Somaliland, treinta años esperando ser reconocida

A pesar de no ser reconocida por ningún estado, Somaliland ha estado en relativa calma durante los últimos treinta años, algo inusual en la explosiva región del Cuerno de África, y ha intentado buscar aliados en todo el mundo

Por Angelo Nero

Somaliland fue un protectorado británico hasta su independencia, declarada el 26 de junio de 1960, aunque cinco días después se sumó a la República Federal de Somalia, creada tras la independencia de la Somalia Italiana. La unión fue complicada desde el principio, ya que un año después de la creación del nuevo estado africano se votó en referéndum una constitución, que fue rechazada masivamente en Somaliland, pese a lo cual fue aprobada.

En menos de una década se desataron las tensiones internas en la joven república. En 1969 el presidente Abdirashid Ali Shermarke, que tenía como primer ministro al somalilandés Mohamed Ibrahim Egal, fue asesinado en trascurso del golpe de estado del general Mohamed Siad Barre, que declaró la República Democrática Somalí, suspendiendo la constitución y disolviendo el Parlamento.

Siad Barre, al frente del Consejo Supremo de la Revolución (CSR), nacionalizó tierras e industrias, desempeñó con éxito una campaña de alfabetización, e impulsó el papel de su país en la Liga Árabe y en la Organización para la Unidad Africana, de la que fue secretario general.

En 1976 disolvió el CSR y creó el Partido Socialista Revolucionario Somalí, guiando al país hacia un sistema en el que conjugaba el socialismo científico y los principios islámicos. En junio de 1077 se produjo la guerra de Ogaden, una región etíope habitada mayoritariamente por somalís, donde el Frente de Liberación de Somalia Occidental, combatía, con ayuda de Barre, al gobierno del Dreg de Mengistu Haile Mariam.

Tras la invasión exitosa del ejército somalí, que llegó a ocupar el 90% de Ogaden, en febrero de 1978 se produjo un contraataque etíope, ayudado por tropas cubanas, que fueron decisivas en la derrota de las tropas somalís, acabando con el sueño de Barre de la Gran Somalia. En 1982 se reanudó la guerra con Etiopía, que se alargó hasta 1988.

El conflicto significó el distanciamiento de la URSS, que había apoyado a Etiopía, tras lo que Barre giró su política exterior hacia occidente, en medio de un deterioro de la situación económica y social, surgiendo numerosas milicias opositoras que lograron colapsar el estado, iniciando una guerra civil abierta, en 1991.

En el norte, donde las tropas somalís de Barre habían bombardeado la capital del antiguo protectorado británico, Hargeisa,  el antiguo primer ministro, Mohamed Ibrahim Egal, estableció un gobierno propio, y declaró la independencia de Somaliland. El Congreso Unido Somalí había tomado Mogadiscio, provocando la huida del general Mohamed Siad Barre. El general Mohamed Said Hersi en el sur del país con la creación de la efímera Jubaland. En 1998 también se proclamó en el norte el estado de Putland.

A pesar de no ser reconocida por ningún estado, Somaliland ha estado en relativa calma durante los últimos treinta años, algo inusual en la explosiva región del Cuerno de África, y ha intentado buscar aliados en todo el mundo, y lo ha encontrado, por ejemplo, con Taiwan. Hargeisa y Taipei, para disgusto de China y Somalia, han establecido el año pasado lazos diplomáticos. También mantiene relaciones de distinto nivel con el Reino Unido, Irlanda, Noruega, Kenia, Etiopía y la Unión Europea. Turquía y EEUU mantienen abiertos consulados en Hargeisa.

En octubre de 2007 entraron en guerra con Putland, con quien tienen disputas territoralias, en Sool y Sanaag.

Somaliland mantiene un sistema político democrático, y desde 2003 realiza elecciones libres, alabadas incluso por la UE, manteniendo alejada de sus costas a la piratería y la entrada de grupos yihadistas, muy activos en Somalia, aunque sus leyes se inspiren en la sharia.

Pese a que su economía no es muy boyante, su posición privilegiada, frente al golfo de Aden y al estrecho de Mandeb, por donde pasa un importante tráfico marítimo, ha llevado a Dubai a anuncia una millonaria inversión para el puerto de Berbera, e Etiopía también está interesada en abrir en Somaliland una puerta al mar, que perdió con la independencia de Eritrea. En 2017 firmó un acuerdo para que los Emiratos Árabes Unidos construyan una base militar en su territorio.

Tal vez se acerque el momento de que, treinta años después de su independencia, Somaliland sea reconocida por la comunidad internacional.

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