Colombia: la hora de la verdad

La campaña del ganador de la primera vuelta, Gustavo Petro que obtuvo el 40.3% del total de la votación no atinó en las primeras semanas a dilucidar su estrategia electoral para enfrentar el populismo. 

Por Pedro Santana Rodríguez / LQSomos

Este domingo 19 de junio termina, con la realización de la segunda vuelta presidencial, la larga campaña electoral que incluyó consultas populares en tres coaliciones que buscaban mediante este mecanismo seleccionar el candidato de cada una de ellas, la coalición del Pacto Histórico mediante votación popular, que corrió paralela a las elecciones parlamentarias eligió por una amplia mayoría a Gustavo Petro como su candidato, su segunda votación que obtuvo Francia Márquez fue finalmente seleccionada como su fórmula vicepresidencial; la coalición Centro Esperanza eligió a Sergio Fajardo como su candidato y la coalición de la derecha en que confluyeron los clanes regionales, la mayor parte de los partidos tradicionales, el apoyo abierto y descarado del gobierno de Uribe-Duque, eligió a Federico Gutiérrez como su formula presidencial. Fajardo y Federico Gutiérrez no pasaron en la primera vuelta presidencial pues un outsider cuya única bandera levantada fue la de la lucha contra la corrupción derrotó tanto a Fajardo como a Gutiérrez.

La figura de un viejo bonachón mal hablado con muy escasa cultura política sobre el funcionamiento del Estado y sus instituciones, se vio beneficiado por la confrontación entre el candidato de la izquierda Gustavo Petro y los otros dos contendores, hábilmente Rodolfo Hernández machaconamente se refirió a que todos los problemas del país radicaban en la “robadera” que la clase política practica con los dineros públicos, durante los escasos debates a los que asistió ese fue casi que su único mensaje. Trenzados en la disputa por quien pasaría a la segunda vuelta presidencial a competir con Petro los restantes candidatos se ocuparon sin relevancia de Rodolfo Hernández, solo cuando comenzó a crecer en las encuestas se ocuparon de él para descalificarlo y confrontarlo, aunque marginalmente porque el centro de todas las discusiones eran las propuestas de Petro. Fajardo y su Coalición se acordaron muy tarde de construir propuestas frente a los acuciantes problemas del país y solo al final atinó con un programa con muchas similitudes con el programa de Petro, aunque menos ambicioso o francamente en defensa del status quo en temas centrales como el de la salud donde defendió y supongo lo seguirá haciendo a las intermediarias financieras, las EPS, que manejan recursos públicos destinados a salud, pocas propuestas para la economía popular y silencio frente a reformas necesarias como la que atañe a las Fuerzas Armadas y de Policía y a los organismos de Control.

Alrededor de Rodolfo Hernández se congregó un voto de protesta en primer lugar contra el establecimiento político tradicional, allí confluyó el voto antipetrista y antiizquierda también y un voto espontáneo de rechazo contra la corrupción. Junto al voto de Petro y de Fajardo sumaron el 71% del total de votos de la primera vuelta. Esas franjas de votantes le alcanzaron a Hernández para pasar a la segunda vuelta.

El voto de la derecha y sus maquinarias llegan donde Rodolfo Hernández

Como hemos escrito antes en esta misma Revista las segundas vueltas son otro partido no la continuación del anterior. Y esto se ha venido corroborando durante el desarrollo de la campaña de la segunda vuelta. Por una parte, la campaña del ganador de la primera vuelta, Gustavo Petro que obtuvo el 40.3% del total de la votación no atinó en las primeras semanas a dilucidar su estrategia electoral para enfrentar el populismo de derechas revestido programáticamente de progresista, que fue el programa inscrito ante la registraduría por parte de Hernández.

El retiro de los espacios públicos de debate en los grandes medios de comunicación, el rediseño de una campaña para enfrentar el efectismo y la utilización exitosa de las redes sociales por su oponente, el abandono de la estrategia de la plaza pública que él, Petro, recuperó para el debate político desde el año 2018 y que utilizó a fondo en esta campaña donde realizó más de 50 concentraciones multitudinarias en todo el país, pero la plaza le dio ya sus resultados y estaba agotada, luego había que reinventar la forma de conexión con la gente del común donde están potencialmente sus nuevos electores y volver a las propuestas, pero ahora en lenguaje de las redes y en sus formatos, ello significó perder un tiempo precioso y de allí el estancamiento de su campaña. Todo ello agravado por la estrategia de su oponente que no concurre a debates públicos y rechazó hasta último momento cualquier debate.

