Texto lido na Homenaxe Nacional ás Vítimas do Franquismo, o domingo 21 de jullo, organizado pola Iniciativa Galega pola Memoria
Por María Pilar López Vera
Boas tardes.
Mi agradecimiento personal a La Iniciativa Galega pola Memoria, IGM, por esta invitación para que personas de fuera de Galicia tengamos la oportunidad de estar aquí y de ser la voz de todos los que venimos de lejos y de los que no han podido acompañarnos. Porque somos semillas diseminadas de quienes sufrieron y murieron en este paraíso convertido en infierno. Somos sus nietos, sus bisnietos, sus tataranietos y estamos aquí para dignificar su memoria porque nadie muere mientras lo sigamos recordando.
Mi bisabuelo, Francisco Merino Valenzuela, último alcalde republicano de su pueblo, Pegalajar (Jaén), llegó el 4 de noviembre de 1940, viejo y enfermo como tantos otros, después de un viaje en condiciones infrahumanas y murió el 14 de junio de 1941, el ano da fame. En ese año murieron en San Simón más de quince vellos al día por hambre, enfermedad, consumidos por los piojos, el frío y todo tipo de vejaciones, lejos de sus familias, arrancados de sus raíces. Murieron 2175 hombres, la mayoría vellos, campesinos y jornaleros que no participaron en la guerra y cuyo delito fue haber luchado por la democracia en contra de un ejército rebelde cargado de odio contra los vencidos.
No podemos olvidar que más de 6000 republicanos de todo el territorio español pasaron por este campo de concentración entre 1936 y 1943, uno de los mayores campos de concentración y exterminio de presos republicanos.
Y todo eso ocurrió aquí, en esta tierra donde estamos, en estos edificios a nuestras espaldas, frente a estas aguas con olor a sal. ¡Es imposible no sentir el horror y el dolor ante esas barbaridades!
Hoy más que nunca debemos reivindicar su memoria cuando fuerzas reaccionarias de la extrema derecha y de la derecha extrema, que gobiernan en tantos ayuntamientos y en tantas comunidades autónomas, pretenden promulgar leyes que dejarían sin valor o, directamente, irían en contra de la ley de Memoria Democrática de 2022 que declara nuestro derecho a conocer la verdad, a buscar e identificar a nuestros familiares, a impulsar las exhumaciones e identificarlos mediante pruebas de ADN.
Y, por tanto, tenemos legalmente derecho y reivindicamos la exhumación e identificación de los cuerpos que aún se encuentran en la fosa común del cementerio de Pereiró y de Lavadores sin que conozcamos los nombres de quienes están ahí enterrados. Otra forma más de hacerlos desaparecer, otra forma más de despreciar su memoria.
Tenemos derecho a darles una sepultura digna y es un derecho que se nos está negando mediante trabas burocráticas y presupuestos vacíos.
Nosotros estamos aquí porque ellos fueron. Somos porque ellos siguen siendo. Y siguen aquí, en esta tierra sagrada que no debe ser mancillada. Es una indignidad que la semana que viene se celebre aquí un concierto durante todo el fin de semana patrocinado por una cervecera. Inimaginable algo así en Auchwitz o en Dachau.
Reivindiquemos una Illa de Memoria y la creación de un Centro de Memoria como recuerdo y homenaje a los que fueron asesinados por el franquismo con un mural en el que se inscriban todos y cada uno de sus nombres como reconocimiento y reparación moral de las víctimas de la represión a raíz del golpe militar de 1936 y de la dictadura que lo siguió.
Señor D. Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia, a Vd. le corresponde velar por el respeto que nos merecemos los herederos de las víctimas de aquella represión que costó ríos de sangre- inocente. Dedicar San Simón para el placer es una indignidad. ¿Por qué lo permiten? ¿Por qué nos odian tanto, por qué se nos desprecia? ¿Por qué seguir provocando este sufrimiento?
Para terminar, agradecer su atención y reafirmar nuestro compromiso con San Simón ILLA da MEMORIA, y aseguraros nuestro apoyo en las decisiones para garantizar el objetivo. No estamos solos ni solas. La isla debe ser un lugar de reflexión.
Grazas por escoitarnos.
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