Entrevista a María Castejón: “Asumir la dimensión de clase es algo que tenemos pendiente en el feminismo desde los 70”

El capitalismo tiene la capacidad de fagocitar todo y de apropiarse de lo que le puede atacar

Por Aida2Santos

Empiezas escribiendo “Rebeldes y peligrosas son las mujeres que en el cine se alejan de las normas, destruyen y dinamitan los mandatos de género y encarnan nuevos referentes. Pero ser rebelde y peligrosa, y romper con lo impuesto siempre tiene un precio”. ¿Por qué? ¿Cuál crees que es el precio más alto que tú has tenido que pagar por no darle un gusto al patriarcado?

Todas las disidencias y resistencias al sistema hegemónico tienen un precio. El caso más evidente en el cine es el arquetipo de la mujer fatal. La ruptura de los mandatos de género tiene algo de hipnótico para el patriarcado pero hay que dejar bien claro que si te sales del camino te castigan. Afortunadamente desde los orígenes del cine y de forma especial desde hace unas pocas décadas, se han cambiado las reglas del juego.

Me resulta difícil saber qué peajes he pagado por intentar dar ese gusto al patriarcado, porque seguro que son bastantes más de las que me imagino o identifico. Creo que el mayor peaje, haciendo un poco de memoria, y con la perspectiva que dan los años he haberme tragado enterito el mito de la super woman. Soy generación de los 90 total y nos creímos el espejismo de la igualdad y que podíamos ser madres y seguir trabajando e incluso tener una carrera. Yo sí que fui capaz de hacer las dos cosas pero ha sido infernal. Me doy cuenta ahora. Esa presión mental. Ese agotamiento físico, esa angustia es brutal. Demostrarle al patriarcado que puedes y a las feministas que no vas a renunciar a nada aunque seas madre.

Lo perverso es cómo está montado. Lo ideal hubiera sido poder estar más tranquila, pero tenía clarísimo que si en algún momento paraba, estaba perdida. Por eso estoy ahora con esta sensación un poco horrible de estar tan cansada y agotada a nivel físico y mental.

¿Hay un compromiso real de la industria para dar una batalla cultural por el feminismo y la igualdad, o esta apuesta solo sigue la lógica comercial de la que hablas en el perfil de Annie en el show de Buffalo Bill en tu capítulo dedicado al Western? ¿La igualdad es solo la ambición del cine social?

El capitalismo tiene la capacidad de fagocitar todo y de apropiarse de lo que le puede atacar. Es un tema muy complejo que tiene que ver con vender el alma al diablo y pactar con el enemigo. Las plataformas están posibilitando que veamos nuevas ficciones y que creemos un nuevo imaginario. Este nuevo imaginario es característico de la 4º Ola del feminismo. Nunca habíamos estado en este escenario, y nunca hubiéramos llegado tan lejos sin la feroz competencia de las plataformas.

Señalas que algunas de las protagonistas del cine de acción están sexualizadas, pero más allá de esa reducción a meros cuerpos creados para el disfrute de la mirada masculina, concluyes que son poderío máximo. ¿Le escuece a esa mirada masculina que las tías buenas que les inspiraban durante la adolescencia ahora tengan roles de acción? ¿Qué crees que les molesta más, la proyección de un discurso feminista desde un cuerpo normativo que idolatraban o que se haya vestido a las actrices?

Lo que plantea Rebeldes y peligrosas es superar y dinamitar la mirada androcéntrica y revindicar nuestro propio punto de vista como mujeres. La sexualidad femenina debe ser nuestra.

Todas las reacciones masculinas de boicot a películas como ‘Mad Max Fury Road’ demuestran que las cosas están cambiando. La acción ya no es un coto de machos.

A pesar de la acción como ruptura, las mujeres en pantalla parecen condenadas a traicionarse a sí mismas por amor. ¿Teme el gran capital que nos entretiene en pantalla que las mujeres dejemos de hacer gilipolleces por amor? ¿Por qué cuesta tanto poner en valor a las solteras o a las disidentes de la heterosexualidad más allá de las películas propias del género?

Es difícil en la vida no hacer gilipolleces por amor. Una de las rupturas que no llegan es construir nuevas relaciones. Una mujer sin pareja se sigue viendo como una mujer fracasada. Nos queda mucho trabajo. La soltería sigue siendo un estigma y otras opciones más allá de la heterosexualidad también. No están y no llegan al mainstream.

De Tomates verdes fritos a Volver pasando por Kill Bill, ¿se sienten interpelados los hombres ante estas venganzas? ¿Qué hubieses escrito sobre A promise young woman en tu libro?

Hombres y mujeres se sienten interpelados cuando ven a una mujer sujeto de violencia. Tenemos la mirada muy educada y muy dirigida que asume que las mujeres somos solo objetos y víctimas de violencia y nos cuesta salir del registro. Para el imaginario masculino el golpe es mayor.

