La extrema derecha entretiene continuamente a las masas, generando un debate sin sentido, para poder seguir haciendo que calen sus mensajes de odio; porque su política es pura provocación.
Isabel Ginés y Carlos Gonga – CheckoutLabs
En el debate de si “Lorca votaría a Vox” o si “Lorca ganó” hay mucha falacia, mucho argumento ad nauseam. Lorca no era apolítico pero tampoco estaba afiliado a ningún partido.
Lorca fue fundador de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, junto con otros intelectuales, como un medio para el conocimiento. Condenó también la dictadura portuguesa de Salazar, instaurada tras un largo período de inestabilidad política a base de golpes de Estado que habían llevado al pueblo portugués a la decadencia. Amigo de minorías, Lorca pidió el voto para el Frente Popular. Luchó contra el fascismo junto con otras y otros poetas pero no fue asesinado por rencillas personales sino por ser de izquierdas y homosexual.
La historia de España, la historia de un país, no se puede manipular por más que que muchas personas lo intenten. La historia no es un recurso que usar como distracción para provocar la indignación popular, para tergiversar, para olvidar los errores de la sociedad. La historia sirve para comprender el presente gracias al estudio del pasado y para eso hay que conocer realmente nuestro pasado. La política de las personas que pretenden un revisionismo —es decir, que intentan reescribir la historia— es de buscarruidos y su objetivo no es buscar el bienestar social para todas y todos.
Lorca no ganó porque murió asesinado y la sociedad española se quedó, nos quedamos, sin uno de los grandes y más talentosos poetas que han pisado España. Lorca no ganó porque lo fusilaron vilmente por sus ideas y por su sexualidad: por su forma de ser.
Lorca no ganó pero, para inri de sus detractores, permaneció: fachas, ultras y quienes son nietos de los que asesinaban en la represión franquista y comulgan con ideas fascistas lo leen.
Lorca no ganó pero sus ideas sí ganaron a las de quienes le asesinaron, imponiéndose a las de sus asesinos, permaneciendo en su memoria y logrando que lo lean. No hay mayor gloria o victoria sin triunfo que el hecho de que quien te despreció se atenga ahora a tu arte, que se te considere una parte inherente de la cultura de esta amplia sociedad.
Personalmente, nos da igual que una mujer de Vox sin sentido común ni decencia moral, a través del altavoz de un partido fascista de solo pretende confrontar ideas, ir en contra de minorías y ser el partido abanderado de la intolerancia, diga sandeces. Tanto “defienden” a España en este partido, o eso dicen hacer, que ahora tienen que leer a Lorca para tratar de oprimir a la izquierda. Afirmar que Lorca votaría a Vox, en el supuesto de que no fuese otra de sus habituales estrategias de provocación, solo denota que esta mujer no sabe leer a Lorca y que tampoco entiende de cultura española. Las ideas fascistas que defiende esta mujer, las de este partido, mataron a Lorca en un pasado reciente y los y las militantes de la extrema derecha son plenamente conscientes de ello.
Polarizar el debate de la opinión pública es la única forma que conocen de hacer política. No hacen una política al uso: su intención no es aportar ideas, ayudar a mejorar a sociedad ni proponer soluciones a problemas reales; lo que hacen, por el contrario, es mentir deliberadamente, tergiversar la información y difundir mensajes de odio.
En España, tras la Guerra Civil Española, que comenzó en julio de 1936, provocada por un golpe de Estado contra el Gobierno de la Segunda República, elegido democráticamente en las urnas, y que se dio por terminada en abril de 1939, tres años después, se impuso una dictadura fascista, el franquismo. Personas que defendían el franquismo asesinaban, dada ya por terminada la guerra, a quienes no consideraban parte de su comunidad fascista por su ideología de izquierdas, sus creencias, su sexualidad o, en general, su forma de ser y sus ideas.
La extrema derecha ha intentado apropiarse de Lorca, con todo lo que su figura conlleva para entender nuestro pasado, cuando tenemos constancia de que tiraba más hacia la izquierda y cuando fue asesinado precisamente por ello; aunque Lorca es para este partido un pretexto más para conseguir lo que hacen continuamente: entretienen a las masas, generando un debate que ni siquiera tiene sentido, para poder seguir haciendo que calen sus mensajes de odio; porque su política es pura provocación.
Su política, la de la extrema derecha, es hacer que la gente hable de ellos y ellas sobre cualquier cosa que se les ocurra e ir pivotando de un tema a otro cuando la opinión pública desgaste los temas anteriores. Su política no es aportar un bien a esta sociedad, no es ayudar a los sectores oprimidos ni a las minorías o colectivos marginados. Su política no es mejorar España: es crear ciertos debates para desviar la atención sobre lo que no están haciendo.
En otras palabras, su planteamiento es “si no hacemos nada, no aportamos soluciones a problemas constatables, no ayudamos a mejorar la sociedad, ¿Cómo podemos hacer que la gente no sé dé cuenta? Poniendo un debate sobre la mesa que no tiene sentido”. Si analizamos paso a paso las veces que han levantado abundantes críticas deduciremos esto mismo.
Lamentablemente no, Lorca no venció. No venció porque fue asesinado y sus asesinos nos arrebataron como sociedad su talento, sus versos y su arte. Nos quitaron su teatro, lo que nos habría dado. No ganó pero permaneció; porque Lorca, al ser asesinado, se hizo inmortal. Sus versos vuelan alto, su teatro se sigue estudiando, su obra se sigue leyendo e interpretando; sigue vendiendo.
El fascismo de aquella época, de hace unos 80 años, asesinó a ingeniosos poetas como Lorca o Miguel Hernández. Este fascismo abocó a muchos otros al exilio, como Machado, Teresa de León o Alberti. Los últimos, entre muchos otros, pudieron volver, pasado un tiempo, para ver una España en la que iba resurgiendo la libertad. E incluso aquellas personas que son nietas de quienes asesinaron a Lorca y a tantos otros poetas, y que defienden el fascismo de sus antecesores, han tenido que estudiar a Lorca en el instituto, tienen que aprender su vida, su obra y conocen sus versos.
Lorca no ganó porque le asesinaron por ser como era; pero Lorca gana cada vez que sus detractores le mencionan porque permanece en el imaginario colectivo. Fue asesinado por ser de izquierdas y homosexual pero, por más que pese a la extrema derecha y que ultraderechistas intenten llevar a cabo revisionismo para escapar de su propio pasado, a día de hoy Lorca es trascendental.
Lorca es trascendental. Lorca es universal. Lorca era de España y murió pero jamás murieron sus ideas ni su arte; porque se puede matar a la persona pero nunca lo que representa si lo que dijo es importante y esencial.
Se el primero en comentar