¿qué vientos catarán los nazis derrotados en Ucrania? Cuando retornen a sus sociedades y comprendan que su “sacrificio” no sirvió para nada
Por Guadi Calvo / Línea Internacional
El afiebrado lodazal que la Unión Europea, ha permitido que la revuelque, su brazo armado la OTAN, quizás no haya considerado, o mejor dicho no ha comunicado a sus ciudadanos, el plan alternativo, más allá del resultado de la contraofensiva rusa, que van a hacer con los cientos, quizás hasta algunos miles de supremacistas blancos, que embarcados en el odio visceral e inexplicable hacia lo que es para ellos ese espectro indefinible que es la actual Rusia, a la que siguen viendo como la antigua Unión Soviética.
Los nazis europeos tras su derrota retornaran al centro de sus sociedades, como, lo han hecho muchos aspirantes a muyahidines, que con odio por tanto desprecio y prosternación, abandonaron sus vidas en los márgenes de las sociedades europeas, para integrarse en una loca y falsa yihad en Siria y otras latitudes del islam, de donde muchos volvieron con el mismo odio, pero mucho más experimentados, alcanzado a producir las masacres que sacudieron a Europa a mediados de la década pasada.
Por lo que resta preguntarse: ¿qué vientos catarán los nazis derrotados en Ucrania? Cuando retornen a sus sociedades y comprendan que su “sacrificio” no sirvió para nada y fueron enviados a las fauces del ejército ruso, como carne de cañón y nada más, y encima haber tenido que servir junto a sus hermanos eslavos y moros, a los que tanto han despreciado siempre y cómo frutilla del postre, al servicio, nada menos, de un presidente judío y aupados por un presidente norteamericano que poco está entendiendo la realidad.
Ahora no son los kümmeltürke, wog o kanake los que vuelven tan fáciles de distinguir, por su piel cetrina y sus ojos oscuros, sino los verdaderos hijos de la más blanca de las Europas, estrujando sus almas, por el mal trago de la derrota, los camaradas caídos y fundamentalmente porque una vez más la Rusia de siempre, como hace setenta y siete años derrotó a sus abuelos, ahora los derrotó a ellos.
Muchos de estos mercenarios, ex “ultras” entrenados por la CIA en campamentos de Polonia, junto a elementos que posteriormente conformaron lo que se conoce como el Batallón Azov, integrado a la Guardia Nacional de Ucrania, una cloaca a donde fueron a parar no solo los “ultras” locales devenidos en comandos, sino cuanto nazi suelto pululaba en la región, desde el golpe de 2014, estos grupos se articularon en una intrincada red de células, una más fanáticas que otras, que han llevado el terror a la región del Donbáss, donde asesinaron cerca de 19 mil personas y que Zelenski ordenó atacar con más fuerza, días antes del comienzo de las operaciones rusas.
Tras el inició de la contraofensiva, con los consiguientes cercos establecidos a diferentes ciudades ucranianas, sus comandos se han dedicado a la búsqueda de los milicianos nazis, que como primera estrategia han impedido escapar a la población civil, manteniéndolos como escudos humanos, lo que ha impedido en gran manera la continuidad del avance ruso, lo que la prensa devota ha calificado de empantanamiento.
Los nazis ucranianos y sus socios europeos, al tener que enfrentar a las Spetsnaz, las fuerzas especiales rusa o al batallón de chechenos que resultaron ser un poco más rústicos a la hora de combatir, que los civiles judíos, rusos parlantes o simplemente fanáticos de otro club de fútbol, a los que se han hartado de perseguir, ahora procura escapar, ¡y quien no lo haría! de cualquier manera disfrazados de paisanos o con coquetos atuendo de mujer, todo vale a la hora de salvar la vida, solo por aquello de soldado que huye…
Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.
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