Petro decidió trasladarse él a donde trabajan, estudian, y viven sus potenciales electores dando un giro así a la forma de contactarse con la gente, dormir en casas de pescadores, paneleros, silleteros de flores, mujeres cabeza de familia, conectarse directamente en las calles y recurrir a mensajes cortos con los principales contenidos de sus propuestas, concurrir a las emisoras comunitarias, así como la utilización de las redes sociales han sido los giros más notorios de su campaña. Pero al mismo tiempo ante el peligro autoritario y el continuismo que hoy representa Rodolfo Hernández se despertó en los sectores democráticos y de izquierda el fervor y el compromiso, diariamente decenas de miles de voluntarios realizan Volanteos, mítines, hablan en los buses de transporte público, crean sus propios mensajes que realizan en las redes, crean espacios de diálogos en la red twitter, van en jornadas pedagógicas casa a casa, son conscientes que el tiempo es escaso. La campaña de Petro despertó ese fervor. Profesores universitarios hablan en los autobuses, explican el programa de Petro y muchos intelectuales, artistas, trabajadores, campesinos, indígenas, afrodescendientes, pobladores, hacen sus propios mensajes. Esa es la campaña hoy. Se siente un aire nuevo y revive la fe en el triunfo que en política es fundamental. De acuerdo a las últimas encuestas internas, porque esta prohibido publicarlas en la última semana antes de las elecciones, Petro ha despegado nuevamente y aventaja por varios puntos a Hernández. Pero no hay triunfalismo. Saben que nada está ganado. Que hay que trabajar hasta el último minuto.

Tuvo que intervenir la justicia, La Sala Civil del Tribunal de Bogotá, que ordenó mediante fallo de tutela que se debería realizar un debate organizado por la Radio y la Televisión Pública, RTVC, y al momento de escribir este texto ambos candidatos en papeles, falta ver la realidad, han aceptado hacer ese debate que tendría una hora de duración y la RTVC tiene doce horas para organizarlo. Hernández ha puesto todo tipo de condiciones, pero Petro las ha aceptado todas con tal de realizar este debate público.

La campaña de Hernández también ha enfrentado nuevas realidades. La primera definir sus aliados y las adhesiones a su campaña. Los coqueteos con Fajardo y Robledo terminaron mal tanto para Hernández como para los centristas que fueron quedando muy solos pues una parte sustancial se adhirió a Petro y el grupo de Carlos Andrés Amaya adhirió desde la primera vuelta a Rodolfo Hernández en Boyacá, aunque de dientes para afuera mantuviera el respaldo a Fajardo, de ahí las importantes votaciones que obtuvo éste en ese departamento, Amaya no lo hizo campaña a Fajardo. Lo que querían Fajardo y Robledo de que Hernández firmara un programa de lucha contra la corrupción, de puntos en materia de educación, ciencia y tecnología, entre otros, no solo no son del agrado del candidato, sino que impedirían que los uribistas y los partidos tradicionales, así como los clanes regionales adhirieran a su campaña. Rodolfo Hernández decidió recibir en su campaña a toda la clase política corrupta que ha gobernado este país. A todos los ha recibido con los brazos abiertos y en algunas regiones son ellos los que coordinan su campaña. El uribismo ya derrotado sabe que debe mantener en silencio su adhesión para que no se diga que Hernández es su candidato tampoco adhirieron públicamente como Centro Democrático a Federico Gutiérrez, pero allí estuvieron y cuando vieron que se estanco y comprobaron lo mal candidato que era una parte migro desde la primera vuelta a donde Hernández.

Rodolfo Hernández congrega hoy todo el establecimiento tradicional y por eso sufrió una mengua sustantiva en su electorado, el voto de protesta migro hacia Petro o se va para el voto en blanco o va a la abstención. Con Rodolfo Hernández no tengo la menor duda que continuará la “robadera” pues la corrupción lo abrazo con entusiasmo. Esa bandera quedo ahora en manos de Petro entre otras cosas por la imputación de la Fiscalía por delitos relacionados con corrupción por los cuales debe responder Hernández este 21 de julio ante un juez penal de Bucaramanga. De modo que su principal bandera la lucha contra la “robadera” ya no tiene credibilidad. Así están las cosas hoy en esta campaña.

Vuelven los problemas con el inepto registrador Vega

Hay un serio problema con el inepto registrador Alexander Vega. Sus aliados lo declararon su enemigo temporal y contemplaron la posibilidad de sancionarlo disciplinariamente por los errores cometidos durante los comicios parlamentarios del 13 de marzo. La desaparición de cerca de un millón de votos al senado por el Pacto Histórico y de cerca de 500 mil para la Cámara de Representantes le pasaron factura de cobro. Enmendó parte de sus errores en las elecciones del 29 de mayo donde hubo las reclamaciones normales que se presentan en todo proceso electoral pero no rondó como en las elecciones del 13 marzo el fantasma del fraude electoral.

Ahora en medio de su ineptitud pues contaba con los recursos para ello no contrato la Auditoria independiente para auditar el software que se utilizará para el conteo en estas elecciones. Ante los reclamos del Pacto Histórico y del candidato Petro de que se haga esa auditoria responde que la firma dueña del software no lo permite y que por tal razón no lo contrató. Así las cosas, la transparencia del proceso electoral queda en manos de los testigos electorales del Pacto Histórico que debe movilizar por lo menos 60 mil para que haya un control efectivo y se garantice que se cuenten bien los votos, ya contar con 39 mil jurados de votación es un gran avance. Y dependerá también de los jueces de la República que presidirán los escrutinios municipales. El Pacto Histórico tiene que hacer ese gran esfuerzo para garantizar que no haya fraude electoral.

Es inaceptable que Vega salga a declarar que Petro debe aceptar los resultados y no le exija lo mismo a Hernández. Este registrador es una calamidad para este país.

Bueno la suerte esta echada. Quienes queremos el cambio iremos con tranquilidad y en paz a votar por Petro y Francia Márquez. Queremos un verdadero cambio para el país.


Pedro Santana Rodríguez es Director de la Revista Sur

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