Entrevista a Abel Aparicio: “El Bierzo es una zona de resistencia, donde la organización sindical era muy potente”

Hay tres lugares posibles donde se fundaron las primeras Comisiones Obreras, una de ellas fue en Laciana, y eso da una buena muestra de que pese a una dictadura muy férrea, muy dura y muy fuerte, la resistencia seguía estando bastante viva en el Bierzo

Por Angelo Nero

Durante mucho tiempo, la transmisión del miedo silenció una parte de nuestra historia, y un importante patrimonio se perdió para siempre, a pesar de que se recogieron muchos testimonios de las víctimas del franquismo, fueron más los que se fueron a la sombra del olvido. ¿Crees que cuarenta años después del fin de la dictadura todavía es necesario seguir desenterrando historias como las que cuentas en tu libro?

Yo creo que sí, que es necesario desenterrar historias como las de este libro porque siguen enterradas. Este es el problema, porque cuarenta años después hay un montón de historias, un montón de anécdotas, un montón de vidas, de vidas vividas de una forma que no es nada justa, porque siguen habiendo esos silencios, sigue habiendo ese miedo, sigue habiendo ese no me atrevo a contar. Por eso creo que sigue siendo necesario, porque mientras siga existiendo ese miedo, quiere decir que algo falla.

Yo cuando escribí estas historias, estos tres relatos, entrevisté a gente de los tres pueblos, gente que estaba fuera y que había vuelto, gente que venía de vacaciones y gente que vivía en los pueblos, y aún seguían bajando la voz. Para contar ciertas cosas bajaban la voz, y eso denota que sigue el miedo y que cuarenta años de dictadura fueron lo que fueron, y que la democracia no les ha demostrado que, realmente, vivimos en una democracia. Esa gente baja la voz para decir algo que, a todas luces, es necesario contar, que hay que expulsar, que hay que sacar fuera, y si tú lo haces en voz baja es que aún tiene miedo, y eso quiere decir que la ciudadanía, y los gobiernos actuales, y pasados, no les han demostrado, todavía, que pueden vivir tranquilos.

La comarca del Bierzo, donde se desarrollan las tres historias de ¿Dónde está nuestro pan? Sufrieron una brutal represión desde el inicio de la guerra civil, que se extendió en la posguerra, pero siempre se mantuvo la resistencia, en la guerrilla, en las minas, en las mujeres…

Sí. El Bierzo es una zona que no tuvo frente de guerra, pero que si hubo una resistencia muy activa, por lo que tu indicas, porque es una zona agrícola y, fundamentalmente, minera, en la parte más este y norte del Bierzo, también estaban las minas de hierro, la MSP, la Minero Siderúrgica de Ponferrada, eran zonas con mucha lucha sindical, con mucho sentimiento obrero, y estaban muy organizadas.

Entonces se produce el golpe de estado, fracasa, se inicia la Guerra Civil, y cuando se acaba sigue habiendo resistencia, porque la gente que está en el monte, en el Bierzo, en Asturias, en el Levante, en un montón de lugares, si bajan a sus pueblos, los van a fusilar. Y esa gente, ante una cadena perpetua, o ante un fusilamiento, no le queda otra que seguir en el monte, y para sobrevivir tienes que estar organizado, tienes que tener una serie de condiciones que te permitan seguir luchando y seguir sobreviviendo.

El Bierzo es una de las zonas donde más se resistió, date cuenta de que hasta el  año 1951, fusilaron a gente en el Bierzo, estamos hablando de 12 años después de acabada la Guerra Civil. Es una zona de resistencia, y también una zona que está muy cercana, una zona de minas, donde la organización sindical era muy potente y muy fuerte. Hay tres lugares posibles donde se fundaron las primeras Comisiones Obreras, una de ellas fue en Laciana, y eso da una buena muestra de que pese a una dictadura muy férrea, muy dura y muy fuerte, la resistencia seguía estando bastante viva en el Bierzo.