Como en su día ‘Thelma y Louise’ (1991) y ‘Tres anuncios en las afueras’ (2017), ‘A promise young woman’ supone un punto de inflexión. La propuesta es brutal. Es pura 4 Ola. Nos coloca ya en otro escenario. Ya no hace falta hacer tanta pedagogía (agotadora). Mucha gente se identifica con los diferentes roles de la historia: víctima, verdugo, consentidora… Rompe totalmente con la dinámica feminista que se centra en la víctima que denuncia y transita por el sistema mientras la siguen violando metafóricamente. Un hito, sin duda que marca un antes y un después.

Recuerdas que en Más que amor frenesí, Cayetana Guillén Cuervo podía follarse a Nancho Novo sobre la barra de un bar, pero que en el fondo solo deseaba tener un novio. Nos han retratado a una Harley Quinn enloquecida que en realidad sueña con entretenerse en la pastelería creativa metida en casa con dos bebés, ¿se puede permitir el sistema que las niñas, las adolescentes, las mujeres que se sientan en los cines imaginen una vida adulta sin la monogamia, sin la maternidad?

Al sistema le conviene más la monogamia y la maternidad. Una maternidad que te sepulte. A nosotras no. Por eso debemos crear nuevos referentes y recuperar genealogía.

En el capítulo que le dedicas a la sexualidad como poder, haces un retrato de las femme fatales, ¿han sido sus explosiones de poderío la excusa del patriarcado para no reconocer los privilegios masculinos en las esferas de poder? ¿Es la femme fatale la única mujer que se ha dado cuenta de lo vergonzosamente simples que son los hombres? ¿Crees que la beligerancia con la que se ataca a una mujer independiente y reafirmada en el deseo sexual es por qué les deja en evidencia, por qué avergüenza a los hombres reconocerse terriblemente simples e incapaces de satisfacer sexualemente a una mujer que no les tema ni dependa de ellos?

La femme fatale es más subversiva de lo que parece a priori porque deja a los hombres en muy mal lugar. La femme fatale le chupa la sangre al pelele del que se quiere aprovechar, y es consciente del poder que le da su sexualidad. Además yo me las imagino fuera de campo teniendo unos gloriosos orgasmos.

Este arquetipo usa una de las grandes vulnerabilidades de los hombres, que pierden la razón en cuanto ven a una mujer poderosa y sexualmente activa. Por eso hay que castigarlas.

Afirmas que parir y cuidar son las tareas que el patriarcado ha atribuido a las mujeres como su principal función natural, La mística de la feminidad ya resumió que a las universitarias ese papel nos aburría ¿Por qué le cuesta tanto a la industria dar cabida a guiones y producciones que retraten a las mujeres conciliando a trompicones vida familiar, trabajo y ocio?

La industria hasta hace muy poco no le ha interesado hacer retratos crudos y complejos sobre la maternidad. ‘Malas madres’ es puro terrorismo de género. Este tipo de películas parece que cuestionan la construcción más patriarcal de la maternidad, pero en el fondo la justifican. No hay un cuestionamiento estructural. ¿De verdad que todavía estamos con la super woman y la culpa de no llegar? Venga, si en la película todos los padres son imbéciles y ellas lo único que hacen es beber un poco y hacer las gamberras en el supermercado….

Le dedicas algunos epígrafes a la mujer adúltera. En la película Cinco Lobitos, en menos de un minuto en una misma escena se deja claro que la madre había tenido una relación al margen del matrimonio sin que eso se llevase por delante a la familia. ¿Qué hubieses escrito sobre esta película de Alauda Ruiz de Azúa?

¿Son estas nuevas representaciones de la mujer adúltera un warning para la masculinidad hegemónica que cree que es imposible que eso les pase a ellos, que creen que nunca perdonarían unos cuernos? “Es muy catártico ver cómo ella viaja feliz en moto mientras suenan los reproches de Joe”, escribes sobre Shirley Valentine, y a mí me parece una catarsis perfecta, parece que tras una ruptura sea más importante conservar el relato de la buena mujer que ser feliz.

Como a la femme fatal, a la mujer adúltera se la ha condenado siempre como mala mujer. ‘Los puentes de Madison’ es una película maravillosa que permite a una mujer que le es infiel a su marido contar su historia, que es una forma fantástica de reivindicarse y de exorcizar la culpa.

Tanto Francesca como Shirley Valentine son amas de casa, lo que le da una mayor subversión al asunto. Ellas se han perdonado, que es lo importante.

Por último, tú perspectiva no es solo de género, también es de clase y señalas el racismo de algunos de los títulos que diseccionas, ¿Está la industria aprovechándose de este reclamo de diversidad en las producciones para seguir proyectando estereotipos? ¿Está remarcando aún más la distancia entre el hombre-blanco-heterosexual-acomodado y el resto de la sociedad?

Sin duda. Se hacen series feministas o lgtbiq+ porque venden, eso es algo que tenemos que tener claro, pero como ya he comentado nos abre un escenario desconocido.

Asumir la dimensión de clase es algo que tenemos pendiente en el feminismo desde los 70. Sé que escuece, pero es necesario. Si no, como le pasa a Shirley Valentine, muchas mujeres se creen que el feminismo no va con ellas…

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