Por María Torres
Camilo José Cela, gallego universal y Premio Nobel de Literatura solicitó en 1938 un puesto en el Cuerpo Policial de Investigación y Vigilancia del Ministerio de la Gobernación del régimen franquista, donde trabajó como censor durante los años 1943 y 1944.
Este cuerpo de Investigación y Vigilancia era el responsable de detenciones ilegales, interrogatorios, juicios sumarísimos y ejecuciones. Su mandato principal era el de vigilar a los enemigos de España.
Una de las instrucciones que en 1940 se facilitó a sus miembros era que debían recordar la importancia y significado del saludo nacional, disponiendo que los funcionarios debían saludar a sus superiores con el brazo en alto, la mano abierta y extendida con todos los dedos unidos, formando con la vertical del cuerpo un ángulo de 45º.
Dos años después de la muerte del escritor, “The Guardian” sacó a la luz la historia en la que se apuntaba que documentos oficiales descubiertos por Pere Ysas, historiador de la Universidad Autónoma de Barcelona, señalaban a Cela como informante del régimen de Franco en los años 60.
Pero la historia que Cela pretendió ocultar comenzó muchos años antes, en marzo de 1938, cuando este ambicioso personaje que quería dedicarse a la literatura solicitó plaza en el cuerpo policial antes mencionado. Trascribimos aquí su solicitud:
EXCELENTÍSIMO SEÑOR COMISARIO GENERAL DE INVESTIGACIÓN Y VIGILANCIA.
El que suscribe, Camilo José Cela y Trulook, de 21 años de edad, natural de Padrón (La Coruña) y con domicilio en esta capital, Avenida de la Habana 23 y 24, Bachiller Universitario (Sección de Ciencias) y estudiante del Cuerpo Pericial de Aduanas, declarado Inútil Total para el Servicio Militar por el Tribunal Médico Militar de Logroño en cuya Plaza estuvo prestando servicio como soldado del Regimiento de Infantería de Bailén (nº 24), a V.E. respetuosamente expone:
Que queriendo prestar un servicio a la Patria adecuado a su estado físico, a sus conocimientos y a su buen deseo y voluntad, solicita el ingreso en el Cuerpo de Investigación y Vigilancia.
Que habiendo vivido en Madrid y sin interrupción durante los últimos 13 años, cree poder prestar datos sobre personas y conductas, que pudieran ser de utilidad.
Que el Glorioso Movimiento Nacional se produjo estando el solicitante en Madrid, de donde se pasó con fecha 5 de Octubre de 1937, y que por lo mismo cree conocer la actuación de determinados individuos.
Que no tiene carácter de definitiva esta petición, y que se entiende solamente por el tiempo que dure la campaña o incluso para los primeros meses de la paz si en opinión de mis superiores son de utilidad mis servicios.
Que por todo lo expuesto solicita ser destinado a Madrid que es donde cree poder prestar servicios de mayor eficacia, bien entendido que si a juicio de V.E. soy más necesario en cualquier otro lugar, acato con todo entusiasmo y con toda disciplina su decisión.
Dios guarde a V.E. muchos años.
La Coruña a 30 de Marzo de 1938. II Año Triunfal.
Fdo. Camilo José Cela
Ocupó la plaza solicitada y comenzó su carrera de colaboracionismo político con el régimen, al mismo tiempo que malvivía con sus colaboraciones en la prensa de la posguerra y obtenía el carnet de periodista con el apoyo de Juan Aparicio en 1943.
Se ofreció a colaborar con el Ministerio de Información en los años de la transición y lo hizo estrechamente con Manuel Fraga para frenar la disidencia de otros compañeros de profesión. Incluso llegó a sugerir que algunos intelectuales podrían ser sobornados para convertirlos en fieles al sistema.
Según el diario “The Guardian”, el escritor comunicó al Gobierno de Franco que 42 de los 102 firmantes de una carta contra la represión policial de la huelga de mineros de Asturias eran miembros del Partido Comunista.
El marqués de Iria Flavia no fue reclutado por el régimen. Ofreció de forma espontánea su colaboración. ¡Manda carallo!
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