Poco a poco han ido desapareciendo los protagonistas de aquellas historias, tanto las víctimas como los verdugos, y todavía no se han abierto del todo los archivos donde documentarse con rigor para contar la verdad de lo que ocurrió. ¿Cómo fue ese proceso de documentación, en tu caso, para escribir esta novela?

Bueno, yo  tengo la suerte de tener buenos amigos, y uno de ellos, Alejandro Rodríguez, que es historiador, de Ponferrada, el día que le dije que estaba haciendo una novela sobre el papel de la mujer en cuenca minera, porque quiero destacar esto, que siempre nos han hablado de la cuenca minera y vemos el papel del hombre, trabajador, pecho descubierto, duro, resistente, pero no nos contaban la otra parte de la historia, que era el otro cincuenta por ciento de la población de las cuencas, que eran las mujeres, las que mantenían, las que lavaban, las que cuidaban, y que, por supuesto, también estaban en las minas.

Dicho este inciso, que creo que era importante, este amigo, Alejandro Rodríguez, me paso la causa judicial, que se encuentra, el original, en el Archivo Militar de Ferrol, realmente fueron dos causas, de los tres relatos del libro, la de la revuelta del pan en el Bierzo, en el año 1941, donde se ve el testimonio del alcalde, el testimonio de las mujeres que pasaron por proceso judicial, y también se ve el del segundo relato del libro, que es un asalto a un tren, al tren 3485, que también se ve la causa judicial, del interrogatorio a numerosa gente, que participó en ese asalto, se ve el papel de los dos guardias civiles que iban en el tren, y a toda la gente de la zona que tuvieron que prestar testimonio.

En ese aspecto fue fácil, pero es lo que tú dices, que todavía hay mucha documentación que todavía está por abrir, ha pasado en muchos pueblos, me cuenta Alejandro, y más historiadores, que llegan a ayuntamientos, a buscar los archivos históricos, y están en cuartos llenos de polvo, llenos de humedad, abren las cajas y se deshacen, porque el papel ya está muy viejo, con mucha humedad, y se deshacen. Y lo que es peor, me comentan que van a lugares donde saben que un montón de archivos fueron quemados, al llegar la democracia, si se puede llamar así, en los años 77-79, un montón de documentación se quemó, conscientemente, se estaba quemando por algo, porque aparecían muchos nombres de falangistas, con su firma, de lo que habían hecho, y con la llegada de la democracia no querían que eso apareciera ahí. Entonces, entre los que se destruyeron, y los que están en estado lamentable, que no se pueden ni siquiera analizar, se ha perdido mucha documentación, que yo creo que era necesaria. Pero, bueno, aún hay otra que sí que está, se está analizando, y creo que es importante saber, como digo siempre, nuestra historia. Siempre queremos saber de la Segunda Guerra Mundial, de la dictadura argentina, chilena, de la guerra de Yugoslavia, pero cuando hablamos de la Guerra Civil española parece que saltan todas las alarmas, y hay que cambiar de tema, porque eso parece que molesta. Habría que preguntarnos porque molesta.

La minería leonesa siempre fue un elemento vertebrador de las luchas sindicales, un gran dinamizador de la sociedad, pero hoy en día apenas queda nada de ese eje industrial, que comprendía más de 130 minas, y daba trabajo a más de cuarenta mil mineros. ¿Qué queda de ese espíritu combativo de las minas? ¿Existe hoy en día algún aglutinador de la sociedad leonesa que le haga salir a la calle?

Pues es complicado. En el año 2012, en la última marcha minera que se hizo a Madrid, desde León, desde Asturias, desde diferentes lugares, ahí sí que hubo una movilización muy potente, de mineros y mineras, y de gente que no era de la cuenca, de toda la provincia, de gente del norte del País Leonés, pero se va reduciendo mucho. Este verano, salió a nivel nacional, el tema de las palas eólicas de LM Windpower, en Ponferrada, que hubo huelgas, manifestaciones, actos sindicales potentes, lo que demuestra que ese poso de resistencia aún queda, está vigente.

