Cómo se defiende la Sanidad Pública en las próximas elecciones

Por Carlos Sánchez Fernández
Miembro de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública

Viñeta de ElKoko

En las próximas semanas se van a ir acercando todas las elecciones y, aunque los temas sanitarios no parece que vayan a estar en la primera fila del debate y las propuestas de los partidos, es importante pensar en algunas cuestiones importantes que van a repercutir sobre la Sanidad Pública y su funcionamiento.

Claro está que hay muchísimos asuntos concretos que dependen del resultado de todos estos comicios, a recordar, generales, autonómicas en la mayoría de las CCAA, municipales y europeas, pero sólo se van a resaltar algunos que me parecen más importantes.

1. La Sanidad necesita financiación suficiente. Algunos partidos políticos prometen bajar impuestos de manera generalizada (si se lee la letra pequeña en realidad su modelo es Trump, bajar mucho los impuestos a los que ganan mucho y poco o nada a los que ganan poco), en cualquier caso quienes prometen bajadas de impuestos están diciendo implícitamente, aunque a veces lo hacen con claridad, que van a dedicar menos dinero a los servicios públicos, porque sin impuestos suficientes no podrán nunca existir unos buenos servicios públicos, porque estos se deterioran de manera inevitable. El caso de la Sanidad es claro. En España durante la crisis se ha pasado de destinar el 6,78% del PIB a la Sanidad Pública a solo el 6,23% (el promedio de la UE es del 7,5%), lo que ha producido reducciones de plantilla, recortes en el servicio sanitario e intolerables listas de espera, con aumento de los seguros privados y del gasto de bolsillo, lo que no sólo ha empeorado la calidad de la asistencia, sino que además ha fomentado la desigualdad en el acceso por motivos económicos y de salud.
2. Hay que controlar el gasto farmacéutico. El gasto farmacéutico en nuestro país está descontrolado, entre 2014 y 2018 aumentó un 18,61% el gasto farmacéutico público total (el 30,46% si consideramos solo el hospitalario), lo que se ha producido entre otras porque el Ministerio de Sanidad garantizo a Farmaindustria (la patronal del ramo) una subida del gasto farmacéutico paralela a la del PIB (mientras el gasto sanitario público total desciende respecto al PIB). De esta manera cada vez dedicamos menos dinero, de los presupuestos recortados, a asistencia sanitaria y más a beneficios de las farmacéuticas. De nuevo hay partidos que están encantados con esta situación, el tripartito de Andalucía, por ejemplo, que ha anulado las subastas de medicamentos en esa autonomía (que permitían un ahorro importante de dinero a las arcas públicas), el PP, que hizo el acuerdo con Farmaindustria, o Convergencia y Unió y sus herederos, que tienen estrecha vinculación con la industria.
3. La privatización del sistema sanitario aumenta los costes y empeora la calidad de los servicios, tal y como se ha ido demostrando en numerosas experiencias y análisis realizados a nivel internacional y en nuestro país. Pese a ello, la privatización, más o menos encubierta, sigue avanzando y aunque quienes la favorecen procuran que su postura pase mas o menos desapercibida (PP, Cs, independentistas catalanes, etcétera) otros como Vox directamente abogan por la privatización sanitaria. Necesitamos parar las privatizaciones sanitarias y recuperar lo privatizado para garantizar un servicio sanitario público de calidad centrado en la resolución de los problemas de salud y no en la obtención de beneficios empresariales.

Aunque estas materias son las centrales para definir las políticas sanitarias de los nuevos gobiernos, hay otras cuestiones sanitarias que tienen que ver más con los derechos y la ideología, que también están en juego en estas elecciones y sobre las que merece la pena decir algo.

Temas como el aborto, donde las posiciones más ultraconservadoras pretenden abolir o limitar con restricciones que lo hagan bastante difícil de realizar, y la eutanasia, que choca con quienes pretenden imponer sus concepciones ideológicas y religiosas al conjunto de la población, algunos “sin complejos” (Vox y PP) y otros disimuladamente, como Ciudadanos, que ahora dice estar a favor, pero que lleva bloqueando el debate de la Ley en el Congreso desde hace casi un año.

Del resultado de las próximas elecciones va a depender en gran medida el funcionamiento y la calidad de la Sanidad Pública. Por ello es necesario votar, para que otros no decidan por ti, y sobre todo hacerlo por quienes trabajaran por la salud de todos y no por los negocios de unos pocos.