Sankara: «No pagar la deuda por una cuestión de vida o muerte, porque pagar sería la asfixia del pueblo»

Conocido como el Che Guevara africano, el primer líder feminista y uno de los grandes panafricanistas del continente, Thomas Sankara es el mejor ejemplo que nos presenta la historia humana de confluencia de evolución milenaria (civilizaciones Benin, Zulú, Bantú); pensamiento filosófico (Marx, Engels, Lenin); práctica revolucionaria (Patrice Lumumba, Frantz Fanon, Amílcar Cabral).

Por María del Carmen Garcés

Setenta años duró el dominio francés en estos territorios, hasta que el 5 de agosto de 1960 Alto Volta obtiene su independencia. A través de elecciones y golpes de Estado militares, se sucedieron en el Gobierno de las llamadas Primera, Segunda y Tercera Repúblicas: Maurice Yaméogo, Sangoulé Lamisana, Sayé Zerbo, en cuyo Gobierno Sankara es nombrado primer ministro y alcanza gran popularidad por sus posiciones anticolonialistas, antimperialistas y por denunciar las relaciones neocoloniales con Francia. Hecho prisionero, una gran movilización popular lo libera de la cárcel y el 4 de agosto de 1983, lidera un movimiento revolucionario que lo llevaría al poder.

En julio de 1987, en Addis Abeba, se realizó la Conferencia sobre la Deuda de la Organización de Unidad Africana.

En su discurso, Thomas Sankara expresó:

El origen de la deuda, se remonta a los orígenes del colonialismo. Los que nos han prestado dinero, son quienes nos han colonizado, son los mismos que dirigían nuestros estados y nuestras economías. Son los colonizadores que endeudaron África (…) Somos extraños a esta deuda, de manera que no debemos pagarla. La deuda es más aún, un neocolonialismo con el colonizador de antaño transformado en asistente técnico; que en los hechos son asesinos técnicos. Son ellos los que nos propusieron esta fuente de financiamiento (…), se nos presentó los beneficios financieros y nos encontramos endeudados por cincuenta, sesenta y más años.

Se nos llevó a comprometer nuestras riquezas, nuestros pueblos, por cincuenta y más años. La deuda controlada por el imperialismo, se ha convertido en un medio de dominio que impone normas que nos son totalmente extrañas.

Cada uno de nosotros se ha convertido en un esclavo financiero de aquellos que han tenido la fuerza, el poder, la voluntad de darnos crédito (…) No pagar por una cuestión de vida o muerte porque pagar sería la asfixia del pueblo (…) No podemos pagar la deuda porque no somos responsables de la misma (…) Frente a la organización de países capitalistas (Club de Roma, de París, Grupo de los 5, de los 7), tenemos la obligación moral de crear el Frente Unido de Addis Abeba contra la deuda (…). Existe una moral diferente de los explotadores y los explotados (…) Los más grandes ladrones son los más ricos. Los ricos roban al fisco, a las aduanas, explotan al pueblo (…) Querría que nuestra conferencia adoptara la decisión firme de decir claramente que no podemos pagar la deuda (…) Debemos igualmente en la resolución sobre la deuda, hablar sobre el armamentismo de África. Cada vez que un país africano compra un arma es contra un africano, no contra un europeo o un asiático.

Es necesario limitar el armamentismo de los países pobres. Hacer la paz, como medio para tener recursos para desarrollarnos (…) El mercado africano debe ser para los africanos: producir en África, transformar en África, consumir en África. Producir aquello que necesitamos, consumir lo que producimos en lugar de importar.

Vivir africano es la única manera de vivir digno y libre.

Thomas Sankara gobernó Burkina Faso desde 1983 hasta 1987, realizando profundas transformaciones estructurales y culturales: Nacionalización de la tierra y de los recursos minerales; reforma agraria y fomento de la autosuficiencia agrícola para prevenir el hambre y elevar el nivel de vida de la población; campaña de alfabetización; fomento de la salud pública con campañas de vacunación (dos millones y medio de niños) contra la meningitis, el sarampión y la fiebre amarilla; programa de construcción de ferrocarriles, carreteras, escuelas, centros de salud, viviendas, espacios verdes, en el que participó el ejército y la población; lucha contra la desertificación a través de la plantación de millones de árboles; lucha implacable contra la corrupción; supresión de los poderes y beneficios de los jefes tribales; disminución de salarios y privilegios de los trabajadores del Estado; prohibición de la mutilación genital de la mujer; fomento de la participación femenina en el Gobierno –altos cargos–, y en el trabajo público; prohibición de la poligamia.

Radicalidad. Honestidad. Trabajo infatigable. Contacto permanente con el pueblo, con los campesinos a través de viajes y visitas. Panafricanismo. Antimperialismo. Feminismo.

En su lucha contra la corrupción, instauró tribunales revolucionarios y tomó medidas radicales como vender la flota de Mercedes Benz y convertir el Renault 5, un auto popular y el más económico, en auto oficial de los ministros. Prohibió además el uso de choferes, los viajes en primera clase, la utilización de aire acondicionado en las oficinas públicas y, como ya se mencionó, redujo los sueldos de los funcionarios, incluso el propio a 450 dólares: La revolución sí habla de un futuro radiante, pero exige también sacrificios, sacrificios permanentes que los dirigentes debemos asumir y enseñar al pueblo a aceptarlos. Sabemos que son duros, muy duros.

Hemos pedido a nuestros funcionarios dejar de lado sus privilegios e imponernos un modo de vida muy modesto con el fin de alcanzar el bienestar para todos y no solo para unos pocos. En el campo externo, fomentó la unidad de los países africanos como medio de lucha contra el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo.

Resumen Latinoamericano


Maria del Carmen Garcés es escritora, investigadora, guía de turistas en montañas, pueblos y ciudades. Estudios de Letras en la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Sus más destacadas son: «Mírame a los ojos», «La guerrilla de Ernesto Che Guevara en Bolivia», «Domitila Chungara, una vida en lucha», «Pombo, de Yara a Ñancahuazú» y «Confesiones».

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