Biden amplía las sanciones contra Bielorrusia

 

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha denunciado las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos y el Reino Unido a su país como parte de los intentos de presionarlo para que renuncie.

El lunes, el gobierno británico impuso sanciones a las exportaciones de productos derivados del petróleo y la potasa de Bielorrusia, y prohibió la compra de valores mobiliarios, así como de instrumentos del mercado monetario emitidos por el gobierno bielorruso y sus bancos estatales por supuestas violaciones de derechos durante las protestas contra Lukashenko el año pasado.

Londres también dijo que evitaría que las compañías aéreas bielorrusas sobrevolaran o aterrizaran en el Reino Unido.

Cuando se le preguntó sobre las sanciones, Lukashenko dijo que Gran Bretaña debería ahogarse con las sanciones y llamó a los funcionarios británicos «los perros falderos de Estados Unidos».

Las sanciones coinciden con el primer aniversario de una elección que, según los opositores, fue manipulada para permitir que Lukashenko ganara.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también firmó el lunes una orden ejecutiva que amplía las sanciones contra Minsk que han estado vigentes desde 2006, dirigidas a una gran cantidad de funcionarios, ejecutivos y empresas bielorrusos.

Las últimas sanciones apuntan a varios sectores de la economía bielorrusa, incluidos la banca, la defensa, la energía, la construcción y el transporte.

Los gobiernos occidentales y la Unión Europea han estado en desacuerdo con Bielorrusia desde las elecciones presidenciales de agosto del año pasado, rechazando los resultados oficiales de la votación y alegando que hubo fraude electoral, sin proporcionar ninguna prueba.

La UE anunció el 15 de septiembre que no reconocía a Lukashenko como presidente legítimo de Bielorrusia.

Lukashenko ha rechazado las acusaciones de que su gobierno manipuló los votos, culpando a los países occidentales de orquestar las manifestaciones que siguieron a la votación y de conspirar para derrocar a su gobierno.

Minsk también ha advertido que se vería obligada a tomar medidas recíprocas que a su vez podrían afectar negativamente a los ciudadanos y empresas de los países occidentales.

En abril, el presidente bielorruso dijo que se había frustrado un intento de golpe y asesinato contra él y su familia, y enfatizó que los servicios de inteligencia extranjeros, muy probablemente “el FBI y la CIA” habían estado involucrados.

Nueva Revolución / Press TV

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