El dinero que los cabilderos de las industrias contaminantes están moviendo por los pasillos del Parlamento Europeo, presionando para que se rebajen esos estándares, amenazan seriamente nuestra salud
Por Remedios Copa
Ya tenemos la certeza de que las advertencias en relación con las amenazas provocadas por el cambio climático eran ciertas pero eso no está haciendo que los Gobiernos tomen las medidas pertinentes para ponerle remedio si no todo lo contrario; los intereses de los grandes lobbies mandan en las voluntades y el peso económico de sus cabildeos hace sus intereses primen sobre las necesidades y demandas de los ciudadanos que con sus votos los eligieron. Así funciona la democracia en la U E.
Según las mediciones globales de la Organización Meteorológica Mundial, la capa de gases de efecto invernadero en la atmósfera es más densa que nunca desde que se mide, experimentando una grave aceleración en 2021, registrando el mayor aumento interanual desde que se mide. Según esta Organización en estos momentos hay un 262% más de metano en la atmósfera que en la época preindustrial y el dióxido de carbono alcanza un 149% más que en dicha época, subiendo un 0,61% con respecto al año anterior.
Pues bien, volviendo a la U E, próximamente hará públicos los nuevos parámetros sobre la calidad del aire y de ellos dependerá la salubridad del aire que respiramos. El problema es que las filtraciones del borrador al respecto apuntan a que la Comisión marcará límites por debajo de los establecidos por la Organización Mundial de la Salud, y esto es muy grave porque afecta a nuestra salud.
Los últimos descubrimientos científicos sobre la influencia de la calidad del aire en la salud demuestran que el aire contaminado causa asma, cánceres y enfermedades crónicas infantiles; concretamente el mes pasado se confirmó que la contaminación producida por el humo de los coches puede causar cáncer de pulmón en personas no fumadoras y, aunque no le estemos prestando atención, lo cierto es que el número de fallecidos en Europa por este tipo de contaminación supera ya las 800.000 muertes al año.
Aunque el proyecto tiene que aprobado en el Parlamento Europeo, si la ciudadanía no se moviliza en condiciones, ya se sabe que el Parlamento aprobará lo que la Comisión le proponga, pero cualquier propuesta que no garantice al menos los mínimos que propone la Organización Mundial de la Salud son indignos y temerarios, porque como dice su Secretario General, Petteri Taalas, “Se ha puesto de manifiesto, una vez más, el enorme reto y la necesidad vital de adoptar medidas urgentes para reducir las emisiones”. Pero pese a sus palabras, el dinero que los cabilderos de las industrias contaminantes están moviendo por los pasillos del Parlamento Europeo, presionando para que se rebajen esos estándares, amenazan seriamente nuestra salud, porque más del 75% de las personas que viven en las ciudades europeas están respirando un aire insano.
¿Se avanzará algo en la Cumbre Mundial de la Salud que se está celebrando estos días en Berlín? La organización ambientalista Scientist Rebellion hizo sonar una alarma anti-incendios en el edificio de la sede de dicha cumbre, como símbolo de protesta y para llamar su atención sobre el cambio climático y la urgencia de verdaderas medidas correctoras porque la temperatura de la Tierra ya ronda el punto de no retorno.
La contaminación está causando, entre otras, una crisis sanitaria y se necesitan leyes estrictas que protejan nuestra salud. Unicef publica un informe en el que asegura que para 2050 todos los niños de la tierra se enfrentarán a olas de calor cada vez más intensas e incluso, en el mejor de los casos, 2.000 millones de niños tendrán que enfrentarse a cuatro o cinco eventos peligrosos anualmente provocados por el calor. Las olas de calor serán más duraderas y extremas, provocando hambre, muerte y migraciones forzadas, incluso si el calentamiento global se redujese a 1,7 grados, cifra considerada en estos momentos como la mejor previsible que se pudiera poner sobre la mesa, porque lo más probables es que el aumento se sitúe por encima de los 2,4 grados.
Las muertes causadas por las olas de calor este año en España suman 4.700 personas, de las que 662 fallecieron en la semana del 11 de julio. Nuestro país es en este sentido el de mayor riesgo de Europa.
Médicos sin fronteras hacen un llamamiento a poner atención en el cambio climático porque más allá de los tifones, inundaciones, incendios u otros efectos catastróficos, está su contribución a la propagación de enfermedades mortales. Consideran el cambio climático una emergencia humanitaria masiva. Entre las consecuencias humanitarias que el cambio climático traerá consigo destacan: brotes de enfermedades, virus trasmitidos por mosquitos, violencia y conflictos, desnutrición, personas desplazadas y refugiados climáticos.
¿Servirá para algo la próxima Cumbre Anual sobre el Cambio Climático, (COP27), o será otro engañabobos como la anterior?
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