Agitpro, agitación y propaganda

El concepto ya estaba en Plejanov y en Lenin. El primero había hablado de que el propagandista comunicaba muchas ideas a una o dos personas, mientras que el agitador comunicaba una idea o muy pocas a mucha gente. Así pues, había que combinar ambas “virtudes”.

Por Eduardo Montagut

Agitprop es la contracción de “agitación y propaganda”. Se trata de la estrategia o técnica política de movilización a través de la cultura, ya sea la literatura, ya las artes plásticas y, muy especialmente, con el cine y el teatro. Por un lado, se difundían las ideas, pero también se llamaba a la acción, de ahí que fuera propaganda y agitación a la vez.

Al parecer, el concepto ya estaba en Plejanov y en Lenin. El primero había hablado de que el propagandista comunicaba muchas ideas a una o dos personas, mientras que el agitador comunicaba una idea o muy pocas a mucha gente. Así pues, había que combinar ambas “virtudes”.

En 1920, el Comité Central del Partido Comunista Ruso creó el Departamento de Agitación y Propaganda para emplear el arte y la cultura como un recurso propagandístico con el fin de enseñar e inculcar a las grandes masas los ideales de la Revolución y los cambios que se producían y se iban a producir, es decir, el concepto de propaganda se circunscribió en Rusia a la difusión del marxismo-leninismo, de esa ideología y de su visión de la realidad.

El Departamento organizó grupos de actores, cineastas, artistas, etc. que debían viajar por todo el país, especialmente las inmensas áreas rurales. Ahí estuvo el conocido “tren agitprop”. En este contexto destacó el movimiento teatral “Camisa Azul”. Debemos recordar que era la prenda característica del trabajador del momento. Hacía un teatro donde se combinaban las tradiciones culturales y folclóricas rusas tradicionales con verdaderos elementos de vanguardia. Las obras de teatro que representaron llegaron a ser muy populares. Era la primera vez que millones de campesinos rusos veían una representación teatral.

El Agitprop traspasó las fronteras soviéticas, y llegó también a Europa y los Estados Unidos, vinculado no a la propaganda del marxismo-leninismo, sino como una respuesta obrera y de izquierdas al teatro burgués. En Alemania tuvo mucho arraigo en los años veinte y comienzos de los años treinta hasta la llegada de los nazis, alimentando el cabaret y a intelectuales y literatos como Bertold Brecht, entre otros.

En cierto sentido, el Agitprop inspiró al teatro de las Misiones Pedagógicas de la Segunda República con el grupo “La Barraca”, que iban vestidos, además, con monos de trabajadores. Es evidente que no se trataba de hacer propaganda comunista, y no tanto ni tan siquiera de las ideas que sustentaban al nuevo régimen republicano, sino de llevar la cultura a los pueblos de España. En los años ochenta, en el Reino Unido en los tiempos de Margaret Thatcher se acusó a muchos intelectuales y artistas de hacer Agitprop en el Teatro y en la Televisión para criticar al gobierno y las ideas conservadoras. Por fin, Darío Fo puede ser considerado, en cierta medida, un heredero de Agitprop.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.