Tenemos la otra parte, ayuntamientos como el de Bembibre, la capital del Bierzo Alto, que se consideraba una zona cien por cien minera, y durante muchos años gobernó el Partido Popular, entonces te preguntas que está fallando. Una zona minera, donde viven mineros, donde la lucha obrera fue muy potente, muy dura, y que durante muchos años esté gobernando el partido de los dueños de las empresas, entonces algo falla.

Me decía Aurora, la protagonista del tercer relato, que no entendía como gente de mi generación votaba a los mismos, gente que cobra el Salario Mínimo Interprofesional, que sus jefes. No puede votar lo mismo Florentino Pérez que un obrero que trabaja en FCC. Aurora decía que algo ha fallado, algo se ha perdido, y ese tirón de orejas. Esa conciencia de clase, que ellos tenían muy presente, ha fallado. Ella me dijo una vez: yo sé quiénes eran los míos, y los míos eran los pobres. Y yo le dije: mire, Aurora, usted ha definido, en una frase muy sencilla, la lucha de clases. Que una mujer de 88 años, lo tenga tan claro, y que gente de mi generación, y más jóvenes, voten a partidos de derecha o de ultraderecha, que solo van a defender los intereses de los grandes oligopolios, piensas que algo ha fallado. Ha fallado que son muchos años de educación, de medios y de discursos. Hay mucho todavía que trabajar.

Donde está nuestro pan? Está teniendo muy buena acogida, tanto de crítica como de público, estás dando muchas entrevistas y realizando bastantes presentaciones, incluso en la Semana Negra de Gijón ¿Esperabas una acogida como esta cuando escribiste estas historias de mujeres mineras y guerrilleros que asaltaban trenes?

Para serte sincero, cuando lo estaba escribiendo, lo acabé de escribir en plena pandemia, en mayo del año pasado, me dije que esto tendría tirón en la zona del Bierzo, en la zona del norte de León, en Cistierna, incluso en Asturias, Palencia, pero, ni mucho menos, me imaginé nada de esto, ni en mi más remoto sueño pensé en algo así. Me dicen que han llegado pedidos de Denia, Alicante, de Ciudad Real, de Extremadura. Ahora me voy a Galicia, la semana que viene a Segovia, a Madrid, Valladolid, Salamanca, estuve en el País Vasco, me iré a Galicia, a As Pontes, Zaragoza, no sé son unos sitios en los que nunca pensé que este libro iba a llamar la atención. En Salamanca y en Madrid me han hecho nuevos pedidos para las librerías, en Conil, fíjate, en el sur del sur. No me lo esperaba, y aunque mucha gente me dice que son temas locales, también son temas universales. El tema de la Revuelta del pan, puede suceder en Torre del Bierzo o en Cádiz, en Almería o en Barcelona. Un asalto a un tren, por parte de huidos de la Guerra Civil, es lo mismo, puede pasarte en Ciudad Real, en Cáceres o en Bilbao. Y las vidas las mujeres en la cuenca minera, lo puedes extrapolar a mujeres obreras de fábricas en cualquier otro punto. Pero no me imaginaba esto, ni por asomo.

Además de reivindicar la lucha de los mineros y la resistencia guerrillera, también eres un defensor del País Lleonés, para el que pides la desvinculación de Castilla. ¿En qué argumentos te apoyas para esta reclamación y que opinión te merece la posición de ciertos sectores del Bierzo que piden la anexión a Galicia?

Es un tema complejo, pero voy a intentar desengranarlo. Mucha gente se piensa que “odiáis a los castellanos”. Yo no odio a los castellanos, de hecho la provincia más extrema de Castilla es Soria, y yo estoy enamorado de Soria, fui allí hace quince días, estuve también en Burgos, conozco bien Ávila, conozco bien Segovia, Palencia, yo no tengo nada en contra de ellos, simplemente somos otra cosa. Yo no soy castellano, yo  soy leonés.

