Por Víctor Arrogante
Fue un 28 de Junio de 1931, cuando el Partido Socialista Obrero Español ganó las elecciones generales en España. Eran las primeras, tras las convocadas en el ámbito municipal, que provocaron la caída de la monarquía y la proclamación de la Segunda República el 14 de Abril.
Todo comenzó un 12 de abril, cuando la ciudadanía eligió a los partidos republicanos y socialistas, contra los monárquicos que dieron la espalda al rey. Las elecciones, que se habían convocado para consolidar el sistema y conseguir mayor apoyo popular para la monarquía, resultaron ser la perdición real. Se eligieron cerca de ochenta mil concejales y estos a los alcaldes en 8.943 distritos. La monarquía era un símbolo de decadencia, y republicanos y socialistas, decidieron convertir las elecciones municipales, en un verdadero plebiscito, sobre la continuidad de la monarquía en España. El 14 de Abril, desde el balcón de Gobernación en la Puerta del Sol se proclamó la Segunda República.
Con la proclamación de la República y la celebración de elecciones legislativas, se inició un proceso constituyente. El Estado republicano quedaría legitimado democráticamente por las elecciones y la probación de la Constitución. La primera vuelta electoral, se celebró el 28 de junio (con segunda vuelta entre el 19 de julio y el 8 de noviembre). Se presentaron candidaturas por la Conjunción Republicano-Socialista, compuesta por el PSOE, los radicales de Lerroux, los radicalsocialistas, la Derecha Liberal Republicana de Alcalá-Zamora y la Acción Republicana de Azaña. Cada partido se presentaba con su propio programa. La derecha antirrepublicana concurrió dividida y no presentó candidaturas en buena parte de las circunscripciones.
Por Decreto de 3 de junio de 1931 se convocaron las elecciones para el y se estableció que las Cortes Constituyentes estarían compuestas por una sola Cámara elegida por sufragio masculino (fueron las últimas elecciones en las que no hubo sufragio universal) La apertura de sus sesiones tendría lugar en el Palacio del Congreso el día 14 de julio (aniversario de la toma de la Bastilla que en 1789 dio inicio a la Revolución Francesa).
El resultado de las elecciones constituyentes fue una aplastante victoria de los partidos que integraban el Gobierno Provisional, que coparon cerca del 90% de los escaños en disputa. Los que obtuvieron mayor número de diputados fueron el Partido Socialista Obrero Español que con sus 115 se convirtió en la minoría mayoritaria de las nuevas Cortes. La mayoría de estos partidos, especialmente los de izquierda, defendían que la nueva Constitución no tenía que ser únicamente la norma suprema del Estado, sino un instrumento de transformación de España en todos sus aspectos e instituciones jurídicas, políticas y sociales. La derecha monárquica y católica sólo consiguió unos 50 diputados.
Daba comienzo el denominado bienio reformista (entre los años 1931 y 1933). En estas elecciones, las mujeres no tenían derecho al voto, pero sí pudieron ser elegidas Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken. También fueron elegidos destacados intelectuales como Unamuno, Marañón, Sánchez Román, Ortega y Gasset o Madariaga. El 14 de julio, como estaba previsto, tuvo lugar la sesión apertura de las Cortes Constituyentes, en la que tras el discurso del presidente del gobierno provisional de la República, Niceto Alcalá Zamora, se eligió presidente del Congreso a Julián Besteiro.
La Constitución de 1931 fue aprobada definitivamente el 9 de diciembre. Se adoptó como bandera la tricolor y el Himno de Riego; como Presidente Niceto Alcalá Zamora. Antonio Machado, poéticamente, daba así la bienvenida: «Con las primeras hojas de los chopos y las últimas flores de los almendros, la primavera traía a nuestra República de la mano. La naturaleza y la historia parecen fundirse en una clara leyenda anticipada o en un romance infantil». La Constitución, reflejó las ideas de la mayoría parlamentaria: soberanía popular, sufragio universal femenino, derechos civiles como el divorcio y derecho a la educación, Estado laico entre una extensa declaración de derechos y libertades y por primera vez en nuestra historia, se establece el derecho de las regiones a establecer Estatutos de Autonomía.
La República fue recibida por la mayor parte de la población con gran entusiasmo, al ser una oportunidad para abordar las reformas necesarias y modernizar las estructuras políticas, económicas y sociales. Tuvo enfrente los intereses creados de la derecha de toda la vida que lo impidieron con una dura oposición, con las contrarreformas del segundo bienio, con un golpe de estado, la guerra y la dictadura franquista interminable. El nuevo gobierno tuvo que hacer frente a las llamadas «cuestión regional, cuestión religiosa, cuestión militar, cuestión agraria y cuestión social». Demasiadas cuestiones, que hoy algunas siguen en nuestras vidas como viejos fantasmas.
