Por Raquel García @lagatoflauta | Ilustración de LaRataGris @LaRataGris
Todavía en shock por unos resultados que nadie fue capaz de vaticinar, ni encuestas ni sondeos a pie de urna, ni adivinos, digo…analistas políticos. Es el momento de sentarse y calculadora en mano saber cuales han sido los resultados definitivos en estas elecciones que siguen arrojando un futuro incierto. Por otra parte, muchos contertulios en sus intervenciones sostienen que el bipartidimo se está recuperando, veamos que hay de cierto en esta afirmación.
Lo primero, la participación no ha sido la más baja de la historia
La primera incógnita de esta jornada del 26-J era la participación, muchos vaticinaban que sería baja. Pues bien, en realidad, ha sido muy similar, en diciembre fue del 69,67% y ahora del 69,84%, esto es un 0,17% más, según el Ministerio del Interior. Por lo que una de las excusas esgrimidas para achacar unos malos resultados no es cierta. Por ejemplo, Albert Rivera, candidato de Ciudadanos ha atribuido su bajada de escaños a la ley electoral y a que muchos españoles se han quedado en casa, cuando prácticamente han sido los mismos que hace 6 meses cuando su formación sacaba 40 escaños.
La pérdida de votos de unos y de otros
Una vez vista la anterior cuestión pasemos a ver los números de cada partido. La lista del PP ha copado el 33,03% de las papeletas y en 2015 representaron el 28,71%. Al hacer la resta nos sale que ha subido 4,32 puntos. En votos ha pasado 7.236.965 a 7.906.185, es decir, unos 669.200 más. Lo que le ha valido subir hasta los 137 diputados. Esos casi 700.000 votantes más le han servido para llevarse 14 escaños más. Sin embargo, habría que recordar que sin apoyos de otros partidos, su victoria le servirá de poco.
La segunda fuerza sigue siendo el PSOE, pero no puede sacar pecho porque han sido los peores resultados de su historia. Desde que Rajoy ganó las elecciones en 2011 han ido de mal en peor. Así aquel 20 de noviembre tan sólo lograron 110 escaños, en las anteriores 90, y ahora 85. Sepamos cuántos votos han perdido desde entonces, en un primer paso se le volatizaron 1.428.565, y desde hace 6 meses hasta este 26-J, unos 120.606 votos menos. Por lo que, al menos, han amortiguado su caída libre.
En cuanto a Unidos Podemos, aquí el tema se complica, porque en los anteriores comicios Izquierda Unida iba con una nueva confluencia llamada Unidad Popular que lograba 929.783 votos y Podemos junto a las mareas y otras formaciones alcanzaban 5.189.333 votantes. Lo que deberían haber sumado 6.119.116 papeletas, cuentas que no han salido porque únicamente han rozado las 4,9 millones. Han perdido más de un millón de votos. Si bien es es cierto que los morados se han quedado en escaños igual que antes.
Finalmente, Ciudadanos fue otro de los grandes perdedores de la noche, de 40 diputados han pasado a 32. En voto de 3.514.528 a 3.123.769, casi unos 400.000 votos menos. Por lo que no pueden decir que su pérdida ha sido pequeña.
La pérdida de votos del bipartidismo
Pero, surge otra gran pregunta: ¿el bipartidismo está cogiendo fuerza o no?. Si cogemos referencia el año 2011 cuando Rajoy arrasaba y tenía mayoría absoluta hasta ahora, podemos determinar que es una verdad a medias. Ambas formaciones hace cinco años sumaron 17.870.097 y en porcentaje de voto representaron un 73,12%, y cinco años después suman 13.330.185 votantes y un porcentaje de las papeletas del 55,69%.
Aunque para ser justos deberíamos introducir una variable más: las elecciones de 2015. En ese momento, PP y PSOE sumaron un 50,71% de las papeletas, y unos 12.782.280 votos. En conclusión, se puede decir que la subida de los populares y la bajada de Ciudadanos ha hecho que el bipartidismo se haya recuperado levemente, unos 5 puntos, aunque no con una fuerza significativa, porque de momento llevan dos elecciones que solos no pueden ni investir presidente ni gobernar.
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