Esto surgió en el año 83, cuando se formó la autonomía, fundamentalmente por culpa de una persona que es Martín Villa, leonés, para más inri, que pensaba que había que hacer dos comunidades centrales fuertes, para enfrentarse a lo que llamaban ellos, nacionalismos periféricos, véase Galicia, Euskadi o Cataluña. Esto se ha visto que fracasó, porque han pasado un montón de años y el sentimiento de que no queremos ser castellanos, ni castellano-leoneses, sigue vigente.

Bien es cierto que, lo de diluir los nacionalismos periféricos es una auténtico fracaso, tanto en Cataluña, como en Galicia o Euskadi. Toda esta idea fue un error desde la base, se hizo sin un referéndum, sin consultar al pueblo, y como bien dijo Julio Llamazares, que es un escritor leonés, uno de mis referentes: “Yo era leonés, y un día me desperté y era castellano-leonés”. Nos metieron en una autonomía que no tiene sentido, y yo pongo siempre un ejemplo muy sencillo, tú no eres catalán-aragonés, no eres gallego-asturiano, no eres extremeño-andaluz, entonces, ¿Por qué somos castellano-leoneses? No tiene sentido, porque nunca lo fuimos, porque no lo somos. Nosotros tenemos una organización, los concejos, las juntas vecinales, es una cultura, una tradición, incluso la lengua propia que tenemos, el astur-leonés, es muy distinta. Y yo solo digo que se nos deje votar, que se nos deje opinar, no estamos pidiendo nada que no sea democrático.

En cuanto a lo del Bierzo, también es entendible, porque es una zona limítrofe con Galicia, y creo que hay un sentimiento de parte de la población berciana que quiere ser gallega, pero yo siempre digo lo mismo, que nos dejen votar, que nos dejen opinar. Yo, personalmente, creo que hicieron una encuesta hace un par de años, y la gente del Bierzo quería ser dos cosas: una, provincia propia, que eso es más difícil, porque modificar el mapa provincial es muy difícil, dentro de lo que sería un País Leonés, y esa es mi postura; ahora que sale una mayoría significativa que quiere unirse a Galicia, pues, que nos dejen votar, yo siempre digo de los catalanes, si tan claro lo tenéis, dejarles votar, no queremos hacer una guerra, simplemente dejarnos depositar un voto en una urna. Es así de sencillo.

En tu novela hay un hilo conductor, la música, con la que hilvanas e introduces alguna de las historias. ¿Qué importancia tiene la música en tu proceso de creación?

Pues es muy importante. Eso me viene de mi padre, que es ganadero, y siempre tenía en su bolsillo una radio, un transistor, y siempre escuchaba música, música, y música, y puede ser que, a raíz de esto, me viene una afición desde pequeño. Fundamentalmente grupos de rock, a mí me marcó la juventud Extremoduro, Barricada, Reincidentes, Boicot, aunque no solo me ciño al mundo del rock, también me gusta bastante el mundo del rap, como Los chicos del maíz, que aparecen también en la novela, a cantautores. No sé, pienso que la música es importante, y en la novela elegí, creo que siete canciones, que hacen referencia al tema del libro, ya sea una de The Clash, sobre la guerra civil española, sobre Lorca, y luego el disco por excelencia, que es el de Barricada, “la tierra está sorda”, ambientado cien por cien en la guerra civil, y en la represión franquista. Creo que son canciones de grupos que tocaban directamente el tema que yo estaba tratando, entonces, aparte de hacer un guiño a eses grupos que a mí me marcaron mucho en mi juventud y lo siguen haciendo, también era para hacer más llevadera la novela, metiendo ciertos guiños a grupos de música, y la gente se pone a buscar la canción, lee el libro con más ánimo, con más ganas, puede ser incluso un cebo.

Otra de tus pasiones es la bicicleta de montaña, que te ha llevado a descubrir muchos rincones escondidos del Bierzo, alguno de los cuales recogiste en el libro “La ruta del Tuerto”. Pedalear por estos parajes debe ser realmente inspirador, ya  que alguna vez me comentaste que a golpe de pedal también se había forjado tu novela.

