Para abordar la brecha de género en la educación y las habilidades digitales, es necesario invertir en programas de educación y capacitación que fomenten la participación de las mujeres en estas áreas. También es importante que las empresas y organizaciones tecnológicas tomen medidas para garantizar que sus equipos sean diversos y equitativos, lo que incluye la contratación y promoción de mujeres en posiciones de liderazgo.
Construir desde la igualdad debería ser una máxima en los procesos de cambio o de innovación, dejar para otro momento o para otra fase la perspectiva de género es una forma segura de generar nuevas desigualdades y en el mundo digital esto cobra una importancia máxima.
La igualdad de género en el mundo digital es un tema vital para un futuro en igualdad de las mujeres. A medida que la tecnología avanza, se hace cada vez más evidente la necesidad de abordar y resolver las desigualdades de género que existen y que son una amenaza para la igualdad ya que podemos estar ante detonantes de nuevas brechas en la medida en la que las mujeres participan menos en los procesos digitales, pueden tener menos competencias y están discriminadas cuando se utilizan herramientas de inteligencia artificial (IA) entrenadas con datos que reproducen las desigualdades existentes.
La IA debe ser entrenada con elementos correctores, si aprende sin más de los datos históricos dará por buenos los elementos de discriminación, quien alimenta esa IA le ha dicho que la información que le suministra para su entrenamiento es la buena y lo que tiene que reproducir, predecir o lo que sea que se pretenda hacer con ese código debe ajustarse a la realidad reflejada en los datos con los que se entrena, ahora bien, quien escribe los códigos para configurar esa IA le puede decir estos son los datos históricos y que en ellos existe determinado sesgo que hay que eliminar, puede decirle al algoritmo que hará su trabajo bien si es capaz de cumplir sus objetivos sin reproducir las discriminaciones.
Realmente definir algoritmos que corrijan desigualdades es tan complejo o sencillo como escribirlos reproduciendo desigualdades, simplemente quienes programan o diseñan estos procesos deben tener formación y sensibilización en materia de género y voluntad de acabar con las desigualdades.
Por eso construir desde la igualdad debería ser una máxima en los procesos de innovación, no se puede dejar para otro momento, no se trata de buscar soluciones posteriores para las nuevas brechas, se trata de empezar a construir teniendo en cuenta la perspectiva de género con la igualdad como objetivo.
La Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en los Hogares que publica el INE no muestra diferencias entre hombres y mujeres en el uso de las TIC, así el porcentaje de usuarios diarios de internet (al menos 5 días a la semana) es idéntico en ambos casos y alcanza el 87,1%, no existe brecha en el uso de las TIC.
Es interesante profundizar en esta encuesta y adentrarnos en el uso diferenciado que hacen de internet mujeres y hombres, así, según señala el propio INE. en cuanto a las actividades realizadas en Internet los tres últimos meses, las mujeres muestran mayor preferencia por temas sanitarios o educativos. Especialmente en Buscar información sobre temas de salud (9,8, puntos más que los hombres), Comunicación con profesores o estudiantes vía online (7,2 puntos más) o Concertar una cita con un médico a través de Internet (6,4 puntos más).
Por su parte, en los hombres se observa una mayor tendencia a las actividades de entretenimiento como Juegos online (6,9 puntos más que las mujeres), escuchar o descargar música y ver contenidos de videos de sitios para compartir (4,3 puntos más en ambas actividades).
No existe brecha en el uso de internet, pero sí en cómo se usa, las mujeres usan más internet para cuestiones relacionadas con los cuidados y los hombres con su propia diversión.
Estos usos están vinculados a las habilidades básicas, pero ¿qué sucede más allá de estas habilidades básicas?
Otro desafío importante en la lucha por la equidad en el mundo digital es la brecha de género en la educación y las habilidades digitales.
El Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) señala que en España tan solo el 17,8% de la población ocupada con formación STEM son mujeres y que, en 2020, en España había 12,3 graduadas en STEM por cada mil habitantes de entre 20 y 29 años, frente a 29,2 graduados. Además, las mujeres son minoría en los estudios universitarios y de formación profesional del ámbito de las ingenierías y la informática.
Es evidente la brecha que existe cuando hablamos de formación lo que limita las oportunidades de empleo de las mujeres en la economía digital.
La brecha de género en la representación y la inclusión en la tecnología es uno de los desafíos importante en la lucha por la igualdad en el mundo digital. Las mujeres están subrepresentadas en la creación de tecnología y en el desarrollo de productos digitales, lo que limita su capacidad para influir en la dirección de la tecnología y para garantizar que se tengan en cuenta las necesidades y perspectivas de las mujeres.
Podemos poner algunas cifras a esta realidad, nuevamente el INE publica la Encuesta sobre el uso de TIC y comercio electrónico en las empresas, una de las tablas de esta encuesta aporta datos sobre especialistas y perfiles TIC en las empresas con más de 10 personas asalariadas y señala que en las empresas que cuentan con perfiles TIC tan solo el 31,50 emplea a mujeres especialistas y las mujeres especialistas solo suponen el 21% del total del personal especialista TIC.
Profundizando en estos perfiles en ciberseguridad solo el 1,05% son mujeres y en inteligencia artificial el 0,69%.
Si ni tan siquiera el 1% de los perfiles que están trabajando en IA en España son mujeres la perspectiva de las mujeres va a estar ausente en los desarrollos que se están poniendo en marcha y lejos de reducirse las brechas van a aumentar.
Lo mismo ocurre con la ciberseguridad, además señalar que según los datos que publica el ONTSI el 70,3% de las víctimas de delitos sexuales en Internet son mujeres.
Para abordar esta brecha, es importante promover la inclusión de las mujeres en la creación de tecnología y en el desarrollo de productos digitales.
En el informe “Mujeres y digitalización. De las brechas a los algoritmos” editado por el Ministerio de Igualdad, proponen una serie de intervenciones para fomentar las vocaciones tecnológicas que van desde cambiar estereotipos de los ámbitos STEM a mejorar la percepción que tienen las niñas y jóvenes sobre sus propias competencias en estas materias, ya que, según apuntan en este informe, estudios realizados en diferentes países muestran que muchas chicas, a pesar de tener notas en matemáticas y tecnología equiparables o superiores que sus compañeros varones, infravaloran su nivel de competencia en dichas materias, debido a que han interiorizado el estereotipo de que en estos ámbitos las mujeres son peores que los hombres.
Para abordar la brecha de género en la educación y las habilidades digitales, es necesario invertir en programas de educación y capacitación que fomenten la participación de las mujeres en estas áreas. También es importante que las empresas y organizaciones tecnológicas tomen medidas para garantizar que sus equipos sean diversos y equitativos, lo que incluye la contratación y promoción de mujeres en posiciones de liderazgo.
Existen muchos desafíos y a la vez muchas oportunidades para abordar la brecha de género en el mundo digital. La tecnología puede ser una herramienta poderosa para la igualdad, pero también puede ser un instrumento para agrandar desigualdades, reproducir roles de género y crear nuevos espacios de acoso y de violencia contra las mujeres.
Solo se avanzará hacia la equidad con acciones decididas y conscientes que tengan la igualdad como objetivo, la no intervención consciente, como hemos visto, reproduce las desigualdades. No hay que esperar para corregir, hay que actuar antes de que lleguen los cambios para que lo nuevo parta de la igualdad. Hemos visto que no existe brecha en el uso básico de internet, pero el uso que se hace está cargado de desigualdades, unas desigualdades idénticas a la del mundo no digital, ellos se divierten, ellas cuidan.
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