Fenner terminaba considerando que, aunque el Partido Comunista no representaría en ese momento más que a unos 5.000 trabajadores, era probable que aumentase su fuerza muy pronto.
el Decreto del Ministerio de Trabajo, con el socialista Francisco Largo Caballero al frente, por el que se ponía fin a la discriminación que padecían las mujeres trabajadoras que se casaban.
En 1831, durante la campaña para reformar la ley electoral, Lovett reclamó el sufragio universal. Esta pretensión se basaba en que si los obreros producían la riqueza del país tenían derecho a participar en la vida política.
Defendió la idea de que esa limitación de la jornada laboral era la base de todo progreso social. Además, consideró que el día que se conquistara este objetivo seguirían después el resto de libertades.