Sí. Vamos, la idea que tenía de hacer una novela sobre las mujeres de la cuenca minera, pero cuando vas por estos pueblos, por senderos que llevan sin pisar bastantes años, caminos pocos transitados, y ves el paisaje desde dentro, porque no lo ves desde la carretera con el coche, no lo ves desde un pueblo, desde una ventana que da a una calle, un paisaje que da a las bocaminas, donde te aparece un corzo, donde ves unas cuevas, que también aparecen en el libro, te empapas de naturaleza, principalmente para ponerte en la piel de esas personas, que estaban viviendo en el monte, los huidos de esa zona, y de los que iban a trabajar también por esos caminos. En el tercer relato cuento la historia de una mujer que, para ir a trabajar a la mina, iba andando una hora y cuarto todos los días, de ida, y otra hora y cuarto, de vuelta. Y si no conoces ese camino, por lo menos me pasa a mí, se me hace muy difícil contar ese trayecto sino lo conozco.

¿Y entonces que decidí? Pues coger la bicicleta, y hacer ese recorrido, ir a las cuevas, ver los regatos, las bocaminas, el carril por donde iba el carbón. Yo creo que eso es fundamental. Hay gente que puede hacer libros por encargo, van lo hacen y lo entregan, yo si no lo siento, si no lo vivo, si no lo conozco, no me sale, entonces si que vi fundamental y necesario coger la bici de montaña, que es una de mis pasiones, y día tras día me puse a recorrer esta zona, y quise recorrerla en las cuatro estaciones, porque el paisaje cambia mucho, porque era fundamental conocerlo para plasmarlo después en un papel. Cuando hay una huida, y yo relato que unas gotas de rocío se desprenden por las ramas, que pisan nieve o que aprieta el calor, si yo no lo he vivido en primera persona me es muy difícil plasmarlo en una hoja. Entonces, con la bicicleta conocí todo esto y creo que me sirvió para plasmarlo en papel.

La poesía también es uno de los ejes centrales de tu creación, has publicado en varias antologías como “Palabras de barricada”, “La encrucijada”, “Miles de tierras”, o en tu último poemario, “Alboradas en los zurrones del pastor”, ¿sigue siendo la poesía, como dijo Gabriel Celaya, un arma cargada de futuro?

Pues yo creo que sí, porque hay pocas cosas que transmitan tanto, tan concentrado, como una poesía. Tu puedes leer una novela, como es este caso, ¿Dónde está nuestro pan?, y te pueden transmitir emociones, sentimientos, muchas cosas. Puedes escuchar una canción, y lo mismo, pero concentrar un sentimiento en cinco, diez, quince versos, yo creo que eso es una esencia muy pequeña, tienes que jugar muy bien con las palabras que eliges, para hacerlo llegar al público.

Una vez me dijo un amigo: escribir poesía es muy fácil, escribir buena poesía es muy difícil. Yo sí que lo intento, aunque no sé si lo he conseguido o no, pero hay buenos maestros como puede ser Antonio Gamoneda, en el que te reflejas, mismo Gabriel Celaya, Juan Carlos Mestre. Yo creo que es gente que hace malabares con las palabras, que las elige, que las moldea, que las sube, las baja, y plasmar un sentimiento, una idea, una inquietud, en diez o quince versos, parece que es la forma más directa de llegar. Fíjate en Lorca, con Poeta en Nueva York, por ponerte un ejemplo, son cosas a las que solo se llega, en mi opinión, a través de la poesía. De otra manera, es más difícil.

También eres concejal en el ayuntamiento de San Justo de la Vega, por la Agrupación de Electores Concejo de la Vega, que ha presentado varias iniciativas, entre ellas la apoyar la primera moción regional para la creación de la autonomía leonesa. ¿Cómo está siendo tu experiencia en el municipalismo, y que alcance están teniendo las iniciativas de tu grupo?

