«Lorca no ganó porque murió asesinado y la sociedad española se quedó, nos quedamos, sin uno de los grandes y más talentosos poetas que han pisado España».
Lorca representaba todo lo contrario a esa España de incienso y procesión, de achicoria y martes de carnaval, de curas sentados a la mesa del señorito del pueblo dilucidando el futuro de las almas de los pobres jornaleros.