Proclamada la República, el Gobierno Provisional dictó un decreto conteniendo su propio estatuto jurídico, cuyos principios básicos eran: responsabilidad del Gobierno Provisional ante las futuras Cortes Constituyentes; depuración de las responsabilidades por la disolución del parlamento en 1923 y por la subsiguiente Dictadura; libertad de creencias y cultos; garantía de la propiedad privada y revisión del Derecho agrario; posibilidad de fiscalización gubernativa de los derechos en defensa de la República. Se revisó el sistema electoral: se rebajó la edad electoral a veintitrés años; se declararon elegibles a los sacerdotes y a las mujeres; se fijó la circunscripción provincial; y se convocaron elecciones.
Tras las elecciones de Junio, se elaboró un anteproyecto de Constitución por la Comisión de las Cortes Constituyentes y se promulga la Constitución el día 9 de diciembre. Es un texto de ajustado estilo jurídico, buena técnica legislativa, extensión media, con influencia de la constitución alemana, la austriaca y la mexicana; es una Constitución de izquierda, no socialista, democrática, liberal, de gran contenido social y que aspiraba a ser conservadora de la República.
Las leyes iniciales de desarrollo de la Constitución fueron: la ley de Defensa de la República; ley de Reforma Agraria revisada por la Ley de la Contrarreforma Agraria; decreto de disolución de la Compañía de Jesús y confiscación de sus bienes; ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas; tres leyes de reforma del ejército; estatutos de autonomía catalán y vasco; ley del Tribunal de Garantías Constitucionales y los reglamentos de las Cortes. Demasiadas reformas que tuvieron la oposición frontal de la derecha reaccionaria española de siempre.
El gobierno republicano-socialista emprendió un amplio programa de reformas. Reformas laborales: iniciadas por Largo Caballero, que favorecían la posición de los trabajadores y sindicatos y encontraron la cerrada oposición de los empresarios. Reforma educativa, con un amplio programa de construcción de escuelas y contratación de 7.000 maestros con mejores salarios y apertura de 6.750 escuelas. La Religión dejó de ser asignatura obligatoria, lo que agudizó el enfrentamiento con la Iglesia. Reforma agraria, buscando el reasentamiento de campesinos sin tierra en latifundios insuficientemente explotados. Reforma militar, buscando garantizar la fidelidad del Ejército al nuevo régimen, exigiendo el juramento de fidelidad al nuevo régimen pudiendo optar los que se negaran a ello al retiro voluntario con paga completa.
Estas reformas se encontraron con un enfrentamiento entre una derecha desorganizada por un lado y por otro, el de la izquierda más radical. La Confederación Nacional del Trabajo (CNT), la FAI y el Partido Comunista de España. No dieron tregua al nuevo régimen. El debate en Cortes del Estatuto de Cataluña y la Ley de Reforma Agraria provocaron una oposición cerrada en las fuerzas de derecha, que recurrieron a todos os recursos, llegando al más tradicional: el Golpe de Estado.
Fue el General Sanjurjo el que lo intento en Sevilla pero el poco apoyo del ejército y la mala preparación del golpe concluyo en un rotundo fracaso. La sanjurjada solo sirvió para convulsionar más el ambiente. Pero las aguas estaban agitadas, después del golpe vinieron diversos sucesos, el más destacado fue el ocurrido en Casas Viejas, donde un grupo de Guardias Civiles de Asalto, sitió y mató a un grupo de campesinos anarquistas.
La República estaba condenada a muerte. Sin ser ejemplar, los primeros años sirvieron para sentar las bases de la renovación económica y social que necesitaba España. Las mujeres vieron reconocidos derechos universales. Los trabajadores y jornaleros del campo, vieron elevados sus salarios y todos empezaron a contar con un sistema de protección frente al paro y garantías sobre determinados derechos. La Iglesia hizo lo que pudo en contra de todo, el fascismo aportó su ideología en defensa del capital y los militares golpistas pusieron lo demás por la unidad, la bandera y la patria sin rey.
Desde el mismo momento en el que se proclamó la Segunda República, la derecha monárquica, católica, cacique y terrateniente, se confabularon para derrocarla; llevando a España a una de las mayores tragedias de su historia; y que tras la guerra y la dictadura aún colean sus negativas consecuencias.
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