Nuestra sociedad huele también a cadáveres, sobre todo porque aún no han podido ser desenterrados, porque cientos y cientos de cadáveres se mezclan en agujeros escondidos por todas partes de nuestra tierra andaluza.
El fascismo no nació el pasado 2 de diciembre, ni ha nacido en los últimos dos años. El fascismo existe desde hace ya demasiado tiempo, demasiado tiempo.