personas, sino por la orientación sexual que vivan y por el tipo de pareja que formen.
En segundo lugar, el artículo da por sentado que puede existir violencia de género en las relaciones homosexuales. Dice la entrada en el apartado Características específicas:
En el caso de las relaciones entre personas del mismo sexo, la violencia de género —en el contexto de la violencia de pareja— podría ocultarse «bajo el manto de la heteronormatividad.
Sin embargo y por definición, no puede existir violencia de género en las relaciones entre personas del mismo sexo. Esto de incluir la violencia de género en las relaciones homosexuales, es, sobre todo, y una vez más, un ataque a las mujeres, a las lesbianas, que, con esta ampliación, pasan a ser posibles victimarias de violencia de género, cuando es imposible que en una pareja de mujeres se dé una relación de dominación patriarcal hombre-mujer. Entre una pareja de lesbianas puede darse violencia doméstica, como entre dos hermanas que convivan, pero nunca violencia por razón de sexo (ni de “género”, por supuesto). Entre dos mujeres no se reproducen los roles patriarcales porque no hay un macho opresor y una hembra oprimida. Sería como decir, por ejemplo, que la violencia entre dos personas afroamericanas se puede considerar violencia racista. Este concepto de violencia de género que podría darse incluso en las relaciones homosexuales supone negar la igualdad del sexo de estas parejas y, por tanto, negar su homosexualidad. ¿Esto no podría considerarse homofobia?
Recomendamos oír a la feminista Ana Pollán analizando el borrador de la ley para la igualdad LGTBI y el concepto de “violencia intragénero”.
E importa sobre todo la identidad que puedan tener ellos, los hombres, su expresión y sus necesidades. Ahí es dónde hay que incidir siempre. Y a esos hombres, que ya estarían incluidos como posibles víctimas de violencia de género, es a los que hay que defender. Claro que sí ¡hombre! para eso llevamos siglos luchando las mujeres, sí, señor, para olvidarnos de las que SON nosotras y pelear por ellos…
Finalmente no debemos olvidar nunca, para este tema o para tantos que nos afectan a nosotras, que la historia la han construido los hombres y lo han hecho contra las mujeres, no al revés. Y si algo parece mejorar para nosotras, ellos pueden cambiarlo en cualquier momento. No aceptéis jamás supuestos imaginarios o plausibles en los que nosotras, las mujeres, decidamos y ejecutemos algo trascendental, no solo para nuestro beneficio, sino además para perjudicar la historia del hombre, porque eso es totalmente falso.
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