dispone también Yolanda de la ventaja añadida de que las cavernas están en este momento volcadas contra un Pedro Sánchez en horas bajas, pero del que siguen sin fiarse, por muchas pruebas de atlantismo militar que venga dando últimamente
Por Domingo Sanz
Es viernes 8 de julio, son las cinco de la tarde y, por tanto, cuando usted lea esto habrá comenzado SUMAR de Yolanda, pero no por no estar presente en el evento, al que no he sido invitado ni excluido, voy a dejar de escribir lo que pienso. Mi ventaja, y la de SUMAR, es que no me tomaré este proyecto a nivel personal.
Dos comentarios en positivo, para empezar.
La marca Podemos está muy deteriorada, pero pensar en SUMAR construirá en muchas cabezas el concepto “Podemos SUMAR”, portador de un optimismo nada despreciable en los tiempos que corren.
Y ha sido inteligente, aunque como casualidad también serviría, lo de convocar el primer acto potente de SUMAR poco antes del debate sobre el Estado de la Nación, durante el que Yolanda estará atrapada en medio de un Pedro Sánchez eufórico tras triunfar en la OTAN y su grupo de UP, que aún está aprendiendo a SUMAR.
Entrando al trapo, ahora que estamos en medio de una fiesta que debería animalizarse para humanizarse, nada más lejos de mi intención que quitarle mérito al esfuerzo de Yolanda por construir una alternativa que espero no se dedique a tonterías como la de regalar un “Juego de tronos” a alguien con quien, como hacen otros, no se quieren reunir en la Zarzuela para hacer el paripé de las investiduras tras las elecciones, que ya le hubiera gustado a Iglesias ser tan decisivo en el Congreso como Aragonés lo es en el Parlament.
En cualquier caso, que miren las escasas encuestas sobre preferencias en cuanto a forma de Estado y comprueben cuantos “juancarlistas” sobrevenidos durante la primera Transición han llegado siendo monárquicos a esta segunda.
Tampoco todo el fracaso de Podemos es achacable a las fakes construidas por delincuentes como Villarejo y Cospedal para ser divulgadas después desde las cavernas mediáticas.
Sí, por supuesto que estoy esperando a que el juez de guardia llame a la ex ministra de Rajoy para que explique las muchas mentiras que ha dicho donde no podía hacerlo sin ser castigada después.
Pero también estoy esperando, desde 2016, a que Pablo Iglesias demuestre que, tras el 20D de 2015, se sentó con Albert Rivera para hacer cuentas del altísimo precio en votos que Podemos y Cs habían pagado por cada escaño, en comparación con el PSOE y el PP. Y tanta injusticia irreparable por culpa de una LOREG que ellos no habían votado.
No podrá demostrarlo Iglesias porque, de haberlo hecho, acto seguido habría planteado a Sánchez/Rivera apoyar la investidura, pero sólo a cambio de una reforma de la LOREG que Podemos y Cs necesitaban como el aire que podían respirar. Ahora ya no.
Aquel fue el único momento en el que se podía haber resuelto bien un grave problema que viene tergiversando la voluntad popular desde el 15 de junio de 1977, ahí es nada. Un PSOE atrapado en 90 escaños, que jamás habría podido pactar con un PP que tenía 123, pero con la oferta de unos socios que sumaban 120 y podían investir a Sánchez a cambio de esa reforma legal.
Lo digo porque es un problema que perjudicará a SUMAR como perjudicó a Podemos, al no estar resuelto. Para quien no lo recuerde, la LOREG, o Ley Orgánica de Régimen Electoral General, incumple el artículo 14 de una Constitución del 78 que, tan presumida como embustera, proclama “la igualdad de todos ante la ley” pero, qué casualidad, aplica la mayor desigualdad, con todas las de la ley, en el momento en que, vía urnas, se renuevan los poderes representativos y ejecutivos del Estado.
Es lo que el hoy conductor de La Base debería haber hecho si, en lugar de asaltar el cielo, hubiera mantenido entonces un solo pie tocando el suelo.
Regresando al presente, dispone también Yolanda de la ventaja añadida de que las cavernas están en este momento volcadas contra un Pedro Sánchez en horas bajas, pero del que siguen sin fiarse, por muchas pruebas de atlantismo militar que venga dando últimamente.
Como cada día tenemos novedades y cualquier texto puede morir antes de nacer, volveremos a las dudas que nos asaltan sobre un pasado plagado de delitos que quedaron registrados y que el periódico más sistémico está publicando en el verano más raro.
¿Se están ofreciendo a la sociedad todas las grabaciones, o están ocultando las que pueden hacer estallar el sistema, tal como anunció Villarejo que tenía?
¿Existen grabaciones que hundirían a Felipe VI, o las oculta el ex comisario en otro sitio, a la espera de una oferta suficiente? A su edad, ¿qué espera obtener a cambio de ese silencio decisivo?
Según las respuestas, el camino que pueda recorrer SUMAR, o cualquier otro proyecto político en España, nuevo o viejo, se verá profundamente alterado.
Hasta aquí la primera entrega. En las siguientes, algunas propuestas, solo políticas, pensando en SUMAR. De lo que usted ha leído hasta aquí se puede deducir por dónde irán. Serían posibles, pero no querrán, aunque sean las únicas que abrirían alguna posibilidad para no perder el gobierno en las próximas elecciones generales.
Se el primero en comentar