Es una experiencia que tenía ganas de vivir, porque siempre se dice lo mismo, cuando nos echan en cara: “está muy bien hacer política en la barra de un bar, pero luego militar en un partido político, militar en un sindicato, militar en una asociación, la que sea, es otra cosa”. Entonces yo sí que estoy afiliado a un sindicato, a Comisiones Obreras,  soy socio de una Asociación de Memoria Histórica, de la ARMH, y quería saber también lo que es la política municipal. También es verdad que es un municipio muy pequeño, que no llega a dos mil habitantes, y somos solo nueve concejales. Pero ves la vida de los vecinos y vecinas, que te transmiten sus quejas, sus denuncias. Ves la parte buena, la parte mala. La parte mala es que los plenos, aunque esto sea duro de decir, voy a usar las palabras de Gabriel Rufián, cuando se ve lo que pasa en el Congreso, él dice: “esto es puro teatro”, y yo le doy la razón. Lo que tú ahí representan, lo que tú dices, lo que tú haces, es cara a la galería. Luego, todo se gestiona por detrás, llegas a acuerdos, llegas a tratos, tu presentas mociones, presentas iniciativas y te dicen por delante: “si, si, muy bonito, circulen”, y por detrás hacen otra cosa. O plantear una propuesta, que digan que no la hacen, y al año siguiente van y la hacen.

Hay muchos juegos ahí detrás, entonces es una experiencia buena, enriquecedora, que creo que es importante, me ha valido para mi vida, pero tiene mucho de fachada, mucho de teatro, como decía Rufián, pero creo que es necesaria para ver, porque, al final, estás legislando sobre el dinero de la gente. Hay muchos concejales, por ejemplo uno de mi pueblo, que dice: “os hemos asfaltado la calle”, y a mí me saltan las alarmas y digo: “para, para, que tú no has asfaltado nada. El dinero de los vecinos y vecinas de nuestro municipio ha servido para asfaltar una calle, tú no has asfaltado nada.” Y no es que sea este concejal en concreto quien lo dice, es que son muchos los concejales… “tú no te quejes que te hemos puesto una pista de baloncesto”, y no, tú no has puesto una pista de baloncesto, hay una partida presupuestaria que ha servido para poner una pista de baloncesto. Y ahí entra ese caciquismo, que siempre se habla del caciquismo gallego, como si fuese una máxima, y yo siempre digo: “eso porque no conoces el leonés.”

Por último, además de poder leerte, aunque no con la periodicidad que nos gustaría, en las páginas de Nueva Revolución, ¿en qué otros medios podemos encontrarte?

Primero quiero hacer un guiño a Nueva Revolución. Hablé con Ricard de una posible entrevista, luego me habló de ti. Y me disteis un espacio por el que estaré eternamente agradecido porque me siento muy a gusto haciendo lo que yo quiero, que son entrevistas sobre libros, artículos de Memoria Histórica, etc., y yo creo que es un medio que, al final, no está dirigido como pueden ser los grandes medios, donde conoces a un periodista, al que le planteas un tema, y te dicen: “uf, yo encantado, pero esto no me lo dejan hacer ni de coña.” Y creo que son medios como Nueva Revolución, como Contrainformación, como El Común, un montón de ellos, y si nos vamos a más grandes pueden ser La Marea, Contexto, que son necesarios, porque son medios que o viven de los socios, o viven de aportaciones, y son medios libres.

En cuanto a la pregunta también me podéis encontrar en iLeón, que es un medio digital, que ahora mismo es el más leído de la provincia de León, y también es un medio libre que nunca te va a capar, que nunca te va a cortar una crítica, sea del signo que sea. También en el Diario de León hago algún artículo sobre bici de montaña, sobre temas rurales. Pero, fundamentalmente, el vuestro y en iLeón.

Muy bien, Abel, esperamos contar contigo mucho tiempo en nuestro medio, y seguir charlando contigo que siempre es un placer.

Muchísimas gracias, por darme voz a mí, y por darles voz a ellas, que son las protagonistas del libro, las mujeres del carbón, de la Cuenca Minera que fueron y son silenciadas, y que tienen una historia muy potente que contar, y que creo que merecen que las leamos y que las conozcamos.

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